– No puedes ir sola. Mira lo que le ocurrio a Eve.
– No me quieren a mi. Quieren a Geoffrey. Y yo soy su unico vinculo. No me haran nada.
– ?Y como vas a encontrarlo?
– Me encontrara el.
Nick movio la cabeza.
– Eso es una locura. No sabes a lo que te enfrentas.
– ?Y tu si? Si lo sabes dimelo.
Nick no contesto. Se limito a mirarla con ojos que se habian oscurecido hasta adquirir una tonalidad a plata manchada.
Sarah se volvio y echo a andar, y el la siguio con las manos en los bolsillos. Se detuvieron ante los buzones, donde Whitstable Lane se fundia con el sendero del acantilado.
Un cartero se llevo una mano a la gorra y se alejo con su bici por el camino. Acababa de entregar el correo. Sarah metio la mano en el buzon del numero 25. Habia otra catalogo y tres facturas, todas dirigidas a Eve.
– No las necesitara -comento Nick.
– No, creo que no -guardo las facturas en el bolso-. Esperaba que hubiera algo mas…
– ?Que? ?Que le hubiera escrito una carta? No sabes ni por donde empezar, ?verdad?
– No -confeso ella-. Pero lo encontrare -anadio con terquedad.
– ?Como? No olvides que la CIA te esta esperando.
– Los despistare como sea.
– ?Y luego que? ?Y si el asesino de Eve decide ir en tu busca? ?Crees que puedes lidiar con el sola?
La mujer echo a andar por el sendero. Nick la tomo por el brazo y la volvio hacia el.
– ?Sarah! ?No seas estupida!
– ?Tengo que encontrar a Geoffrey!
– Pues dejame ir contigo.
– ?Por que? -grito ella.
La respuesta la pillo desprevenida. Nick la tomo en sus brazos y, antes de que tuviera tiempo de reaccionar la beso con fuerza en la boca. El grito de las gaviotas se difumino, y el viento parecio transportarla lejos, hasta hacerle perder la nocion de donde se hallaba. Lo abrazo a su vez y abrio los labios. Ya no importaba nada que no fuera el sabor de la boca de el, el olor del mar sobre su piel.
Los gritos de las gaviotas cobraron fuerza a medida que se imponia la realidad. Sarah se solto. A juzgar por su expresion, Nick parecia tan sorprendido como ella.
– Supongo que por eso -musito.
La joven movio la cabeza confusa. La habia besado. Habia sido tan rapido, tan inesperado, que no podia entender lo que implicaba. Pero sabia una cosa: ella lo deseaba. Y el deseo crecia a cada minuto que pasaba.
– ?Por que has hecho eso?
– Ha ocurrido sin mas. Yo no pretendia… -se volvio-. ?No, maldicion! Lo retiro. Yo si queria.
Sarah se retiro, mas confusa que nunca. ?Que le ocurria? Solo unos dias atras creia estar locamente enamorada de Geoffrey. Y en ese momento Nick O'Hara era el unico hombre que deseaba. Todavia podia saborear sus labios, sentir sus manos abrazandola, y no dejaba de pensar en lo maravilloso que seria volver a besarlo. En esas condiciones, lo mejor seria no tenerlo cerca.
– Por favor, Nick -dijo-. Vuelve a Washington. Tengo que encontrar a Geoffrey y tu no puedes venir conmigo.
– ?Espera, Sarah!
Pero ella se alejaba ya.
En silencio, como dos extranos, fueron hasta el coche alquilado por Nick, que estaba aparcado en una calle de tiendas pequenas. Detras del vehiculo estaba el mismo Ford negro que los habia seguido desde Londres.
La silueta de uno de los agentes resultaba visible contra el cristal oscuro. Sarah miro a traves del parabrisas al pasar; no habia ningun movimiento dentro del coche. Nick tambien lo noto. Se detuvo y golpeo la ventanilla. El agente no se movio ni hablo. ?Estaria dormido? Era dificil saberlo a traves del cristal oscuro.
– ?Nick? -susurro ella-. ?Crees que le pasa algo?
– Sigue andando -contesto el con suavidad-. Quiero que entres en el coche y no te muevas.
– Nick…
Este se acercaba al Ford con cautela. La curiosidad la impulso a seguirlo. El agente seguia sin moverse. Nick vacilo un segundo y abrio la puerta del acompanante.
Los hombros del agente cayeron hacia un lado. Un brazo cayo del coche hacia la calle. Nick retrocedio horrorizado cuando unas gotas rojo brillante mancharon la acera.
Ocho
Sarah grito. Al instante siguiente, empezaron a disparar desde las ventanillas del Ford, y Nick se tiro encima de ella y la empujo hacia el suelo. La joven no podia moverse ni hablar; el impacto la habia dejado sin aliento.
Nick se hizo a un lado y la empujo hacia adelante.
– ?Sube al coche! -ordeno.
Sara se puso en movimiento y entro en el M.G. alquilado, como un animal aterrorizado. Las balas rompian los escaparates y la gente gritaba a su alrededor. Nick subio detras de Sarah, paso encima de ella y cayo debajo del volante. Antes de subir al asiento, tenia ya las llaves en la mano.
Puso el motor en marcha. Sarah intento cerrar la puerta, pero Nick le grito:
– ?Agachate! ?Agachate, maldita sea!
La joven se tiro al suelo.
Nick fue marcha atras hasta que el coche golpeo el Ford. Cambio a primera, giro el volante a la derecha y piso el acelerador. Saltaron hacia adelante. Sarah se sintio arrojada contra el asiento. Tuvo la impresion de que avanzaban a ciegas, hacia una colision inevitable, y se preparo para el impacto.
Pero este no se produjo. Solo se oyo el rugido del motor y el juramento de Nick al cambiar a tercera.
– ?Cierra la puerta!-ordeno.
Sarah lo miro. Tenia ambas manos en el volante y los ojos en la carretera. Estaban a salvo. Nick habia asumido el control. Las calles de Margate pasaban rapidamente por la ventanilla.
Cerro la puerta.
– ?Por que quieren matarnos?
– Buena pregunta -surgio un camion de la nada y Nick se hizo a un lado. Detras de ellos se oyo el chirriar de neumaticos y el grito airado del otro conductor.
– Ese agente…
– Le han cortado la garganta.
– Oh, Dios mio…
Delante de ellos habia una senal con el nombre de Westgate. Nick cambio a cuarta. Habian dejado atras Margate y ahora pasaban campos vacios por las ventanillas.
– ?Pero quien? ?Quien intenta matarnos? -pregunto ella.
El hombre miro por el espejo retrovisor.
– Esperemos que no tengamos que averiguarlo ahora.
La joven volvio la cabeza con horror. Un Peugeot azul se acercaba deprisa. Solo pudo ver que el conductor llevaba gafas de sol.
– Agarrate -dijo Nick-. Vamos a dar un paseo -apreto el acelerador y se lanzo carretera adelante a toda velocidad. El Peugeot los siguio implacable. Era un coche mas grande y torpe; se paso al carril equivocado y estuvo a punto de chocar con una furgoneta. El error le costo unos segundos y quedo atras. Pero cada vez habia