del campanario, tiene una altura de mas de cien metros. La catedral fue construida de acuerdo con el mismo diseno arquitectonico de las catedrales de Europa, ochocientos anos atras. Esta considerada como el ultimo ejemplo del mas puro estilo gotico en el mundo entero.

En el interior, hay doscientas quince ventanas, muchas de las cuales tienen vitrales que filtran la luz del sol y proyectan sus dibujos en el suelo. Algunos representan motivos florales, otros tienen imagenes religiosas o escenas de la historia norteamericana. La mas sorprendente de todas es la denominada Ventana Espacial, un notable trabajo artistico que incluye una piedra lunar.

Cerca de quinientos amigos y familiares asistieron a la ceremonia. Los padres de Loren acudieron desde su rancho en el oeste de Colorado, junto con los dos hermanos y las dos hermanas. El padre de Pitt, el senador George Pitt, y su madre, Barbara, estaban alli, felices al ver que su revoltoso hijo habia decidido sentar cabeza y se casaba con una mujer a la que ambos querian y respetaban.

Se presento todo el grupo de la NUMA: el almirante Sandecker, que parecia pasarlo muy bien; Hiram Yaeger, con su esposa e hijas; Rudi Gunn; Zerri Pochinsky, la secretaria de Pitt, y otros muchos con quienes Pitt habia trabajado en los muchos anos que llevaba en la Agencia. Julien Perlmutter era otro de los invitados, y el solo ocupaba tres lugares en uno de los bancos.

Un gran numero de personas de la flor y nata de Washington figuraban entre el publico: senadores, congresistas, funcionarios, hombres de estado e incluso el presidente y su esposa, que estaban en la ciudad y pudieron asistir.

Las damas de honor de Loren eran sus hermanas. La matrona de honor era su secretaria, Marilyn Trask, que trabajaba a su lado desde el inicio de su carrera politica. Summer Pitt, que seria su hijastra, era otra de las damas de honor. El padrino no era otro que su companero de aventuras, Al Giordino, y sus testigos eran su hijo Dirk, Rudi Gunn y los hermanos de Loren.

Loren vestia el traje de novia de su madre, un modelo de los anos cincuenta; encaje y saten blanco con un gran escote en uve, el corpino bordado, mangas largas de encaje blanco, y una falda de tres capas de saten con un mirinaque para abombarla y hacer que fuera mas impresionante. Dirk y su equipo estaban elegantisimos con sus corbatas y chaques blancos.

El coro de la catedral cantaba mientras los invitados ocupaban sus asientos. Luego callaron, cuando el organo comenzo a interpretar la marcha nupcial. Todos volvieron la cabeza para mirar hacia la entrada. En el altar, Pitt y sus amigos formados en fila miraban hacia el fondo de la iglesia mientras las damas de honor, encabezadas por Summer, avanzaron por el pasillo.

Loren, del brazo de su padre, no dejaba de sonreir sin apartar la mirada ni por un momento de los ojos de Pitt.

Cuando llegaron al altar, el senor Smith se hizo a un lado y Pitt cogio el brazo de Loren. La ceremonia la oficio el reverendo Willard Shelton, un amigo de la familia de Loren. El rito fue tradicional, sin que el novio y la novia recitaran odas de amor eterno.

Despues, mientras la pareja caminaba hacia la salida del templo, Giordino salio a la carrera por una puerta lateral, busco el coche y lo aparco delante de la escalera de entrada en el mismo momento en que Pitt y Loren salian de la catedral. La tarde era hermosa, con unas nubes blancas que cruzaban majestuosamente el cielo azul. Loren se volvio para lanzar su ramo de novia. La afortunada en cogerlo fue la hija mayor de Hiram Yaeger, que se puso roja como un tomate y se echo a reir.

Giordino esperaba al volante del Marmon V16 color rosa, mientras Pitt le abria la puerta a Loren y la ayudaba a subir para que no se estropeara el vestido. El alpiste, que habia reemplazado al arroz que ya no era aceptable, llovio sobre ellos cuando se despidieron de la multitud. Giordino puso la primera y el gran coche se alejo de la escalinata de la catedral. Condujo a traves de los jardines hasta Wisconsin Avenue y giro hacia el rio Potomac y el hangar de Pitt, donde se celebraria la recepcion. El cristal que separaba la cabina de los pasajeros del asiento del conductor estaba subido, asi que Giordino no escuchaba la conversacion que mantenian Pitt y Loren.

