letrado que no estuviera siendo investigado. Se habian acabado las conferencias, pagadas o no. Mi carrera se hacia trizas y ardia como una pira a mi alrededor.

De repente, reconoci a una pareja en la acera, al final del gentio. La mujer tenia un brazo en cabestrillo y el hombre era un rubio de tonos anaranjados. Se trataba de Bill Kleeb y Eileen Jennings, y estaban con un hombre robusto con pelo engominado y peinado hacia atras que llevaba un portafolios Haliburton y llamaba a un taxi.

?Como habia salido Eileen? ?Que estaba haciendo con Bill? Entonces recorde la amenaza de muerte.

– -?Bill! --grite por encima del mar de camaras, ya que tenia la ventaja de mi estatura--. ?Bill Kleeb! ?Aqui!

Bill se volvio hacia mi apenas un segundo en el momento en que un taxi amarillo se detuvo a su lado. El hombre del portafolios hizo entrar a Eileen y se sento en la penumbra a su lado.

– ?Bill! -aulle tratando de que me oyera por encima de los periodistas. Pude ver que Bill echaba una mirada a la gente, pero no me veia. Le hice gestos a la desesperada mientras las camaras hacian su agosto. Sabia que la escena saldria en las pantallas--. ?Bill!

– -?Estas loca? --pregunto Grady con los ojos desorbitados--. ?Que estas haciendo?

Estaba tratando de salvar una vida.

– -?Bill! --grite, pero Bill entro en el taxi, cerro la puerta y se fue.

Tras la puerta de mi despacho, policias de uniforme y criminalistas inspeccionaban, median y fotografiaban cada centimetro cuadrado de R amp; B tratando de conseguir pruebas contra mi. Era de suponer que yo cerraria a cal y canto la puerta de entrada, pero consiguieron otra orden de registro y me la presentaron en presencia de Grady y de los pocos asociados que quedaban. Wingate habia bajado la mirada, avergonzado, y Renee Butler habia salido disparada, desapareciendo entre la multitud de periodistas que no parecia disminuir, como si huyera de una infeccion grave.

– Soy Bennie Rosato y acabo de hablar con el. ?Me podria pasar la llamada? -Estaba de pie, el telefono en la oreja, en medio de la zona de desastre que habia sido mi oficina. La policia habia buscado y confiscado la mayoria de las carpetas de mis clientes y las pocas que quedaban estaban en una pila, en el suelo. Podia convivir con caos, pero no podia hacer nada en el asunto de violacion de la confidencialidad de mis clientes.

– -Tendra que esperar mientras lo busco -dijo una ronca que reconoci como la de Meehan. Recogi un libro de casos que habian tirado de la estanteria. Los papeles estaban por el suelo y sobre las mesas. Una planta yacia en el suelo y la tierra se habia desparramado. El polvillo de deteccion de huellas invadia la oficina. ?Que esperaban encontrar? ?Mis huellas y las de Mark? Y eso ?que probaria?

– No se que crees estar haciendo -dijo Grady desde la silla de mi escritorio-. Acordamos que yo llevaba este caso.

– Y asi es. Ya te lo he dicho. Esto no tiene nada que ver.

– ?Es un asunto criminal?

– Casi. -Enderece la planta, recogi la tierra con una mano y la volvi a poner en el tiesto.

– -?No me puedes decir nada mas?

– -No. --Antes de hacer la llamada, relei el codigo deontologico que rige nuestra profesion. Podia contarle al policia lo que sabia, pero no a un colega, amigo o supuesta victima. De cualquier manera, no sabia para que debia decirselo a Grady. Trataria de que no hiciera la llamada

– -Dame cinco minutos, ?de acuerdo?

– -?Me estas pidiendo que me vaya?

– -o siento --dije tapando el auricular--. Tengo que hacer esta llamada.

– -?A Azzic? ?Has perdido la cabeza?

