Dirk viro de nuevo, apago el motor y dejo que el balandro derivara con la corriente. En el momento en que los numeros en la pantalla del aparato GPS se acercaron a las coordenadas del pecio, largo el ancla. Despues puso en marcha el compresor.
Volvieron a ponerse el equipo de buceo y saltaron al agua uno por cada banda. Dirk abrio la valvula del chorro de agua y clavo la boquilla de la manguera en la arena, tal como los chicos meten la boquilla de la manguera en la tierra del jardin para hacer un agujero. Despues de cinco intentos sin encontrar nada solido, noto de pronto que la punta de la boquilla golpeaba contra un objeto duro a poco menos de un metro por debajo del fondo. Continuo perforando hasta formar una cuadricula, con la sonda de metal de Summer en una de las esquinas.
– Si que hay algo ahi abajo -comento en cuanto salieron a la superficie y se quito la boquilla del respirador de la boca-. Tiene el tamano aproximado de una nave antigua.
– Podria ser cualquier cosa -opino Summer, muy sensatamente-. Desde los restos de un viejo pesquero a basura arrojada desde una barcaza.
– Lo sabremos en cuanto cavemos un agujero con la draga de induccion.
Nadaron de regreso al velero, conectaron la manguera a la draga y la dejaron caer al agua. Dirk se ofrecio voluntario para la lenta y pesada tarea de manejar la draga. Summer se quedo a bordo para vigilar el compresor.
Dirk arrastro la manguera, que estaba acoplada a un tubo de metal que chupaba la arena del fondo y la sacaba por una segunda manguera, que dejo unos metros mas alla para impedir que la arena en suspension enturbiara el agua. La draga funcionaba como una aspiradora domestica. La arena era blanda, y en menos de veinte minutos habia abierto un agujero cuadrado de metro veinte de ancho y noventa centimetros de profundidad. Luego, unos treinta centimetros mas abajo, encontro un objeto redondo que identifico como un antiguo recipiente de ceramica para el aceite, como los que aparecian en las fotos que les habia mostrado el doctor Boyd durante la conferencia en la NUMA. Retiro con mucho cuidado la arena que lo rodeaba hasta que pudo levantarlo. Lo dejo junto al agujero y continuo con su trabajo.
El proximo hallazgo fue una taza de ceramica. Luego otras dos. A estas las siguieron la empunadura y la hoja corroida de una espada. Estaba a punto de abandonar y llevar su botin a la superficie, cuando quito la arena de un objeto con la forma de una cupula con dos protuberancias laterales. Habia destapado casi la mitad, cuando los latidos de su corazon se aceleraron. Acababa de identificar aquello que Homero habia descrito en sus obras como un casco con cuernos de la Edad del Bronce.
Dirk acabo de sacar el antiquisimo casco del lugar donde reposaba desde hacia mas de tres mil anos y lo deposito suavemente en la arena dorada junto a los demas hallazgos. Estar de pie dentro del agujero entre los remolinos de arena y manejar la draga resulto un trabajo agotador. Llevaba casi cincuenta minutos de inmersion y habia encontrado lo que habia ido a buscar: las pruebas de que la flota de Ulises se habia hundido en el mar de las Antillas y no en el Mediterraneo.
El aire de la botella estaba a punto de acabarse y, por mas que habria podido agotarlo y luego subir a la superficie con una simple exhalacion, habia llegado el momento de tomarse un descanso, una vez que llevara los objetos a bordo del
Subio a la superficie con el casco entre los brazos como si fuese un recien nacido. Summer lo esperaba junto a la escalerilla para recoger la botella de aire y el cinturon de lastre. Dirk saco el casco fuera del agua y se lo alcanzo con mucho cuidado.
– Cogelo -le dijo-, pero tratalo con mucha suavidad. Esta en muy mal estado.
Antes de que su hermana pudiera hacer un comentario, se sumergio de nuevo para ir a buscar los demas objetos.
Cuando al fin subio al balandro, Summer ya habia vaciado el recipiente del hielo y estaba sumergiendo los objetos en agua salada para preservarlos.
– ?Fantastico! -exclamo y lo repitio tres veces-. No puedo creer lo que veo. Un casco, un maravilloso casco de la Edad del Bronce.
