– Dios mio, no. Yo era amiga de ella, pero no dejaba de ser una empleada. Solo llevaba con ellos un ano. El senor Sullivan nunca hablo conmigo. Me refiero a que no es el tipo de cosas que le diria a alguien como yo, ?no le parece?
– No, supongo que no. -Frank estaba seguro de que mentia, pero no tenia ninguna prueba. Christine Sullivan era la clase de persona a la que le gusta exhibir su riqueza ante alguien con quien pudiera identificarse, aunque solo fuera para mostrar lo mucho que habia progresado en el mundo.
– ?Por lo tanto, tampoco sabia que se podia mirar a traves del espejo hacia el dormitorio?
Esta vez la mujer se quedo boquiabierta. Frank vio el rubor debajo de la fina capa de maquillaje.
– Wanda, ?puedo llamarle Wanda? ?Wanda, comprende, no, que el sistema de alarma de la casa fue desactivado por la persona que entro? Fue desactivado utilizando el codigo correcto. Ahora bien, ?quien conectaba la alarma?
– Lo hacia Richard -replico-. Algunas veces, el senor Sullivan.
– Entonces, ?todos los ocupantes de la casa conocian el codigo?
– Oh no, desde luego que no. Richard lo sabia, en efecto. Lleva con el senor Sullivan casi cuarenta anos. Que yo sepa, el era el unico aparte de los Sullivan, que conocia el codigo.
– ?Alguna vez le vio conectar la alarma?
– Por lo general ya estaba acostada cuando la conectaban. Frank le miro. «Desde luego, Wanda, desde luego.»
– ?Usted… usted no sospechara que Richard tuvo algo que ver con esto? -dijo Wanda Broome mirandole asombrada.
– Wanda, de alguna manera, alguien que no podia hacerlo, desconecto el sistema de alarma. Y es logico que las sospechas recaigan sobre cualquiera que conociera el codigo.
Por un momento, Wanda Broome dio la impresion de que se echaria a llorar, pero se contuvo.
– Richard tiene casi setenta anos.
– Entonces es probable que necesite hacerse con unos ahorrillos. Como comprendera, todo esto es estrictamente confidencial.
Ella asintio al tiempo que se sonaba la nariz. Cogio la taza de cafe y se lo bebio a sorbitos.
– Hasta que alguien me explique como entraron en el sistema de seguridad -anadio Frank-, he de investigar las pistas que parecen mas logicas.
Mantuvo la mirada sobre la mujer. Habia dedicado todo el dia anterior a averiguar todo lo posible sobre Wanda Broome. Era una historia bastante habitual excepto en un detalle. Cuarenta y cuatro anos, se habia divorciado dos veces y tenia dos hijos mayores. Vivia en el ala de los sirvientes junto con el resto de los empleados de la casa. A unos diez kilometros de alli vivia la madre, de ochenta y un anos, en una casa modesta que necesitaba de algunas reparaciones; la anciana cobraba la pension del marido y un subsidio de la Seguridad Social. Broome, tal como ella misma habia dicho, trabajaba para los Sullivan desde hacia mas o menos un ano, cosa que habia llamado la atencion de Frank: era la empleada mas nueva de la casa. Esto en si mismo no significaba gran cosa, pero segun todos los informes los Sullivan trataban muy bien a los empleados, y tambien habia que destacar la lealtad del personal bien pagado y con muchos anos de antiguedad. Wanda Broome parecia ser alguien muy leal. La pregunta era a quien.
El detalle era que Wanda Broome habia estado en prision, de esto hacia unos veinte anos, por desfalco cuando trabajaba de contable para un medico en Pittsburgh. Los demas sirvientes no tenian antecedentes. Ella habia quebrantado la ley, y habia pasado una temporada entre rejas. En aquel entonces se llamaba Wanda Jackson. Se habia divorciado al salir de la carcel, o mejor dicho el la habia dejado. Desde entonces nunca habia cometido ningun delito. Con el cambio de nombre y una condena tan lejana, si los Sullivan habian averiguado los antecedentes, quiza no habian encontrado nada, o quiza no les habia importado. Segun todas las fuentes, Wanda Broome habia sido una ciudadana honesta y trabajadora durante estos ultimos veinte anos.
Frank se pregunto que le habia hecho cambiar.