– Confia en mi. Es lo unico que te pido. Y vete, por favor. Prometo que te dejare ganar la proxima batalla. -- Grady fruncio el entrecejo y dejo el despacho en el momento en que se puso Azzic. Lo primero es lo primero-. Teniente, soy Bennie Rosato. Sus chicos han hecho un bonito trabajo en mi oficina. ?Por que se han llevado los archivos de mis clientes?

– Teniamos autorizacion firmada.

– -?Para todos mis clientes desde 1980 hasta el presente? Es un abuso. De habermelo pedido, no lo habria consentido.

– ?De verdad?

– Mis clientes no tienen nada que ver con esto. Se trata de informacion confidencial. Si me entero de que los han visitado o de que alguno de sus hombres los ha llamado…

– No tengo tiempo para estas nimiedades, Rosato. Debo irme.

– Espere, es preciso que hable con usted. Es importante.

– ?Ahora quiere hablar? Le recuerdo que hace veinte minutos me ha mandado a la mierda.

– No se trata de mi. -Coloque el diccionario juridico en su sitio-. Uno de mis clientes, Bill Kleeb, fue arrestado ayer por protestar frente a la fabrica de Furstmann Dunn a favor de los derechos de los animales. Tengo razones para creer que su complice, Eileen Jennings, quien tambien resulto arrestada con el…

– -No se nada de eso, Rosato. Trabajo en homicidios, no con animales. Si quiere hablar con los animales, estan todos en las celdas. -Se rio y luego espiro sonoramente. Supuse que estaba fumando y eso le habia puesto de buen humor.

– -Se trata de homicidios, teniente.

– -?Algo que yo no sepa, Rosato?

– -El director ejecutivo de Furstmann Dunn puede estar corriendo un grave peligro. Eileen Jennings lo amenazo ayer con un electrodo.

Se rio.

– -Muy bueno. Tal vez lo pueda resistir. Nunca se sabe con esos tipos.

– No estoy para bromas. No le llamaria a menos que pensara que hay gato encerrado. Estoy violando la confidencialidad de mi cliente. Cite a Jennings para que declare y ponga proteccion al director. O, al menos, avisele.

– No me diga lo que debo hacer. Estoy harto de que; de ordenes al departamento, Rosato. Nos quiere ensenar; procedimientos y no sabe nada de ellos. Se cree que nos puede tener cogidos por los huevos, pero esta vez se ha' equivocado de persona.

Otro Grande y Poderoso. El mundo estaba lleno del tipos como el y yo siempre metia la pata con ellos.

– -Usted elige, teniente. Arrestela o luego explique por que no lo hizo, incluso despues de que yo le hubiera avisado.

– -?Avisado? Ella no hizo nada respecto a esta amenaza; ?no es cierto?

– Se le acuso de asalto con uso de fuerza. Ella le confio a su amigo que iba a matar a ese hombre y el amigo piensa que es capaz de hacerlo.

– Pero no hizo nada. Ni siquiera se ha podido mantenerla encerrada.

– Tienen un nuevo abogado. Creo que ha sido e quien ha pagado la fianza. -Me referia al hombre de portafolios Haliburton.

Azzic se quedo en silencio un momento.

– Rosato, ?que pretende? ?Trata de distraerme? ?confundirme? ?Que?

– -?Por Dios, estoy hablando de un asesinato! ?Por que no trata de hacer un buen servicio aunque sea por una vez en su vida? No les dire nada a los otros chicos, se lo juro.

– -No me diga como debo hacer mi trabajo. ?Yo tambien hablo de un asesinato! Estoy hablando de una mujer que mato a su amante por veinte millones. De eso estoy hablando, asi que perdoneme pero no tengo tiempo para esta mierda.

– -?No es ninguna mierda! ?Ella puede ser una asesina! -grite, pero Azzic ya habia colgado.

11

Un ejercito de periodistas estaba concentrado en la calla tras las barreras policiales, sitiando con todo tipo de aparatos la sede del bufete. Grady y yo los dejamos de lado, al menos lo intentamos, y pusimos orden en los

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