veia, incluso mientras inspeccionaba su cuerpo con la mirada.

Un globo rojo retorcido estaba anudado en el antebrazo como un torniquete. Parecia escandalosamente fuera de lugar, tan alegre y brillante, al lado de una aguja letal aun clavada en el brazo. El globo todavia estaba tenso, de modo que el brazo era la unica parte del cuerpo de Bill que seguia conteniendo sangre. Lo tenia enrojecido y grotescamente hinchado, como del tamano de una gran porra con los dedos amorfos y abultados. A su lado, sobre la cama, habia una bolsa de plastico.

Me apoye en la puerta del dormitorio. Me escocian los ojos, pero no podia apartar la mirada. Bill, ?con drogas? ?Una sobredosis? ?Era posible?

El gato maullo. Salto sobre la cama y se rasco inutilmente contra la pierna demasiado palida de Bill.

Yo no habia tenido la sensacion de que Bill estuviera! metido en las drogas. ?Era su primera dosis o se trataba de un error? ?Acaso lo sucedido con Eileen y el presidente de Furstmann le habia empujado a la adiccion?

Recorde a la senora Zoeller. Bill era su unico hijo. Si yo hubiera llegado antes… Si no me hubiera perdido.

?Por que habia muerto?

Me obligue a reflexionar. Volvi a la imagen de Bill en la comisaria, sus brazos delgados y fofos y la camisa de obrero. ?Acaso no tenia los brazos en perfecto estado cuando yo lo vi? Yo habia tenido un cliente drogadicto que me habia mostrado los brazos en una ocasion. Estaban tan llenos de heridas y hematomas que parecia recien llegado de la guerra.

El gato volvio a maullar andando de una punta a la otra de la cama.

Trate de controlar mis emociones y me agache sobre el cuerpo de Bill; me llego un olor de sangre y heces. Tenia los brazos rigidos y los inspeccione. No habia rastros de inyecciones en ninguno de los dos. No tenia sentido. ?Era la primera vez que Bill se inyectaba heroina? ?Era eso posible? ?Y Eileen? ?Tenia ella algo que ver con esto? ?Que sabia Bill?

Miauu.

Mire la habitacion.

Habia una mesita de noche sin nada encima y una comoda barata con algunos papeles junto a un peine Ace. No habia nada que revelara lo que habia sucedido. Mas alla de la comoda estaba el lavabo, adonde me dirigi para echar un vistazo. Sobre un fregadero diminuto y ronoso habia un tubo de pasta dentifrica y otro de Clearsil. No habia ningun botiquin de medicinas, nada mas que el aseo y un viejo espejo con el marco destartalado.

Mire desde alli el dormitorio y al pobre Bill sobre la cama. Sentia los palpitos de mi corazon y el pecho congestionado. Por lo que se podia ver, el se habia sentado en la punta de la cama, inyectado la primera dosis de heroina y caido hacia atras fulminado por la sobredosis.

– -?Miau! ?Miau!

– -Oh, callate --le grite al animal, y al momento me arrepenti. Despues de todo, era el gato de Bill. Lo alce de la cama. Lo senti flaco y huesudo, pero lo abrace. Me dio mas animos de lo esperado. Me resulto evidente que lo necesitaba. Eche una ojeada a Bill y realice un ultimo e inutil examen ocular de la habitacion, luego recogi la funda del disco y me fui.

Volvi a cruzar el bosque a trancas y barrancas con las garras del gato clavadas en la ropa. La lluvia nos empapo hasta que al final logre ver el coche que brillaba en la oscuridad. Me encamine hacia el confusa y aun atonita, tratando de pensar en Bill. Tenia que llamar a la senora Zoeller. Al diablo con mis temores telefonicos; su hijo habia muerto. Temi su reaccion. Llegue al coche, deje al gato y marque el numero de los Zoeller.

– ?Asesina! -grito en cuanto le di la noticia.

– ?Que? -conteste, perpleja.

– ?Asesina! -repitio con un grito angustiado.

– -No…

– -?Ha sido usted! ?Bill! ?Oh, Bill!

– No, espere. Yo no lo mate, nadie lo mato. Se metio una sobredosis. ?He visto la aguja!

– ?Sobredosis? ?Bill jamas probo las drogas en toda su vida! Jamas! ?Usted lo mato y pretende hacer creer que lo hizo el mismo con drogas!

