Una luz se encendio de pronto en la mente de Giordino.
– ?El legamo marron?
– Exactamente -manifesto Pitt-. En las fotografias tomadas desde los satelites nunca ha aparecido indicio alguno de las obras porque no los hay. La unica manera de esconder millones de toneladas de roca y tierra era construir una caneria submarina, mezclar el material excavado con agua y bombearlo al mar a un par de kilometros de la costa.
Giordino abrio una lata de cerveza costarricense y se enjugo el sudor de la cara con una toalla debajo de la mosquitera. Se paso la lata fria por la frente.
– Vale, tio listo, ?por que el secreto? ?Que motivo puede tener Specter para llegar a semejantes extremos en su deseo de ocultar el proyecto? ?Cual es el beneficio que obtiene si se proyecto para el transporte de mercaderias y materiales de un oceano a otro y nadie sabe que esta alli?
Pitt cogio al vuelo la lata que le arrojo Giordino y la abrio.
– Si lo supiera, no estariamos ahogandonos en nuestro propio sudor mientras nos dedicamos a contemplar la fauna y la flora tropical.
– ?Que esperas encontrar?
– Una entrada. Es imposible que oculten a los hombres y las maquinas que entran y salen de los tuneles.
– ?Crees que la encontraremos atravesando esta selva en la
Pitt se echo a reir.
– No en la superficie, sino debajo. Segun los planos de Micky, la excavacion pasa por debajo de una ciudad llamada El Castillo, que esta a medio camino del rio.
– ?Cual es el atractivo de El Castillo?
– Los tuneles de gran longitud necesitan pozos de ventilacion para suministrar aire a los trabajadores, enfriar o calentar el aire segun se necesite, y ventilar los humos de los escapes de las maquinas o de algun posible incendio.
Giordino miro inquieto un enorme cocodrilo que se sumergia en el agua. Luego observo la impenetrable vegetacion de la ribera norte.
– Espero que no se te ocurra que caminemos por alli dentro. El hijito querido de mama Giordino no esta hecho para esas cosas.
– El Castillo es una comunidad aislada sobre el rio, sin caminos. La principal atraccion turistica es una vieja fortaleza espanola.
– ?Tu crees que han sido capaces de perforar un pozo de ventilacion en una ciudad, a la vista de todo el mundo? -pregunto Giordino, que no lo veia claro-. A mi me parece que la selva es un lugar mucho mas apropiado para los pozos de ventilacion. Es tan densa que ninguna fotografia aerea podria distinguirlos.
– No dudo que la mayoria estan ocultos en la selva, pero cuento con la posibilidad de que construyeran alguno cerca de un lugar civilizado por si tienen que utilizarlo para una evacuacion de emergencia.
El paisaje a lo largo del rio era absolutamente espectacular, y los dos hombres guardaron silencio mientras contemplaban la belleza de la vegetacion y la fauna. Era como hacer un safari acuatico a traves del mas increible esplendor tropical. Vieron monos arana de cara blanca, que se burlaban de los jaguares que rugian al pie de los arboles. Osos hormigueros grandes como gorrinos se movian entre la maleza, a una distancia prudente de la orilla para evitar los ataques de los caimanes y los cocodrilos. Los tucanes y los papagayos multicolores volaban entre un arco iris de mariposas y orquideas. Mark Twain habia hecho este mismo viaje y habia descrito la selva que atravesaba el rio San Juan como un paraiso terrenal, el lugar mas encantador del mundo.
Pitt mantuvo al
Eran las cuatro de la tarde cuando dejaron el rio San Juan y entraron en el rio Bartola. Atracaron en el muelle del Refugio y Centro de Investigacion Bartola. El complejo contaba con once habitaciones con bano privado y mosquiteras. Pitt y Giordino cogieron una habitacion cada uno.
