– El despido de Barry Alvis forma parte del esfuerzo para quitar lastre en los niveles superiores -anadio Sandy con un tono mas suave, casi de consuelo-. Queremos abogados que hagan su trabajo y aporten clientes. Caray, como tu. Es sencillo. Barry no ha sido el primero ni sera el ultimo. Llevamos trabajando en esto desde hace tiempo, Jack. Mucho antes de que tu llegaras a la firma. -Lord hizo una pausa, mientras miraba a Jack con mucha atencion-. ?Me ocultas alguna cosa? Dentro de poco seremos socios, no puedes ocultarle cosas a tus socios.

Lord rio para sus adentros. La lista de arreglos secretos con sus clientes era larguisima.

Jack estuvo a punto de morder el cebo, pero se contuvo.

– Todavia no soy socio, Sandy.

– Pura formalidad.

– Las cosas no ocurren hasta que pasan.

Lord se movio incomodo en la silla, aparto el humo del cigarrillo como si fuese una varita magica. Asi que los rumores de que Jack pensaba cambiar de barco eran verdad. Los rumores eran la razon por la que Lord estaba sentado aqui con el joven abogado. Se miraron. En el rostro de Jack aparecio la sombra de una sonrisa. Los cuatro millones de dolares en trabajo eran una zanahoria irresistible. Sobre todo porque significaban otros cuatrocientos mil para Sandy Lord; no era que los necesitara, pero tampoco iba a rechazarlos. Tenia fama de gastar mucho. Los abogados no se jubilaban. Trabajaban hasta que se morian. Los mejores ganaban mucho dinero, pero comparado con los presidentes, estrellas del rock y actores cobraban sueldos de miseria.

– Pensaba que te gustaba nuestra tienda.

– Me gusta.

– ?Y?

– ?Y que?

La mirada de Sandy paseo otra vez por el salon. Vio a otra mujer conocida vestida con un elegante y muy caro traje chaqueta, debajo del cual Sandy tenia sus buenas razones para creer que no llevaba nada mas. Se bebio el resto del gin tonic, miro a Jack. Lord estaba a punto de estallar. Estupido mocoso hijo de puta.

– ?Has estado antes aqui?

Jack sacudio la cabeza mientras leia el menu de varias paginas para saber si servian hamburguesa con patatas fritas. No figuraban. En aquel momento, Lord le arranco el menu de las manos y se inclino hacia el, el aliento fuerte y cargado de olor de alcohol.

– Entonces, ?por que no echas una ojeada?

Lord levanto un dedo para llamar al camarero y pidio un Dewar’s con agua, que le sirvieron casi al instante. Jack se echo hacia atras en la silla, pero Lord se acerco mas, como si quisiera tumbar la mesa.

– Aunque no te lo creas, Sandy, ya he estado antes en un restaurante.

– Pero no en uno como este, ?me equivoco? ?Ves a aquella damita de alla? -Los dedos muy delgados de Lord cortaron el aire. Jack se fijo en la joven enlace-. Me he follado a esa mujer cinco veces en los ultimos seis meses-. Lord sonrio al ver la impresion que la joven causaba en Jack.

– Ahora te preguntaras por que una criatura como ella acepta acostarse con un viejo gordo como yo.

– Quiza le das lastima. -Jack sonrio, pero a Lord no le hizo ninguna gracia.

– Si eso es lo que crees, entonces eres de un ingenuo rayano en la incompetencia. ?De verdad crees que las mujeres en esta ciudad son mas puras que los hombres? ?Por que iban a serlo? El hecho de que tengan tetas y vistan faldas no significa que no consigan lo que quieren y que no utilizaran todos los medios a su disposicion para conseguirlo.

»Veras, hijo -continuo Lord-, es porque yo tengo lo que quiero, y no me refiero a cuando estamos en la cama. Ella lo sabe, yo lo se. Puedo abrirle puertas en esta ciudad que solo un punado de hombres pueden abrir. La cuestion es que por eso deja que la folle. No es mas que una transaccion comercial entre dos personas inteligentes y muy sofisticadas. ?Que te parece?

– ?Que me parece que?

Lord se aparto, encendio otro cigarrillo, y soplo anillos de humo perfectos. Se tironeo del labio mientras se reia.

