A mi me correspondio llamar a Larke Tyrell.

Encontre al forense en su casa y, por el ruido de fondo, supuse que estaba mirando el mismo partido de futbol.

Aunque las palabras de Larke fueron cordiales me di cuenta de que mi llamada le habia intranquilizado. No perdi tiempo en aliviar su ansiedad o en disculparme por lo intempestivo de la hora.

El forense escucho mientras yo le explicaba la situacion. Unos minutos mas tarde acabe el relato. El silencio fue tan prolongado que pense que se habia cortado la comunicacion.

– ?Larke?

Cuando volvio a hablar, el tono de su voz habia cambiado.

– Quiero que tu te hagas cargo de esto. ?Que necesitas?

Se lo dije.

– ?Puedes llevarlo al deposito provisional?

– Si.

– ?Quieres personal?

– ?Quien esta aun alli?

– Maggie y Stan.

Maggie Burroughs y Stan Fryeburg eran investigadores forenses de la Oficina del Forense Jefe en Chapel Hill, enviados a Bryson City para procesar los datos relativos al accidente del vuelo 228 de TransSouth Air. Ambos se habian graduado en mi taller de recuperacion de cuerpos en la universidad y los dos eran excelentes en su trabajo.

– Diles que esten preparados a las siete.

– De acuerdo.

– Esto no tiene nada que ver con el accidente del avion, Larke.

– Lo se. Pero se trata de cadaveres en mi estado. Se produjo otra larga pausa. Alcance a escuchar la voz de un locutor y los gritos de animo de la multitud.

– Tempe, yo…

No le puse las cosas faciles.

– Todo esto ha ido jodidamente lejos. Luego la linea quedo libre.

?Que cono significaba eso?

Yo tenia otras cosas de que preocuparme.

Al dia siguiente me levante al amanecer y estaba en casa de Arthur a las siete y media. La escena del crimen se habia transformado de la noche a la manana. Ahora uno de los ayudantes de la sheriff Crowe estaba de guardia en la puerta cubierta de kudzu y habia otros en las puertas delantera y trasera. Se habia activado un generador y todas las luces de la casa estaban encendidas.

Cuando llegue, George estaba ayudando a McMahon a meter libros y papeles en varias cajas de carton. Bobby estaba cubriendo la repisa de la chimenea con polvo blanco. Cuando me dirigia hacia la cocina, McMahon me guino un ojo y me deseo buena suerte.

Pase los cuatro dias siguientes como si fuese una minera, descendiendo al sotano al amanecer, subiendo al mediodia para tomar un bocadillo y una taza de cafe, para bajar luego otra vez hasta el anochecer. Habian instalado otro generador y numerosas lamparas para iluminar mi mundo subterraneo, de modo que no distinguia la noche del dia.

Tommy Albright llego a la casa en la manana del dia uno. Despues de examinar y fotografiar el bulto con el cadaver que yo estaba segura de que correspondia a George Adair, envio el cuerpo al Hospital Regional Harris en Sylva.

Mientras Maggie trabajaba en la mancha de descomposicion en el interior de la pared del patio, Stan me ayudaba a fotografiar el suelo del sotano. Luego exhumamos la sepultura del nicho, expusimos lentamente el cadaver y registramos la posicion del cuerpo y el contorno de la tumba, mientras examinabamos cada particula de tierra.

La victima yacia boca abajo sobre una manta de lana gris, un brazo doblado debajo del pecho, el otro alrededor de la cabeza. El estado de descomposicion era avanzado, los organos se habian licuado, la cabeza y las manos se habian esqueletizado hacia tiempo Cuando los restos estuvieron completamente exhumados y documentados, comenzamos su traslado. Al transferir el cadaver a una bolsa adverti que la pernera izquierda del pantalon estaba doblada y la pierna estaba amputada debajo de la rodilla.

Tambien note fracturas concentricas en la region temporoparietal derecha del craneo. Unas grietas lineales cubrian los lados de la hendidura central, convirtiendo la zona en una tela de arana de huesos fragmentados.

– Realmente alguien se ensano con este tio.

Stan habia dejado de tamizar la tierra para observar el estado del craneo.

– Si.

Como sucedia siempre, la ira crecia en mi interior. La victima habia recibido un golpe que le habia destrozado el craneo y luego habia sido arrojada a un agujero como el estiercol. ?Que clase de monstruo era capaz de hacer algo semejante?

Otro pensamiento atraveso mi furia.

Este cadaver habia sido enterrado a pocos centimetros de la superficie. Aunque putrefacto, aun quedaba bastante tejido blando, lo que indicaba que la muerte era relativamente reciente. ?Habria debajo otras victimas mas antiguas? ?En otros nichos? Mantuve los ojos y la mente bien abiertos.

Maggie se reunio con nosotros en el sotano el dia dos, despues de haber excavado un cuadrado de tres metros a una profundidad de treinta centimetros alrededor y debajo de la mancha en la pared desmoronada del patio de la casa. Aunque el trabajo era aburrido, sus esfuerzos fueron recompensados. En el cedazo aparecieron dos dientes aislados.

Mientras Stan acababa de tamizar la tierra de la sepultura del nicho, Maggie y yo escudrinamos cada centimetro del suelo del sotano buscando objetos enterrados y diferencias en la densidad de la tierra. Encontramos ocho localizaciones sospechosas, dos en el nicho original, dos en la camara principal y cuatro en un tunel sin salida en la parte oeste de la camara.

A ultima hora de la tarde excavamos una zanja de experimentacion en cada localizacion. De los puntos sospechosos en la camara principal solo conseguimos tierra esteril. En los otros seis puntos encontramos huesos humanos.

Les explique a Stan y Maggie cual seria el procedimiento. Yo solicitaria la colaboracion del departamento del sheriff para continuar con las fotografias y el tamizado de la tierra. Stan continuaria trabajando en el nicho. Maggie y yo comenzariamos con las localizaciones del tunel.

Dirigia a mi equipo con objetividad profesional, la tranquilidad de mi voz y mi expresion impasible contradecian mi corazon desbocado. Era mi peor pesadilla. ?Pero que era esa pesadilla? ?Cuantos otros cadaveres encontrariamos bajo tierra y por que se encontraban alli?

Maggie y yo estabamos cavando en la primera de las dos alteraciones que presentaba el tunel cuando en la entrada aparecio una figura, a medio camino entre nosotras y la luz que brillaba en la camara principal. No alcanzaba a distinguir la silueta y me pregunte si un miembro del equipo de transporte venia a preguntarnos alguna cosa.

Un paso y lo supe.

Larke Tyrell se dirigio hacia mi, con pasos decididos y el porte erguido. Me levante pero no le salude.

– He intentado llamarte al movil.

– La prensa me obligo a desconectarlo.

No insistio con esa tema.

– ?Cual es el recuento?

– Hasta ahora, dos cuerpos descompuestos y dos esqueletos. Hay presencia de huesos en al menos otras cuatro localizaciones.

Su mirada se desvio de mi rostro a los fosos donde Maggie y yo estabamos desenterrando esqueletos, todos tenian los miembros flexionados.

– Parecen sepulturas prehistoricas.

– Si, pero no lo son.

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