– Bueno, la mala obra ya esta hecha -comento Pitt, con una carcajada.

Loren le pego en el brazo con el puno.

– ?Mala obra! ?Es asi como llamas a nuestra preciosa boda?

El le cogio la mano y contemplo la alianza que le habia puesto en el anular. Tenia un rubi de tres quilates, rodeado de esmeraldas pequenas. Despues de las hazanas de Shockwave, sabia que los rubies y las esmeraldas eran cincuenta veces mas escasos que los diamantes, que en realidad inundaban el mercado.

– Primero me encuentro con dos hijos mayores que ni siquiera sabia que tenia, y ahora tengo a una esposa a la que mimar.

– Me gusta la palabra mimar -afirmo Loren. Le echo los brazos al cuello y lo beso en los labios.

Cuando por fin el consiguio apartarla, susurro:

– Esperemos a comenzar la luna de miel.

Loren se echo a reir y volvio a besarlo.

– Todavia no me has dicho a que lugar me llevaras. Te lo tienes muy callado.

– He alquilado un pequeno velero en Grecia. Navegaremos por el Mediterraneo.

– Suena fantastico.

– ?Crees que una chica de Colorado podra aprender a izar velas y a pilotar?

– Tu espera y ya me diras.

No tardaron en llegar al hangar de Pitt. Giordino utilizo el control remoto para desconectar las alarmas y abrir la puerta. Luego entro con el coche en el piso principal. Pitt y Loren se apearon del coche y subieron la escalera hasta el apartamento, donde se vistieron con prendas mas comodas para la recepcion.

Julien entro en el hangar como un elefante en una cacharreria y comenzo a dar ordenes a los camareros. Se seco el sudor de la frente porque hacia un dia caluroso y humedo -muy tipico del veranillo de San Martin- y reprendio al jefe de comedor de Le Curcel, el restaurante con tres estrellas Michelin que habia contratado para que sirvieran la comida.

– Estas ostras que ha traido tienen el tamano de cacahuetes. Sencillamente son impresentables.

– Las mandare retirar y traere otras ahora mismo -prometio el hombre antes de salir a la carrera.

Los invitados no tardaron en llegar y les sirvieron champan californiano mientras ocupaban las mesas distribuidas por el hangar. En las mesas del bufe dispuestas alrededor de la vieja banera con motor fuera de borda que Pitt habia utilizado para escapar de Cuba anos atras, habia comidas exquisitas. En las fuentes de plata y en los boles con hielo estaban todas las variedades que ofrecia el mar, incluidos abulones y erizos. Perlmutter estaba orgulloso de si mismo por haber preparado un menu irrepetible.

El almirante Sandecker fue de los ultimos en llegar, y cuando lo hizo le dijo a Pitt que queria hablar con el a solas. Pitt lo llevo a uno de los camarotes del vagon del Manhattan Limited Pullman que utilizaba como despacho. Sandecker espero a que Dirk cerrara la puerta y se sentara para encender uno de sus enormes puros y soltar una bocanada de humo azul hacia el techo.

– Ya sabras que el vicepresidente Holden esta delicado de salud -comenzo el almirante.

– He escuchado rumores.

– La situacion es mucho peor. No creen que pase del mes.

– Lo siento mucho -dijo Pitt-. Mi padre lo conoce desde hace treinta anos. Es un buen hombre.

Sandecker miro a Pitt y espero atento su reaccion.

– El presidente me ha pedido que lo acompane en las proximas elecciones.

Las hirsutas cejas negras de Pitt se unieron cuando fruncio el entrecejo.

– El presidente lleva todas las de ganar. No se por que, pero no me lo imagino a usted como vicepresidente.

Sandecker se encogio de hombros.

– Es un trabajo mucho mas sencillo que el que tengo ahora.

– Si, pero la NUMA es su vida.

– Me hago mayor y estoy quemado despues de veinticinco anos en el mismo empleo. Es hora de un cambio. Ademas, no pienso ser uno de esos vicepresidentes que no hacen nada. Me conoces desde hace mucho tiempo y sabes que cogere del cuello a esos tipos del gobierno y les dare una buena sacudida.

Pitt se echo a reir.

– Se que no se encerrara en un armario de la Casa Blanca ni se quedara callado cuando algo no le guste.

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