Despues de asearse, fueron al bar y restaurante. Pitt pidio un tequila con hielo, de marca desconocida. Giordino, que afirmaba haber visto una docena de peliculas de Tarzan donde aparecian ingleses de safari, se decidio por la ginebra. Pitt advirtio la presencia de un hombre muy gordo vestido con un traje blanco, que ocupaba una mesa cerca de la barra. Tenia todo el aspecto de ser un respetado residente local, alguien que podria ser una mina de informacion. Pitt se le acerco.
– Perdone, senor, ?aceptaria tomar una copa con nosotros?
El hombre se volvio hacia el y Pitt vio que era muy mayor, rondando los ochenta. Tenia el rostro arrebolado y sudaba copiosamente, aunque no se veia mancha alguna de sudor en el traje blanco. Se paso un panuelo por la calva y asintio.
– Por supuesto, por supuesto. Soy Percy Rathbone. Quiza seria mas sencillo si comparten mi mesa - respondio, y con un gesto senalo su corpachon, que ocupaba toda la butaca de mimbre.
– Me llamo Dirk Pitt y mi amigo es Al Giordino.
El apreton de manos fue firme pero sudoroso.
– Encantado de conocerlos. Sientense, sientense.
A Pitt le parecio divertido el habito de Rathbone de repetir las palabras.
– Tiene usted el aspecto de un hombre que conoce y disfruta de la selva.
– Se nota, se nota, ?verdad? -Rathbone se rio-. He vivido en la costa del rio en Costa Rica y Nicaragua desde que era muy joven. Mi familia llego aqui durante la Segunda Guerra Mundial. Mi padre era un agente britanico que vigilaba a los alemanes que intentaban montar instalaciones secretas en las lagunas para reabastecer a sus submarinos.
– Si me permite la pregunta, ?como se gana la vida alguien que vive en un rio en medio de ninguna parte?
Rathbone miro a Pitt con una expresion astuta.
– ?Me creeria, me creeria si le dijera que vivo del turismo?
Pitt no estaba muy seguro de si debia creerle, pero le siguio el juego.
– Entonces tiene usted una empresa.
– Asi es, asi es. Me gano un buen dinero con los pescadores y amantes de la naturaleza que vienen a visitar el refugio. Tengo una pequena cadena de hoteles entre Managua y San Juan del Norte. Tendrian que consultar mi pagina web cuando regresen a casa.
– Sin embargo, este refugio esta atendido por empleados de parques naturales.
Rathbone parecio ponerse algo tenso ante la puntualizacion de Pitt.
– Es verdad, es verdad. Estoy de vacaciones. Prefiero descansar en algun lugar donde no me incordien mis huespedes. ?Que me dicen de ustedes? ?Han venido a pescar?
– A pescar y a disfrutar de la vida salvaje. Comenzamos nuestro viaje en Barra del Colorado y tenemos la intencion de llegar hasta Managua.
– Un viaje fantastico, fantastico -afirmo Rathbone-. Disfrutaran hasta el ultimo minuto. No hay nada como esto en todo el hemisferio.
El camarero sirvio otra ronda y Giordino cargo la cuenta a su habitacion.
– Digame, senor Rathbone, ?como es que un rio que va casi desde el Pacifico al Atlantico es tan poco conocido en el extranjero?
– El rio San Juan era famoso en todo el mundo hasta que construyeron el canal de Panama. Entonces cayo en el olvido. Un conquistador espanol llamado Hernandez de Cordoba navego por el San Juan en 1524. Remonto el curso hasta el lago de Nicaragua y fundo la ciudad de Granada en la orilla opuesta. Los espanoles que siguieron a Cordoba construyeron fuertes por toda Centroamerica para mantener apartados a los ingleses y franceses. Uno era El Castillo, que esta a unos pocos kilometros de aqui, rio arriba.
– ?Los espanoles tuvieron exito? -pregunto Pitt.
– Desde luego que si, desde luego. -Rathbone agito las manos-. Aunque no del todo. Henry Morgan y sir Francis Drake remontaron el rio, pero no consiguieron pasar El Castillo para llegar hasta el lago. Unos cien anos