– ?Algo gracioso, Sandy?

– Solo pensaba en que, sin duda, te lo pasaste bomba en la facultad poniendo a parir a la gente como yo. Creias que nunca llegarias a ser como yo. Defenderias a los extranjeros ilegales que reclamaban asilo politico o te encargarias de las apelaciones de los pobres hijos de puta condenados a muerte por asesinar a media docena de personas, con la justificacion de que sus madres les pegaban cuando eran pequenos y se portaban mal. Dime la verdad, lo hacias, ?no?

Jack se aflojo el nudo de la corbata, bebio un trago de cerveza. Habia visto antes a Lord en accion. Se olia una encerrona.

– Tu eres uno de los mejores abogados que hay por aqui, Sandy, todos lo dicen.

– Mierda, hace anos que no ejerzo.

– Pero lo que haces te funciona.

– ?Y tu que quieres hacer, Jack?

Jack noto un leve pero perceptible pinchazo en las tripas al escuchar su nombre en boca de Lord. Sugeria un proxima intimidad que le sorprendio, aunque sabia que era inevitable. ?Socio? Jack encogio los hombros.

– ?Quien sabe lo que querra ser de mayor?

– Ya eres mayor, Jack, ya tienes edad de pagar billete entero. Por lo tanto, ?que quieres hacer?

– No te entiendo.

Lord volvio a inclinarse, con los punos apretados, como un peso pesado en el cuerpo a cuerpo buscando la mas minima abertura. Por un momento, el ataque parecio inminente. Jack se puso tenso. -Crees que soy un crapula, ?no es asi?

– ?Me recomiendas algun plato en especial? -replico Jack otra vez con el menu en la mano.

– Venga, no te hagas el tonto. Crees que soy un crapula ambicioso y egocentrico al que le importa un carajo todo aquello que no me reporte un beneficio. ?No es asi, Jack? -La voz de Lord sonaba cada vez mas fuerte a medida que se erguia en la silla. Aparto el menu de Jack de un manotazo.

Jack miro nervioso a su alrededor, pero nadie parecia prestarles atencion, prueba evidente de que todas las palabras de la discusion era escuchadas y analizadas. Los ojos enrojecidos de Lord miraron directamente a Jack.

– Lo soy, ?sabes? Eso es exactamente lo que soy, Jack.

Lord se repatingo en la silla, triunfante. Sonrio. Jack le devolvio la sonrisa a pesar de la repulsion.

Jack se relajo un poco. Como si hubiese notado el pequeno cambio, Lord acerco la silla a la de Jack, hasta casi tocarlo. Por un momento, Jack considero apartarlo de un punetazo: todo tenia un limite.

– Asi es, soy todas esas cosas, Jack, todas esas cosas y muchas, muchas mas. Pero ?sabes algo, Jack? Asi soy,yo. No intento disfrazarlo ni explicarlo. Todos los hijos de puta que me han conocido saben exactamente quien y como soy. Creo en lo que hago. No voy por ahi enganando a la gente. -Lord inspiro con fuerza y solto el aire poco a poco.

Jack sacudio la cabeza en un intento por despejarse.

– ?Que me dices de ti, Jack?

– ?Que pasa conmigo?

– ?Quien eres, Jack? ?En que crees, si crees en algo?

– Pase doce anos en una escuela catolica. Tengo que creer en algo.

– Me desilusionas. -Lord meneo la cabeza en un gesto de cansancio-. Me han dicho que eres un chico brillante. O mis informes mienten, o tu te limitas a sonreir como un tonto porque tienes miedo de lo que puedas decir.

Jack sujeto la muneca de Lord con dedos de hierro.

– ?Que cono quieres de mi?

Lord sonrio y golpeo suavemente la mano de Jack hasta que el le solto la muneca.

– ?Te gustan estos lugares? Con Baldwin como cliente comeras en sitios como este hasta que tengas las arterias duras como la piedra. Dentro de unos cuarenta anos, estiraras la pata en alguna trampa de arena en el Caribe y dejaras atras a una joven y de pronto muy rica tercera esposa, pero moriras feliz, te lo juro.

– Me da lo mismo un lugar que otro.

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