Con el rostro palido, el presidente del comite miraba a Specter mientras golpeaba con el mazo en un intento por restablecer el orden.
– ?Que esta pasando aqui? -grito.
Nadie se interpuso cuando Pitt rodeo la mesa, le quito las gafas de sol a Specter y las arrojo al suelo. Luego le quito el sombrero y el panuelo y los dejo sobre la mesa.
Todos los presentes se quedaron boquiabiertos al ver la larga cabellera roja que caia sobre los hombros de Specter.
Pitt se acerco al congresista Dunn.
– Senor, permitame que le presente a Epona Eliades, tambien conocida como Specter, la fundadora del imperio Odyssey.
– ?Es verdad? -pregunto Dunn, absolutamente desconcertado mientras se ponia de pie-. ?Esta mujer es Specter y no un doble disfrazado?
– Es el producto original -le confirmo Pitt. Se volvio hacia Epona-. Por extrano que parezca, la eche de menos -dijo, con una voz que rezumaba sarcasmo.
Epona tendria que haber temblado como un raton aterrorizado por la vision de una serpiente. En cambio, permanecio muy erguida y no respondio. No necesitaba hacerlo. Sus ojos centelleaban y apretaba los labios, mientras su rostro reflejaba un odio y un desprecio mas que suficientes para provocar una revolucion. Entonces, algo del todo inconcebible ocurrio en el siguiente momento macabro. La colera se esfumo de los ojos y los labios apretados con la misma brusquedad con que habia aparecido. Lenta, muy lentamente, Epona comenzo a quitarse el traje rasgado hasta que se quedo increiblemente serena y hermosa, con un ajustado vestido de seda blanco que dejaba descubiertos los hombros y le llegaba hasta justo por debajo de las nalgas, con la cabellera roja suelta mas abajo de los hombros desnudos.
Era una vision que la sala y el publico atonito no volverian a presenciar nunca mas.
– Ha ganado, senor Pitt -dijo, con voz suave y ligeramente ronca-. ?Se siente triunfante? ?Cree que ha obrado un milagro?
Pitt sacudio la cabeza lentamente al escuchar las preguntas.
– Triunfante no, y desde luego no es un milagro. Me siento gratificado. Su vergonzoso intento de convertir en un infierno la vida de millones de personas era despreciable. Podria haber contribuido al bienestar del mundo con la tecnologia de la celda de combustible, y sus tuneles que cruzaban Nicaragua podrian haber significado una considerable reduccion de costes y tiempo en el transporte de cargas que ahora se hace por el canal de Panama. En cambio, prefirio aliarse con una nacion extranjera con el unico proposito de conseguir mas dinero y poder.
Vio que ella tenia el control absoluto de sus emociones y que no estaba dispuesta a discutir. Sonrio de una manera que queria transmitir algo. Ninguno de los presentes aquel dia en la sala olvidaria a la exotica y hermosa criatura que rezumaba un magnetismo femenino que era imposible de describir.
– Bonitas palabras, senor Pitt, aunque no signifiquen nada. De no haber sido por usted, podria haber cambiado el curso de la historia del mundo. Esa era la meta, el objetivo final.
– Pocos lamentaran su fracaso -replico Pitt con un tono cortante.
Solo entonces Pitt vio un muy debil reflejo de desilusion en su cautivadora mirada. Epona se irguio en toda su estatura y miro a los miembros del comite.
– Hagan conmigo lo que quieran, pero pueden darse por avisados. No sera sencillo que logren condenarme por algun delito.
Dunn senalo con el mazo a dos hombres que estaban sentados en el fondo de la sala.
– ?Los alguaciles federales podrian tener la bondad de acercarse y poner a esta mujer bajo custodia?
Los abogados de Epona se levantaron como un solo hombre y comenzaron a pregonar que no estaba dentro de las atribuciones de Dunn como congresista ordenar el arresto. El los hizo callar con una mirada furibunda.
