Seth Frank llevaba en la oficina casi una hora. Un amigo en la seccion de homicidios de la capital le habia comunicado todo lo que sabian del doble asesinato en la firma de abogados. Frank no sabia si estaban relacionados con Sullivan. Pero habia un denominador comun. Un denominador comun que le habia provocado un dolor de cabeza tremendo, y apenas eran las siete de la manana.

Sono el telefono directo. Atendio la llamada y en su rostro aparecio una expresion incredula.

– Jack, ?donde diablos esta?

Habia una dureza en el tono del detective que Jack no esperaba oir.

– Buenos dias a usted tambien.

– Jack, ?sabe lo que ha pasado?

– Acabo de verlo en la television. Yo estuve alli anoche, Seth. Me perseguian; no se como pero Sandy debio cruzarse en su camino y ellos le mataron.

– ?Quienes? ?Quienes le mataron?

– ?No lo se! Yo estaba en la oficina, oi un ruido. Despues un tipo armado con una pistola me persiguio por todo el edificio y tuve suerte de salir de alli con la cabeza intacta. ?La policia tiene alguna pista?

Frank inspiro con fuerza. La historia sonaba fantastica. Creia en Jack, confiaba en el. Pero, ?quien podia poner la mano en el fuego por nadie en estos tiempos?

– ?Seth? ?Seth?

Frank se mordio las unas mientras pensaba a toda maquina. Segun lo que hiciera a continuacion podrian ocurrir dos cosas muy distintas. Por un momento penso en Kate Whitney. En la trampa que le habia tendido a ella y al padre. Todavia no lo habia olvidado. Era un poli, pero tambien era un ser humano. Confiaba en que aun le quedara algo de decencia.

– Jack, la policia tiene una pista. De hecho, una pista muy buena. -De acuerdo. ?Cual es?

– Es usted, Jack -respondio Frank, tras una pausa-. Usted es la pista. El tipo que la policia de todo el distrito esta buscando en este mismo momento por toda la ciudad.

A Jack se le cayo el auricular de la mano. Le parecio que la sangre no le circulaba por las venas.

– ?Jack? Jack, maldita sea, hableme. -Las palabras del detectiveno se registraron en la mente del abogado.

Jack miro a traves de la ventana. Afuera habia personas que querian matarle y otras que querian arrestarlo por asesinato.

– ?Jack!

– Yo no mate a nadie, Seth -contesto por fin con un esfuerzo. Las palabras sonaron como si se derramaran por un desague, a punto de ser arrastradas.

Frank escucho lo que deseaba escuchar con desesperacion. No eran las palabras -la gente culpable siempre mentia- sino el tono con que fueron dichas. Desaliento, incredulidad, horror, una mezcla muy explosiva.

– Le creo, Jack -dijo Frank, en voz baja.

– ?Que demonios esta pasando, Seth?

– Por lo que me han dicho, los polis le tienen grabado en una cinta entrando en el garaje a medianoche. Al parecer, Lord y una amiga ya se encontraban en el edificio.

– No los vi.

– No estoy muy seguro de que tuviera que verles. -Frank sacudio la cabeza y continuo-: Al parecer, les encontraron semidesnudos, sobre todo la mujer. Supongo que acababan de hacer lo que les habia llevado alli.

– ?Vaya!

– Tambien aparece en el video cuando sale del garaje despues delos asesinatos.

– ?Que hay del arma? ?Encontraron el arma?

– Si. En un contenedor de basura en el garaje. -?Y?

– Sus huellas estaban en el arma, Jack. Eran las unicas que habia. Despues de verle en el video, los polis de Washington buscaron sus huellas en el archivo de abogados del estado de Virginia. Vieron que eran las mismas.

Jack se hundio en la silla.

– Nunca toque ningun arma, Seth. Alguien intento matarme y sali corriendo. Le pegue al tipo, con un pisapapeles que cogi de mi mesa. Eso es lo unico que se. -Hizo una pausa-. ?Que hago ahora?

