Sarah se acerco mas a el.
– Gracias, senor Potter, pero ire con el senor O'Hara. Somos… somos como viejos amigos.
Potter fruncio el ceno.
– ?Amigos?
– Me ha ayudado mucho desde que murio Geoffrey.
Potter tomo su sombrero.
– De acuerdo. Buena suerte, senora Fontaine -miro a Nick-. Oye, O'Hara, enviare un informe a Van Dam en Washington. Seguro que le interesa saber que estas en Londres. ?Piensas volver pronto a casa?
– Puede que si o puede que no.
Potter se dirigio a la puerta, pero se volvio en el ultimo momento para mirar con dureza a Nick.
– Mira, has tenido una carrera decente. No lo estropees ahora. Yo en tu lugar tendria mucho cuidado.
– Siempre lo tengo -repuso Nick.
– ?Que significa eso de vacaciones indefinidas? -pregunto Sarah de camino al hotel.
Nick sonrio sin humor.
– Digamos que no es un ascenso.
– ?Lo han despedido?
– Mas o menos.
– ?Porque?
El hombre no contesto. Se detuvo en un semaforo con un suspiro de cansancio.
– ?Nick? -musito ella-. ?Ha sido por mi culpa?
El hombre asintio.
– En parte. Parece que han puesto en duda mi patriotismo a causa de usted. Ocho anos de trabajo no significan nada para ellos. Pero no se preocupe. Creo que a nivel inconsciente llevaba tiempo queriendo dejarlo.
– Lo siento.
– No lo sienta. Puede que sea lo mejor que me ha pasado nunca.
Cambio el semaforo y se mezclaron con el trafico de la manana. Eran las diez y habia muchos coches. Un autobus los paso por la derecha y Sarah sintio un momento de panico. El hecho de conducir por la izquierda la perturbaba. Hasta Nick parecia algo nervioso mirando por el espejo retrovisor.
Se forzo por relajarse e ignorar el trafico.
– No puedo creer todo lo que ha pasado-dijo-. Es una locura. Y cuanto mas intento entenderlo, menos… -miro a Nick, que tenia el ceno fruncido-. ?Que pasa?
– No se vuelva, pero creo que nos siguen.
Sarah reprimio el deseo de volver la cabeza y centro su atencion en la calle humeda por la que avanzaban.
– ?Que vas a hacer? -pregunto con miedo.
– Nada.
– ?Nada?
– Exacto. Haremos como si no hemos notado nada. Pasamos por tu hotel, te vistes, haces las maletas y pagas la factura. Luego, nos vamos a desayunar. Estoy muerto de hambre.
– ?Desayunar? ?Pero acabas de decir que nos siguen!
– Mira, si buscaran sangre, podrian haberte cogido anoche.
– ?Como cogieron a Eve? -susurro ella.
– No. Eso no ocurrira -miro por su espejo-. Agarrate. Vamos a ver como son de buenos.
Giro a una calle estrecha, paso una hilera de tiendas y cafes y apreto el freno. El coche detras de ellos se detuvo de repente, con el guardabarros a pocos centimetros de su coche. Nick solto una carcajada.
– ?Estas bien?
Sarah, demasiado asustada para hablar, asintio con la cabeza.
– Todo va bien -dijo el-. He visto antes a esa gente -saco una mano por la ventanilla e hizo un gesto obsceno al coche que los seguia, y que respondio de igual manera.
Nick solto una carcajada.
– No pasa nada. Son de la CIA.
– ?De la CIA? -pregunto ella, aliviada.
– No te pongas a celebrarlo todavia. Yo no me fio de ellos. Y tu tampoco deberias.
Pero el miedo de ella se evaporaba por momentos. ?Por que iba a temerle a la CIA? ?no estaban todos del mismo lado? Se pregunto cuanto haria que la seguian. Si era desde su llega a Londres, tenian que haber visto quien mato a Eve…
Miro a Nick.
– ?Que le paso a Eve? -pregunto.
– ?Ademas de que la mataron?
– Antes has dicho algo que… No se limitaron solo a matarla, ?verdad?
– No -repuso el, sin mirarla-. No fue solo eso.
El semaforo estaba en rojo. Gotas gordas de lluvia empezaban a caer sobre el parabrisas. Los omnipresentes paraguas negros cubrian el paso de peatones. Nick miraba la calle, inmovil.
– La encontraron en un callejon con las manos atadas a una verja de hierro -dijo-. Estaba amordazada. Debio gritar mucho, pero nadie la oyo. El que hizo el trabajo se tomo su tiempo. Una hora o quiza mas. Sabia usar una navaja. No fue… una muerte agradable.
La miro a los ojos. Sarah era consciente de su proximidad, del olor de su chaqueta sobre los hombros de ella. Habian torturado a una mujer. Un coche los seguia. Y sin embargo, se sentia segura con el. Sabia que Nick no era ningun salvador, sino un hombre corriente, alguien que seguramente se pasaba la vida detras de una mesa. Ni siquiera sabia por que estaba alli, pero estaba y ella se lo agradecia.
El coche detras de ellos hizo sonar el claxon. El semaforo habia cambiado a verde. Nick volvio su atencion al trafico.
– ?Por que la mataron asi? -murmuro Sarah.
– La policia dice que parecia obra de un maniaco. Alguien a quien le gusta causar dolor.
– O alguien que busca venganza -anadio ella-. Magus -dijo, recordando el nombre-. Es un nombre clave - explico-. Un hombre al que llamaban el Mago. Eve me hablo de el.
– Ya hablaremos de eso -dijo el-. El Savoy esta ahi delante. Y todavia nos siguen.
Una hora y media mas tarde, desayunaban huevos con beicon en un cafe del Strand. Sarah empezaba a sentirse humana de nuevo. Tenia el estomago lleno y una taza de te caliente en las manos. Y llevaba una falda y un jersey gris. Se daba cuenta de que habia sido una buena estrategia policial dejarla en camison y bata. Asi se sentia mas indefensa y dispuesta a confesar.
Y la prueba no habia terminado aun; sus problemas solo habian hecho nada mas que empezar.
Nick habia comido con rapidez, escuchando su historia sin perder de vista la puerta.
– ?Y Eve se mostro de acuerdo en que Geoffrey estaba vivo? -pregunto, cuando ella termino de hablar.
– Si. El robo de la foto la convencio.
– Vale. Segun Eve, alguien quiere matar a Geoffrey. Alguien que no conoce su rostro pero si su nombre nuevo de Fontaine. Geoffrey descubre que lo siguen. Va a Berlin, llama a Eve y le dice que se esconda. Luego, organiza su propia muerte.
– Eso no explica por que la han torturado.
– No explica muchas cosas. De quien era el cuerpo que enterramos, por ejemplo. Pero por lo menos explica el robo de la foto. Si Simon Dance se hizo cirugia estetica para cambiar de aspecto, la gente que lo persigue podria no reconocerlo.
– ?Y por que nos siguen a nosotros? ?Creen que los llevaremos hasta el?
Nick asintio.
– Lo que me lleva a otro detalle que me preocupa: tu liberacion. No me creo la historia de la falta de pruebas. Cuando yo hable con el inspector Appleby, parecia dispuesto a encerrarte de por vida. Luego, llega Potter y todo