– -?Como cuales? --pregunte, aunque la respuesta me estaba mirando a la cara. Sobre el escritorio habia una estatuilla de Daffy sentado sobre una montana de dolares y una leyenda que decia: CUANTOS MAS, mejor; mas rapido, MAS BARATO--. ?Dinero?

– -Si, dinero, y no lo pronuncies de ese modo. Daffy es la mismisima realidad, Bennie. Daffy es Dios.

– Es demasiado codicioso.

– -Nunca se puede ser demasiado codicioso, chica. ?Sabes por que soy el mejor abogado en bancarrotas de estos pagos?

– ?Porque estas en bancarrota moral?

– -Solo en parte, pero la razon principal es que comprendo el dinero. Adonde ha ido, donde tendria que haber estado, como conseguir que vuelva. Tengo un sexto sentido para eso. Tu, por otro lado, mantienes la absurda creencia de que el amor es mas importante que el dinero. ?Que clase de abogada eres?

– -Un dinosaurio.

– -Se han extinguido.

– Que asi sea, pero Pepe Le Pew es mi hombre.

– Ah, ze l'amour. Ah, ze toujours. Ah, la grande ilusion -dijo Sam en su frances chapurreado-. Un Romeo sentimentaloide. A ti se te puede comprar, ?sabes?

– Y una mierda.

– Pues si, mi pequena progresista. Se te cae la baba por un buen perdedor, cualquier clase de perdedor. Cuanto mas perdido, contusionado y puteado, mejor. Lo mismo me sucede cuando diviso una bancarrota. Somos los perreros de la profesion.

– Gracias.

Sam me miro con expresion burlona.

– ?No te estoy levantando el animo?

– -Estoy bien.

– -?Que pasa, mi pequena remera de amor? ?Aun te duele lo de Mark?

Suspire, resignada.

– -Sorprende, ?no? Me dejo hace un mes. Ya tendria que haberlo superado. --Senti ganas de patear algo, pero todos los muebles eran de vidrio.

– -No ha pasado tanto tiempo, Bennie. ?Estuvisteis juntos cuanto, seis anos?

– -Siete.

– Te va a doler un tiempo, supongo. Esa mierda de Eve es muy relamida. Estuvo aqui la semana pasada con Mark y me molesto muchisimo. Tan de plastico, tan suave. Es la muneca Barbie de la abogacia.

Sonrei.

– ?Por que me llamaste anoche, Samuel? Llegue a casa demasiado tarde para devolverte la llamada.

Se inclino sobre su escritorio.

– -Estoy preocupado. Me ha llegado un rumor muy desagradable. Hay una retirada de asociados en marcha, ?lo sabias?

– ?Alguien de Grun ha pegado la espantada?

– -No, en R amp; B. 1

– ?Que? ?En mi firma?

– Eso es lo que he oido -dijo asintiendo con la cabeza-. Un amigo mio recibio una llamada de uno de vuestros asociados. Dijo que pronto tendria que buscarse otro •empleo y que a otro colega le pasaba lo mismo.

– -?Quienes? ?Quienes son esos asociados?

– -No me lo dijeron. Solo contamos con ese dato. Le dije que yo no necesitaba a nadie que no conociera el codigo, que no tengo tiempo para entrenarlos. ?Que esta pasando, Bennie? ?Podeis permitiros perder dos asociados? '

– No, no con los casos que nos estan llegando. Maldita sea. -Solo teniamos siete, y Mark y yo eramos los unicos socios-. No puede ser verdad.

– ?Por que no? Tu sabes como funcionan estas cosas, especialmente en los ultimos tiempos. La mitad de las empresas de esta ciudad estan cerrando. Mira a Wolf, a Dilworth. Es como si hubiera diez suicidios en masa cada vez.

– ?Por que un asociado querria irse de R amp; B? Dios santo, ganan casi lo mismo que yo.

– Son unos ingratos. El socialismo no funciona, la autocracia si. Preguntaselo a Bill Gates. Preguntaselo a Daffy Duck.

Me frote la frente.

– -Tratabamos de hacerlo de una forma diferente. No como en Grun.

– Que monton de mierda. Tendrias que haberte quedado aqui. Podriamos estar trabajando juntos, divirtiendonos. Podrias haber sido mi mano derecha. Lo unico que tenias que decir era «chocolate con leche» y todo hubiera sido diferente.

Recorde lo sucedido aquel dia. Habia recibido la llamada del Grande y Poderoso Grun. Un monton de asociados vinieron a mi despacho a prepararme para la Gran Visita, a contarme cual seria la Pregunta que me haria y la Respuesta que le tenia que dar. «Di chocolate con leche.» Y me lo repeti en voz alta para no olvidarme: «Con leche».

– Sabias que te ofreceria un chocolate Godiva…

– -Y que me preguntaria si lo queria con o sin leche.

– -Se esperaba que dijeras «con leche», su favorito. Pero no, mi Bennie tuvo que decirle: «No tomo chocolate, senor Grun». -Sam sacudio la cabeza con tal muestra de dolor que no pude dejar de reirme.

– -?Y que? ?Yo no tomo chocolate!

– -?No pudiste comerte un trozo de esa mierda de chocolate? ?Te hubiera matado? ?Se te hubiera atragantado?

– Exactamente -dije, aunque no se lo explique. De cualquier manera, Sam conocia mi historia. Habia tragado ya tanta mierda que se me habria atascado en la garganta y me habria sofocado la terrible necesidad de complacer, de decir que si, lo que usted mande y a cualquier precio. Me levante y me dirigi a la puerta-. Sera mejor que vuelva a la oficina. Quiero ver lo que pasa. Gracias por la informacion.

– Espera, he oido que estabas en las noticias del mediodia. Defendiendo a ese grupo a favor de los derechos de los animales que provoco un desorden publico.

– No fue un desorden publico y se trata de una pareja, no un grupo. Dos chicos, uno confuso y la otra, no tanto.

– -Tenia que encarar el problema de Eileen, pero al menos |hora estaba entre rejas.

– Pues esta vez estoy del lado de la policia. Furstmann dice que esta a punto de conseguir una vacuna contra el

– Lo se…

– Dile a tus clientes que vengan a verme cuando le lleve la comida a Daniel. Ni siquiera puede tragar debido a la enfermedad. Le tengo que comprar comida para bebes. Diselo a tus clientes. -Un solo cliente. Y tengo al tipo adecuado.

– ?Buen tipo? ?Que lo jodan! -Sam enrojecio de ira. Tenia un pronto terrible, sobre todo despues de que lo hicieron socio-. ?Dejalo que se represente a si mismo! Aun mejor, deja que una de sus ratas de laboratorio lo represente y ya veremos como se las arregla entonces. ?Espero que los policias le hayan hecho entrar en razon!

– -Calmate, no quieres decir eso.

– -Pues si. ?Yo mismo le daria una buena paliza! Yo y todos los maricas que conozco. ?Lo golpeariamos con nuestras carteras!

– Dame un besito, mon petit nom de plutne. -Me acerque al escritorio y le di un beso.

– ?Espero que le rompan las piernas! ?Espero que le Arranquen la polla de cuajo!

– Adios, eso es todo, amor mio -dije, y traspase la puerta.

Вы читаете Gente Legal
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×