– Esta persona ha cometido un delito al presentarse ante este comite fingiendo ser otra persona. Sera retenida hasta que la oficina del fiscal general tenga la oportunidad de estudiar sus acciones delictivas y adoptar las pertinentes acciones legales.
Los alguaciles sujetaron a Epona para llevarsela de la sala. La mujer se detuvo cuando paso por delante de Pitt. Lo miro con una expresion ironica pero sin el menor rastro de enojo.
– Mis amigos al otro lado del mar nunca permitiran que me juzguen. Volveremos a encontrarnos, senor Pitt. Aqui no se acaba. La proxima vez que se crucen nuestros caminos, caera en mi red. No se engane.
Pitt controlo la colera y la miro con una sonrisa tranquila y enigmatica.
– ?La proxima vez? -replico-. No lo creo, Epona. Usted no es mi tipo.
La rabia hizo que se le tensaran los labios una vez mas. Su tez palidecio visiblemente y sus ojos perdieron el brillo, cuando los alguaciles la sacaron por una puerta lateral. Pitt no pudo menos que admirar su belleza. Pocas mujeres habrian podido comportarse con tanta gracia y estilo y hacer una salida espectacular despues de semejante caida. Sintio como si una mano helada le oprimiera la boca del estomago al pensar que algun dia podria volver a cruzarse en su camino.
Loren se acerco al estrado de los testigos y lo abrazo sin avergonzarse.
– Eres un loco. Te podrian haber disparado.
– Perdona la teatralidad, pero tenia claro que este era el momento y el lugar para desenmascarar a esa bruja.
– ?Por que no me lo dijiste?
– Porque, si estaba en un error, no queria que te vieras mezclada.
– ?No estabas seguro? -pregunto Loren, sorprendida.
– Sabia que pisaba terreno firme, pero no tenia una seguridad absoluta.
– ?Que te hizo sospechar de ella?
– Al principio no tenia mas que una corazonada. Cuando llegue aqui, solo estaba seguro a medias. Pero cuando me vi cara a cara con Specter me parecio obvio que, incluso sentado en la silla, su peso no estaba distribuido como el de un hombre de doscientos kilos. -Pitt levanto la mano y le mostro la cicatriz en la palma-. Luego vi que en el indice de la mano derecha llevaba el mismo anillo que Epona utilizo para hacerme este tajo en la isla Branwen. Ahi tuve la prueba definitiva.
Dunn continuaba gritando para poner orden en la sesion. Sin importarle lo que pudieran pensar los presentes, Loren beso a Pitt en la mejilla.
– Tengo que volver al trabajo. Has abierto una lata de gusanos que cambiara todo el rumbo de la investigacion.
Pitt amago volverse como si fuera a marcharse, pero luego cogio la mano de Loren.
– ?Te va bien dentro de una semana, a contar desde el domingo?
– ?Que pasara dentro de una semana a contar desde el domingo?
En el rostro de Pitt aparecio la sonrisa de diablo que ella conocia muy bien.
– Es el dia de nuestro casamiento. He reservado la catedral de Washington.
Dio media vuelta y salio de la sala mientras la congresista de Colorado lo miraba irse con una expresion de asombro en sus ojos grises.
49
Loren no estaba dispuesta a casarse en un plazo de diez dias. Insistio en que la boda se realizara un mes mas tarde, un plazo que apenas si le daba tiempo para organizar el acontecimiento, reservar un lugar para la ceremonia, encontrar a una modista que le arreglara el traje de novia de su madre y disponer todo lo referente a la recepcion que tendria lugar entre la coleccion de coches antiguos en el hangar de Pitt.
La ceremonia tuvo lugar en la catedral nacional de Washington, que se alza en la cima del monte Saint Alban, una colina desde la que se domina toda la ciudad. Su nombre es Iglesia Catedral de San Pedro y San Pablo, y se construyo en el periodo que va desde 1907 a 1990. La primera piedra fue colocada en presencia del presidente Theodore Rossevelt. Tiene la forma de una T, con sendas torres en la entrada al pie de la T. La tercera torre, la