Frank esperaba la pregunta. Honestamente, no sabia que contestar. Desde un punto de vista tecnico, al hombre le buscaban por asesinato. Su deber como agente de la ley estaba muy claro, pero se daba el caso de que no era asi.

– Quiero que se quede donde esta. Hare unas cuantas averiguaciones. Pero bajo ninguna circunstancia vaya a ninguna parte. Llameme dentro de tres horas. ?De acuerdo?

Jack colgo y penso en su situacion. La policia le buscaba por el asesinato de dos personas. Sus huellas dactilares aparecian en un arma que no habia tocado. Era un fugitivo de la justicia. Y acababa de hablar con un policia. Frank no le habia preguntado donde estaba. Pero podian rastrear la llamada. Podian haberlo hecho con toda facilidad. Solo que Frank no lo haria. Entonces Jack penso en Kate.

Los polis nunca decian toda la verdad. El detective habia enganado a Kate. Despues lo habia lamentado, o al menos habia dicho que lo lamentaba.

Un sirena sono en la calle y a Jack se le paro el corazon por un instante. Corrio a la ventana y miro, pero el coche de la policia siguio su camino hasta que las luces azules se perdieron de vista.

Pero quizas ya estaban de camino. Venian a buscarle ahora mismo. Cogio el abrigo y se lo puso. Entonces miro la cama.

La caja.

No le habia dicho ni una palabra a Frank del objeto. Anoche habia sido la cosa mas importante de su vida, pero ahora habia pasado a un segundo plano.

– ?No tienes bastante trabajo en el campo? -Craig Miller era detective de homicidios en Washington con muchos anos de servicio. Fornido, con una abundante cabellera negra y ondulada, y una cara que traicionaba su aficion al buen whisky. Frank le conocia desde hacia anos. Eran unos buenos amigos que compartian la creencia de que el crimen siempre debia ser castigado.

– Nunca lo suficiente como para impedirme venir hasta aqui y saber si vales para el trabajo de detective - replico Frank, con una sonrisa severa.

Miller le devolvio la sonrisa. Se encontraban en la oficina de Jack. La unidad criminal estaba acabando el trabajo.

Frank echo una ojeada a la amplia y lujosa habitacion. Jack ahora estaba muy lejos de esta clase de vida, penso para si mismo. Miller le miro mientras recordaba una cosa.

– Este tipo, Graham, estaba involucrado en el caso Sullivan, ?no?

– Era el abogado del sospechoso.

– ?Eso es! Vaya cambio. De abogado defensor a futuro acusado. -Miller volvio a sonreir.

– ?Quien encontro los cuerpos?

– La encargada de la limpieza. Entra a trabajar sobre las cuatro de la manana.

– Te ha pasado por la cabezota algun motivo?

– Venga -dijo Miller con una mirada de suspicacia-. Son las ocho de la manana. Has venido hasta aqui desde el medio de la nada para escarbar en mi cabeza. ?Que pasa?

– No lo se. -Frank se encogio de hombros-. Conoci al tipo durante el caso. Me quede de piedra cuando vi su cara en las noticias del a manana. No lo se. Llamalo intuicion.

Miller le miro con atencion durante un instante y decidio no insistir.

– Por lo que parece, el motivo esta claro. Walter Sullivan era el principal cliente del muerto. Este tipo, Graham, sin hablar con nadie de la firma, aparece y representa al chorizo acusado de matar a la esposa del tipo. Eso, obviamente, no le sento bien a Lord. Segun parece, los dos tuvieron una reunion en la casa de Lord. Quizas intentaron resolver las cosas, o quiza las empeoraron mas.

– ?Como te has enterado de todo esto?

– El socio gerente de la firma. -El detective abrio la libreta-. Daniel J. Kirksen. Me conto todos los dimes y

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