basarse, aunque sea minimamente. ?Y que haras entonces? El asesinato es un delito sin derecho a fianza en Filadelfia. Iras directamente a la carcel.

Me alarme ante la simple idea de la carcel de Muncy. Habia ido alli a ver a algunos de mis clientes y siempre me habia sentido aliviada cuando dejaba atras la puerta de salida.

– ?Estas tratando de asustarme, Grady?

– Asi es. -Sonrio, pero yo no lo hice.

– Muy bien, de acuerdo, pero si alguien habla con Sam, debo ser yo.

– -Pero yo soy tu abogado y debo ser yo quien hable con el.

– -Tu no conoces a Sam. Es uno de los hombres mas encantadores del universo; es voluntario en Accion Anti-sida. Se enfado conmigo porque yo tenia un cliente que estaba contra la investigacion sobre el sida. El… -Me detuve a mitad de camino. Bill Kleeb. La amenaza de Eileen contra el director ejecutivo. Me habia olvidado por completo. Mire la hora. Las siete. Me pregunte donde estarian ahora Bill y Eileen, si habrian regresado a su apartamento. Si no podia encontrar al teniente Azzic, tal vez podria llamarlos alli. Me levante y busque el portafolios para dar con la carpeta.

– ?Bennie? ?Que demonios estas haciendo? -me pregunto un atonito Grady mientras yo iba y volvia.

– Tengo que hacer otra llamada. -Encontre el numero que me habia dado Bill y lo marque.

– ?Ahora? ?A quien? Estamos en medio de una conversacion.

Levante una mano cuando oi la voz de Bill.

– -?Podemos quedar esta noche a las ocho? Es importante -le dije. Bill acepto con ciertas reticencias; yo le dije donde podriamos encontrarnos, no sin sentir una cierta intranquilidad.

– -?Quien era? -pregunto Grady.

– Un cliente. -Puse la carpeta en el portafolios y lo cerre-. Tengo que irme. ?Me acompanas hasta la puerta?

– ?Que cliente? ?Adonde vas? -Se puso de pie.

– A encontrarme con un cliente. El de los derechos! de los animales, ?de acuerdo? Quiza tambien con su novia.

– -?Por que?

– Tengo que hacerlo.

Grady se puso las manos en las caderas.

– -Bennie, soy tu abogado. Me gustaria saber de ti tanto como la policia y la prensa. Ademas, me prometiste dejarme ganar la siguiente batalla.

Tenia razon. Yo hubiera abofeteado a un cliente que se portara tan mal como yo.

– -Solo quiero verlo, saber en que anda metido. No puedo decir mas porque es confidencial y no quiero liarte con este asunto.

– ?Te preocupas por un cliente cuando te estan investigando por asesinato?

Nos miramos a los ojos y no me senti muy comoda ante su mirada.

– Me preocupan todos mis clientes. Ya te habras dad cuenta.

– ?Por que este cliente se merece una visita personal?

Porque yo queria saber si el y Eileen estaban comprando chucherias o explosivos, pero no beneficiaria nada a Grady si se lo contaba.

– Es un chico joven que necesita una ayuda extra.

– Bien. Yo soy una ayuda extra e ire contigo. -Toma la chaqueta de la silla y se la echo al hombro sujetandola con un dedo.

– -No puedes venir conmigo. Tienes que defender la fortaleza. --Abri la puerta del despacho, pero Grady la volvio a cerrar.

– No lo entiendo -dijo con sus ojos azules y francos tras las gafas-. Se cuanto te importa encontrar al asesino de Mark, pero te pasas el dia haciendo otras cosas. Ahora sales disparada. ?Estas rehuyendo la realidad?

– Tengo que poner en orden algunas cosas -dije, aunque sabia que tenia razon. De algun modo, la amenaza contra Furstmann era algo urgente para mi. Tal vez podria prevenir un crimen en compensacion por ese otro frente en el que no podia hacer nada. O quiza me resultaba demasiado duro afrontar la muerte de Mark.

– -?Sola?

– Grady, si todo va bien esta noche, resolveremos juntos este problema. Necesitas mi ayuda, estoy segura.

Lanzo una carcajada.

– Oh, si, necesito tu ayuda. No se como me las he arreglado hasta ahora sin ti. Ahora bien, ?llamaras a Sam Freminet o lo tengo que hacer yo?

– Lo hare yo.

– -?Pensaras tambien en quien pudo tener un motivo para matar a Mark? ?Alguien enfadado con el? ?Un cliente del pasado, o algo por el estilo?

– Si, senor.

Sonrio.

– Asi me gusta mas.

– No te acostumbres.

– -No te preocupes. Llamame aqui o a casa si necesitas algo, despues de tu cita o a cualquier hora. Hare mi investigacion de coartadas. Me gustaria saber donde estaban anoche los asociados a la hora en que mataron a Mark.

Me cogio por sorpresa.

– -?Los asociados? Dios santo.

De repente, las ventanas se llenaron de una dura luz blanca. Los focos de la television a la busqueda de buenas tomas. Grady miro hacia la ventana, ahora tan llena de luz pese a que ya anochecia.

– Me pregunto si nos enfocan con el teleobjetivo.

– Es lo mas seguro. Vamos a saludar. -Me acerque a la ventana; Grady me siguio.

– No les muestres el dedo esta vez -dijo el.

– -No tienes sentido del humor. -Mire por la ventana ? protegiendome los ojos de la luz lacerante. Los periodistas inundaban la calzada y sus siluetas se recortaban contra la luz de las farolas.

Grady paseo la mirada por el gentio.

– La primera enmienda en funcionamiento -dijo, y yo sonrei.

– La mitad de ellos son clientes mios en casos de difamacion. Defiendo su derecho a hacer exactamente que estan haciendo. Y hago un buen trabajo.

– Cuidado con lo que deseas, ?de acuerdo?

De acuerdo. Mire hacia el blanco resplandor preguntandome si la proxima vez que me enfocaran las camaras no seria con motivo de mi arresto.

12

Se sentaron delante de sus vasos de plastico con agua y con aspecto de hambrientos. Si te vas a encontrar con vegetarianos para cenar, no lo hagas en un MacDonald's. No se donde tenia la cabeza cuando elegi este lugar. Tal vez la culpa la tenian la muerte de Mark, el teniente Azzic y la prision de Muncy.

– -Os puedo pedir unas patatas fritas -dije en voz baja.

– -De acuerdo --respondio Bill, un poco alejado de Eileen. Si se habian reconciliado, la paz no era nada segura. El vestia vaqueros y una camiseta blanca; las heridas mejoraban, pero lentamente. Le habia bajado la hinchazon de la frente, pero alli estaba el corte, y el blanco de su ojo izquierdo continuaba enrojecido por la sangre.

– ?Y un filete de pescado? No es carne.

Eileen arrugo la nariz. Era puro nervio, paseaba la mirada por todo el restaurante, y no dejaba de mover los pies, calzados con sandalias Candies.

– Pescado, no. Es un ser vivo.

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