– Hemos tenido muchisima suerte al encontrarlos en la primera inmersion.
– ?Crees que pertenecen a la flota de Ulises?
– No lo sabremos a ciencia cierta hasta que los expertos como el doctor Boyd y el doctor Chisholm los examinen. Afortunadamente, estaban enterrados en el sedimento que los ha preservado durante tantos anos.
Despues de una comida ligera y otra hora de descanso, mientras Summer se dedicada a limpiar las primeras capas de las incrustraciones sin danar los objetos, Dirk se sumergio de nuevo para continuar trabajando con la draga.
Esta vez encontro cuatro lingotes de cobre y uno de estano. Tenian una forma curiosa con los bordes concavos, una clara indicacion de que procedian de la Edad del Bronce. Luego descubrio un martillo de piedra. A una profundidad de un metro cincuenta, dio con fragmentos de tablas y vigas de madera. Habia un trozo de viga que media sesenta centimetros de largo por doce de ancho. Quiza, solo quiza, penso Dirk, un laboratorio de dendrocronologia podria obtener una fecha a partir de los anillos de crecimiento del arbol que habian utilizado. Cuando acabo de llevar los objetos a la superficie y desmonto la draga, era la ultima hora de la tarde.
Encontro a Summer entretenida en la contemplacion de una magnifica puesta de sol con las nubes pintadas de rojo naranja por los rayos de la enorme bola que era el sol en el momento de ocultarse debajo del horizonte. Su hermana lo ayudo a quitarse el equipo.
– Preparare la cena. Tu encargarte de abrir una botella de vino.
– ?Que tal un coctel para celebrarlo? -propuso Dirk con una sonrisa-. Compre una botella del mejor ron de Guadalupe antes de salir del hotel, y tenemos
– Tendremos que beberlos a temperatura ambiente. Tire el hielo de la nevera cuando trajiste a bordo los primeros objetos, para utilizarlo como tanque de conservacion.
– Ahora que tenemos un yacimiento productivo -comento Dirk-, creo que manana podriamos comenzar la busqueda y exploracion de las otras naves de la flota de Ulises.
Summer miro con anoranza el agua, que comenzaba a adquirir un color azul oscuro a medida que el sol se hundia en el mar.
– Me pregunto cuantos tesoros encontraremos ahi abajo.
– Quiza no haya ninguno.
Summer vio la duda reflejada en los ojos de su hermano.
– ?Por que lo dices?
– No puedo afirmarlo, pero creo que alguien se nos ha adelantado.
– ?Adelantado? -repitio Summer, con un tono esceptico-. ?Quien puede haber estado aqui?
Dirk miro los edificios de la isla con cierta aprension mientras respondia:
– Tengo la sensacion de que los objetos han sido movidos de lugar por manos humanas, y no por las mareas y los corrimientos de arena. Pareciera como si los hubiesen amontonado en una pila que no es obra de la naturaleza.
– Ya nos preocuparemos por eso manana -afirmo Summer, hechizada por la puesta de sol-. Tengo hambre y sed. Ocupate de preparar los cocteles.
Era noche cerrada cuando Summer acabo de preparar una sopa de chirlas y el par de langostas que habia pescado durante la inmersion. De postre sirvio platanos Foster. Luego se tumbaron en la cubierta, y miraron las estrellas mientras conversaban animadamente, con el fondo del suave chapoteo de las olas contra el casco del balandro.
Como todos los hermanos mellizos, Dirk y Summer estaban muy unidos aunque, a diferencia de los mellizos identicos, cada uno tenia su vida independiente cuando no trabajan juntos. Summer salia con un joven diplomatico del Departamento de Estado que le habia presentado su abuelo senador. Dirk preferia no tener ninguna relacion estable y salia con chicas muy distintas en aspecto y personalidad.
Si bien estaba cortado por el mismo patron que su padre, Dirk no compartia los mismos intereses. Era cierto que a los dos les gustaban los coches y los aviones antiguos y sentian verdadera pasion por el mar, pero aqui acababan las similitudes. A Dirk le encantaba participar en las carreras de motos de cross y lanchas. Era un