fuera por satisfacer la curiosidad, empujo la puerta. Fue como querer talar un roble con el canto de la mano. Cuando se habia dormido en la cubierta del balandro vestia un pantalon corto y una camiseta. Ahora comprobo que aquellas prendas habian desaparecido y vestia un albornoz de seda blanco. Le parecio tan fuera de lugar en aquella mazmorra que ni siquiera intento imaginarse su significado.
Entonces penso en Summer. ?Que habria sido de ella? ?Donde estaria? No recordaba nada excepto haber estado mirando la luna salir del mar antes de quedarse dormido. El dolor de cabeza fue disminuyendo poco a poco. Entonces comprendio que le habian propinado un golpe, para despues trasladarlo a tierra y encerrarlo en esa celda. Pero ?que habian hecho con Summer? La desesperacion empezo a apoderarse de el. La situacion parecia no tener salida. No podia hacer absolutamente nada encerrado como estaba en esa caja de cemento.
Ya era bien entrada la tarde cuando escucho unos ruidos fuera de la celda. Luego llego el chasquido de la llave que giraba en la cerradura y la puerta se abrio hacia el exterior. Vio a una mujer de cabellos rubios, ojos azules y un mono verde que le apuntaba directamente al pecho con una pistola automatica de gran calibre.
– Venga conmigo -dijo la mujer con una voz suave, sin el menor asomo de amenaza.
En otra situacion Dirk la habria encontrado muy atractiva, pero alli, le resultaba horrible como la mas fea de las brujas.
– ?Adonde vamos? -pregunto.
La mujer lo toco en la espalda con el canon del arma, sin responderle. Caminaron por un largo corredor donde habia varias puertas de hierro. Dirk se pregunto si Summer estaria tras de alguna de ellas. Al final del pasillo habia una escalera y Dirk comenzo a subirla sin que se lo dijeran. Una vez arriba, entraron en una antesala con el suelo de marmol y las paredes cubiertas con millares de cuadritos de azulejos dorados. El tapizado de las sillas era de cuero tenido de color lavanda y las mesas de madera con inscrustaciones del mismo color. Dirk encontro la decoracion vulgar y recargada.
Su escolta lo llevo hasta unas grandes puertas doradas, llamo con los nudillos y despues se aparto cuando las abrieron desde el interior. Le indico que entrara con un ademan.
Dirk se quedo asombrado ante la vision de cuatro bellisimas mujeres pelirrojas ataviadas con tunicas color lavanda y dorado, sentadas alrededor de una mesa de grandes dimensiones, que habia sido tallada de un bloque de coral rojo. Summer las acompanaba, con la diferencia de que su tunica era blanca.
Corrio hacia su hermana y la sujeto por los hombros.
– ?Estas bien?
Summer se volvio lentamente y lo miro como si estuviese en trance.
– ?Bien? Si, estoy bien.
Dirk se dio cuenta de que habia sido drogada.
– ?Que te han hecho?
– Por favor sientese, senor Pitt -le ordeno la mujer que ocupaba la cabecera. Vestia una tunica dorada. Su voz era discreta y musical, aunque con un toque de arrogancia.
Dirk intuyo un movimiento a su espalda. Era su escolta, que habia salido de la sala y cerrado la puerta. Por un momento penso que, a pesar de la inferioridad numerica, podria dejarlas fuera de combate e intentar la huida con Summer. Desistio, consciente de que habian sedado a su hermana hasta tal punto que a duras penas se podria mover. Aparto una silla al otro extremo de la mesa y se sento.
– ?Puedo preguntar cuales son sus intenciones respecto a mi hermana y a mi?
– Puede -respondio la mujer que obviamente tenia el mando. Luego dejo de prestarle atencion y se volvio hacia la mujer sentada a su derecha.
– ?Habeis revisado la embarcacion?
– Si, Epona. Encontramos equipos de buceo y varios aparatos de deteccion submarina.
