Diez dias mas tarde, en la seccion de economia y finanzas de los principales periodicos del mundo, aparecio la siguiente noticia:
No se hacia ninguna mencion a que en esos momentos el platino de las minas lo compraba
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El viento que soplaba del Pacifico era la causa de la marejadilla en las aguas del lago. A pesar de su gran extension, la marea era minima y la temperatura del agua era de unos veintisiete grados. El silencio que reinaba sobre las oscuras aguas lo rompia el aspero zumbido del motor de una moto acuatica. Invisible para el ojo humano, corria a traves de la noche a una velocidad superior a los cincuenta nudos. Tampoco la detectaba el radar, porque llevaba una cubierta de goma que absorbia las ondas de radio e impedia que la antena captara el eco.
Pitt pilotaba la Polaris Virage TX con Giordino sentado en el asiento trasero y una bolsa con diversos elementos en el cajon de proa. Ademas del equipo de buceo llevaban los monos que habian robado a los trabajadores de Odyssey, con la diferencia de que esta vez las tarjetas de identificacion tenian la foto de su rostro. Habia sido necesario retocar la foto de Giordino para que al menos tuviera un cierto parecido con el de una mujer. Mientras esperaban a que les llevaran sus equipos desde Washington, habian ido a una casa de fotografia para que les hicieran las fotos y las colocaran en las tarjetas de identificacion plastificadas. El fotografo les habia cobrado el triple de la tarifa habitual, pero no habia hecho preguntas.
Despues de rodear la costa por el lado de la isla donde se alzaba el volcan Maderas, continuaron a lo largo del istmo, a una distancia de un kilometro y medio de la playa de arena que se extendia entre los dos volcanes. Las luces del complejo resplandecian contra el fondo negro de la ladera del volcan Concepcion. Alli no regia el oscurecimiento. Los directivos de Odyssey se sentian absolutamente protegidos gracias a su ejercito de guardias de seguridad y la multitud de equipos de vigilancia electronica.
Pitt redujo la velocidad de la moto cuando se acercaron a los muelles, donde un enorme barco portacontenedores de la Cosco estaba iluminado de proa a popa. Se fijo en las gigantescas gruas que levantaban los contenedores y los depositaban en los camiones aparcados en el muelle. No vio ninguna operacion de carga. Comenzo a pensar que el complejo era algo mas que un centro de investigacion y desarrollo. Tenia que tener alguna relacion con los tuneles que pasaban por debajo de los edificios.
Sandecker habia acabado por autorizar la mision. Yaeger y Gunn los habian puesto al corriente del proposito de los tuneles. La opinion unanime era que cualquier informacion que consiguieran en el interior del complejo seria vital para descubrir el proposito del plan de Specter para tapar Europa con un manto de hielo.
La Virage TX estaba pintada de un color gris antracita que se confundia con la oscuridad del agua. Al contrario de lo que se ve en las peliculas, donde los agentes se mueven vestidos con prendas negras muy ajustadas, el gris oscuro es menos visible a las luz de las estrellas. El motor de tres cilindros habia sido modificado por los mecanicos de la NUMA y ahora tenia una potencia de ciento setenta caballos. Tambien habian modificado el tubo de escape hasta reducir el ruido en un noventa por ciento.
Los unicos sonidos audibles mientras surcaban las oscuras aguas a toda velocidad eran los golpes de la proa contra el agua y el zumbido amortiguado del tubo de escape. Habian llegado a la isla de Ometepe a la media hora de salir de un embarcadero desierto al sur de Granada.
Pitt cerro un poco el acelerador para facilitar la tarea a Giordino, que estaba haciendo un barrido con un detector de radar portatil.
– ?Que tal va? -le pregunto.
– Sus ondas nos pasan sin detenerse, asi que no deben detectarnos.
– Hemos hecho bien al tomar la precaucion de acabar el viaje por debajo del agua -dijo Pitt, con una inclinacion de cabeza hacia los haces de un par de reflectores que barrian el agua a unos quinientos metros de la playa.
– Calculo que estamos a unos cuatrocientos metros.
– La sonda indica que tenemos una profundidad de menos de siete metros. Debemos de estar fuera del canal principal.
– Es hora de abandonar el barco y mojarnos -dijo Giordino, senalando una patrullera que acababa de aparecer por el extremo de un largo muelle.
Como ya iban vestidos con los trajes de buceo, no tuvieron mas que sacar los equipos y las mochilas de los cajones de la moto. La Virage era una embarcacion estable y pudieron mantenerse de pie mientras se ayudaban mutuamente a ponerse los respiradores de circuito cerrado, los mismos que utilizaban los militares en las operaciones en aguas poco profundas. Despues de cumplir rapidamente con las verificaciones previas a la inmersion, Giordino se zambullo en el agua mientras Pitt sujetaba el volante en una posicion recta. Luego apunto la moto hacia la costa oeste del lago y acelero el motor al tiempo que se zambullia. Aunque llevaban equipos de comunicacion, no estaban dispuestos a correr el riesgo de perderse el uno al otro en la oscuridad de las profundidades, asi que engancharon los extremos de una cuerda de tres metros a los cintos de lastre.
Pitt preferia los respiradores de oxigeno de circuito cerrado. Los de circuito semicerrado eran mejores para los trabajos a gran profundidad, pero tenian el problema de las burbujas, que al salir a la superficie delataban la presencia del submarinista. Al suministrar solo oxigeno puro, el respirador de circuito cerrado era el unico que no despedia burbujas, razon por la que los utilizaban los buzos militares en las misiones encubiertas. No se los podia detectar desde la superficie porque el sistema eliminaba las burbujas. Hacia falta un entrenamiento especial para utilizar el sistema sin problemas, pero Pitt y Giordino eran expertos: los usaban desde hacia mas de veinte anos.
Ninguno de los dos dijo palabra. Giordino iba detras y seguia los movimientos de su companero, al que alumbraba con una linterna tipo boligrafo que proyectaba un rayo muy concentrado y practicamente imposible de detectar desde la superficie. Pitt vio como aumentaba la profundidad a medida que se acercaban al canal principal. Se nivelo para verificar el rumbo en la brujula, y luego comenzo a nadar hacia el muelle de Odyssey. Desde muy lejos, amplificado por el agua, les llegaba el ruido de las helices gemelas de la patrullera.
Confiados en las indicaciones de la brujula y del receptor GPS, se dirigieron hacia el muelle central, alli donde tocaba la costa. Nadaron lenta y ritmicamente, mientras el agua de la superficie se hacia mas clara por las luces del muelle. Tambien vieron los haces de luz amarilla de los reflectores que alumbraban la zona por encima de sus cabezas.
El agua se volvio mas transparente, y vieron como el resplandor amarillo se hacia mas brillante en la superficie. Tras avanzar otros cien metros, distinguieron el perfil de los pilotes del muelle. Rodearon el casco del barco portacontenedores de Cosco, con la precaucion de mantenerse apartados para evitar que los viera algun tripulante apoyado en la borda.
Habia cesado la actividad en el muelle. Las grandes gruas habian apagado los motores y los camiones se habian marchado despues de cerrarse las puertas de los depositos.