– -?No! Debe de haber…

– ?Nunca! ?Con una jeringuilla? ?Jamas! -Se puso a llorar--. Bill se desmayaba cuando veia sangre. ?Siempre!! Nadie podia… pincharle sin que se mareara. Ni siquiera la enfermera del colegio.

Se me hizo un nudo en el estomago en el coche oscuro y frio. Me estaba confirmando algo que no me habia permitido ni considerar. Mark asesinado… ?y ahora Bill? ?Donde encajaba el directivo? Me senti enferma.

– -Su padrastro siempre le decia que era una marioneta por esa misma razon, pero no lo era. ?Usted lo mato! Dijo que iria a ayudarlo, pero fue para matarlo.

– Senora Zoeller, ?por que haria yo una cosa semejante? ?Es absurdo!

– Bill sabia que usted habia asesinado al presidente de la compania. Se lo iba a decir a la policia… ?y usted lo mato! ?Gus? ?Gus, llama a la policia! ?Llama al 911!

Colgue el telefono; me temblaba la mano. Encendi el motor y sali a toda prisa del lugar.

Tenia que alejarme. Lo mas rapidamente posible. Acelere, avanzando por un camino del bosque que esperaba me sacara de alli. Las luces largas describian un arco sobre los troncos mojados de los arboles cuando tomaba una curva. Al cabo de un rato, el lodo y las piedras dejaron paso al asfalto, donde el coche salio disparado. Lejos del bosque. Nadie me seguia; aprete a fondo el acelerador.

Las horas siguientes se convirtieron en una mezcla oscura de lluvia y miedo mientras me deslizaba sobre el asfalto resbaladizo. Vigilaba el retrovisor para ver si aparecia un coche patrulla mientras trataba de concentrarme en lo que habia visto y oido. Bill se desmayaba a la vista de la sangre y no habia senales de inyecciones en sus brazos. Habia sido un asesinato manipulado para que pareciera una muerte por sobredosis. ?Quien lo habia cometido? ?Estaba relacionado con el de Mark? Presenti que asi era, pero no sabia exactamente como. Ahora, mas que nunca debia descubrir lo que estaba sucediendo.

Encendi la radio para oir las noticias. ?Anunciarian este ultimo crimen? Ya tenian bastante con que acusarme. ABOGADA DE FILADELFIA ASESINA A TRES… Acelere pese a las senales amarillas que recomendaban cautela. Sabia donde iba; lo habia decidido en el momento en que puse en marcha el coche. Todo el tiempo pasado en el campo me habia sentido fuera de lugar. El campo, los bosques, el interior. Yo alli me perdia. No encajaba con mi traje y los zapatos hechos a medida. Estaba fuera de mi elemento, como pez fuera del agua.

Necesitaba regresar a Filadelfia. Era el sitio mas peligroso para mi, pero tambien era el unico lugar en el que sabia desenvolverme. Habia vivido alli toda la vida. Conocia los barrios, las costumbres, los modos de hablar. Alli podia desaparecer, sabia como hacerlo. ?Que sitio es mas anonimo que una ciudad? ?Que persona puede pasar mas inadvertida que una abogada vestida con un traje a medida?

Iba a un lugar acorde con mi ropa. Conduje en medio de la noche, la tormenta y el miedo. Era una Midnight Cowboy con un objetivo.

22

Era la madrugada del viernes a las seis y cuarto. Habia conducido toda la noche.

Me pase revista en el aparcamiento subterraneo del edificio Silver Bullet. Mi cabello, el traje y los zapatos estaban secos. Tenia un portafolios, un telefono movil y un gato. Tambien un plan.

Me peine con los dedos, me maquille un poco los ojos y cogi el telefono y el portafolios.

– -Deseame suerte --le dije al gato, pero no lo hizo. Cerre con llave la puerta del coche.

Las seis y veinte de la madrugada. Conocia la rutina de este edificio desde mis dias en Grun amp; Waste. El guardia de seguridad estaria en el despacho de arriba, ya que su turno empezaba a las seis. Llegue al ascensor y aprete el boton. Tendria que detenerme en la planta baja para firmar en el vestibulo. El guardia seria mi primer examen de pelirroja.

Entre en el ascensor y cuando sali, respire hondo y camine como una persona sonolienta, lo cual no me costo mucho.

– ?Senorita! -llamo el guardia. Era un joven negro de facciones atractivas que estaba sentado tras el escritorio de entrada.

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