– Les pido disculpas si hemos invadido una propiedad particular -manifesto Dirk-. Creiamos que la isla estaba desierta.
Epona lo miro con una expresion helada en los ojos.
– Tenemos nuestra propia manera de tratar a los intrusos.
– Vinimos como parte de una expedicion arqueologica para buscar unas naves antiguas. Nada mas.
La mujer miro a Summer, y de nuevo a Dirk.
– Sabemos lo que estaban buscando. Su hermana ha sido mucho mas amable al darnos un informe completo de sus actividades.
– Despues de drogaria hasta las cejas -replico Dirk.
Se enfurecio tanto que estuvo a punto de saltar sobre la mesa para atacarla. Pero fue como si ella le hubiese leido el pensamiento.
– No piense en ofrecer resistencia, senor Pitt. Mis guardias responderan en un instante.
Dirk se obligo a relajarse y actuar con indiferencia.
– En resumen, ?que le dijo Summer?
– Que ustedes dos trabajan para la
– Ha leido a Homero.
– Vivo y respiro con Homero el celta, no con el Homero griego.
– En ese caso, conoce la verdadera historia de Troya y del viaje de Ulises a traves del oceano.
– Es la razon por la que mis hermanas y yo estamos aqui. Hace diez anos, despues de otros muchos de estudios e investigaciones, llegamos a la conclusion de que habian sido los celtas y no los griegos quienes habian combatido contra los troyanos, y no por el amor de Helena sino por las minas de estano de Cornualles, las que necesitaban para fabricar el bronce. Como ustedes, seguimos la estela de Ulises a traves del Atlantico. Quiza le interese saber que su flota no fue destruida por las piedras lanzadas por los lestrigones, sino que se fue a pique por un huracan.
– ?Que paso con el tesoro que transportaba la flota perdida?
– Fue rescatado hace ocho anos y se utilizo para construir el imperio Odyssey.
Dirk permanecio muy quieto, pero sus manos temblaban ocultas debajo de la mesa. Una luz de advertencia parpadeaba en su cabeza. Estas mujeres quiza le perdonarian la vida a Summer, pero dudaba mucho que le dejaran ver el proximo amanecer.
– ?Puedo preguntar en que consistia el tesoro?
Epona se encogio de hombros.
– No veo ningun motivo para ocultar los resultados. No hay ningun misterio en nuestro logro. Los equipos de rescate recuperaron mas de dos toneladas de objetos de oro, platos, esculturas y otros objetos decorativos celtas. Eran unos consumados maestros de la orfebreria. Todo eso, junto con miles de otras piezas antiguas, se vendieron en el mercado libre por todo el mundo, y recaudamos poco mas de setecientos millones de dolares.
– ?No fue algo arriesgado? -pregunto Dirk-. Los franceses que gobiernan Guadalupe, los griegos y las demas naciones europeas que una vez fueron regidas por los celtas, ?no se presentaron para reclamar la propiedad del tesoro?
– Fue un secreto muy bien guardado. Todos los compradores de las piezas manifestaron el deseo de permanecer en el anonimato y todas las transacciones se hicieron con la maxima discrecion, incluido el oro que esta depositado en China.
– Se refiere usted a la Republica Popular China, por supuesto.
– Desde luego.
– ?Que pasa con los hombres que se encargaron del rescate? Seguramente habran pedido una parte de lo recaudado, y conseguir que mantuvieran la boca cerrada no habra sido facil.
– No recibieron nada -respondio Epona, con un claro tono de burla-, y el secreto murio con ellos.
Dirk no paso por alto el matiz.
– ?Los asesinaron? -Lo dijo como si fuera un hecho mas que una suposicion.
– Digamos sencillamente que se unieron a las tripulaciones perdidas de Ulises. -Epona hizo una pausa y en su rostro aparecio una sonrisa enigmatica-. Ninguno de los que han venido a esta isla ha vivido para contarlo. Ni siquiera los turistas que fondean sus embarcaciones en la bahia o los pescadores que se pasan de curiosos.