– ?Hay alguna cosa que recuerde o piense que me pueda servir de ayuda, Wanda? -Frank intento parecer lo mas inocente posible; abrio la libreta e hizo ver que tomaba notas. Si ella era el complice en el interior, lo que menos le interesaba era que Wanda alertara a Rogers. Por otro lado, si conseguia que se derrumbara, quizas ella decidiria cambiar de bando.
Se la imagino quitando el polvo en el vestibulo. Hubiese sido facil, tan facil rociar el pano con el producto quimico y despues pasarlo por el panel de la alarma. Hubiese parecido tan natural, que nadie, incluso alguien que le hubiese estado mirando mientras lo hacia, hubiese sospechado nada. Solo una criada eficaz haciendo su trabajo. Despues no habia tenido mas que regresar al vestibulo cuando todos dormian, iluminar un segundo el panel y ya esta.
Desde un punto de vista estrictamente tecnico, quiza se le podia considerar complice de un asesinato, dado que el homicidio era una de las consecuencias probables del robo a una casa. Pero Frank no pretendia mandar a Wanda Broome a la carcel de por vida, sino atrapar al que habia disparado. Estaba seguro de que esta mujer no habia trazado el plan. Ella habia interpretado un papel pequeno pero muy importante. Frank queria al maestro de ceremonias. Llamaria al fiscal de la mancomunidad y arreglaria un trato para Wanda a cambio de su ayuda.
– ?Wanda? -Frank se inclino sobre la mesa y la cogio de una mano, ansioso-. ?Recuerda algo mas? ?Algo que me ayude a detener a la persona que asesino a su amiga?
Frank recibio una leve sacudida de cabeza como unica respuesta y se echo hacia atras. No habia esperado gran cosa de este encuentro, pero habia conseguido transmitir el mensaje. La pared comenzaba a desmoronarse. Estaba seguro de que ella no avisaria al tipo. Se haria con la confianza de Wanda Broome, poco a poco.
Mas tarde descubriria que ya habia ido demasiado lejos.
14
Jack dejo el maletin en un rincon, arrojo el abrigo sobre el sofa y se resistio al impulso de echarse a dormir sobre la alfombra. Ucrania y vuelta en cinco dias le habia hecho polvo. La diferencia horaria de siete horas ya habia algo terrible, pero para ser alguien que rondaba los ochenta, Walter Sullivan se habia mostrado infatigable.
Les habian hecho pasar por los controles de seguridad con el respeto y la celeridad que se merecian la fortuna y la fama de Sullivan. A partir de aquel momento se habia sucedido una serie de reuniones interminable. Habian visitado fabricas, minas, oficinas, hospitales, y despues habian ido a cenar y a emborracharse con el alcalde de Kiev. El presidente de Ucrania les habia recibido al segundo dia, y al cabo de una hora Sullivan le habia subyugado. El capitalismo y la libre empresa eran respetados por encima de todo lo demas en la republica liberada y Sullivan era un capitalista con C mayuscula. Todos querian hablar con el, estrecharle la mano, como si les fuera a contagiar parte de su capacidad para hacer dinero, y ellos se fueran a hacer ricos en cuestion de dias.
El resultado habia superado todas las expectativas a medida que los ucranianos aceptaban entusiasmados todos los puntos del acuerdo comercial. La oferta por los misiles vendria despues en el momento apropiado. Todos esos cacharros inutiles se convertirian en dinero contante y sonante.
El 747 de Sullivan habia hecho el vuelo directo desde Kiev al aeropuerto internacional de Washington y una limusina habia llevado a Jack a su casa. Fue a la cocina. Lo unico que habia en el frigorifico era leche agria. La comida ucraniana no estaba mal pero era pesada, y despues del primer par de dias solo habia picoteado. Y habia bebido demasiado. Al parecer, no se podian hacer negocios sin beber.
Se rasco la cabeza, tenia un sueno brutal, pero estaba demasiado cansado para dormir. En cambio tenia hambre. El reloj interno le decia que eran casi las ocho de la manana y el que llevaba en la muneca marcaba las doce pasadas. Si bien la capital del pais no podia compararse con la Gran Manzana en la capacidad de atender cualquier apetito o interes las veinticuatro horas del dia, habia algunos lugares donde Jack podia encontrar una comida decente en una noche de semana a horas intempestivas. Mientras se ponia el abrigo sono el telefono. Tenia conectado el contestador automatico. Jack abrio la puerta, pero vacilo. ?Quien llamaba a estas horas? Escucho el mensaje del contestador seguido por la senal.