Ryan Parker estaba jugando con un videojuego en el salon despues de comer cuando llego un coche de la oficina del sheriff y estaciono en la entrada. Al cabo de un rato, entro su madre.
– Ryan, por favor, recoge y vete a tu habitacion. Tenemos visita. Ryan apago el videojuego, aunque estaba a punto de derrotar a Darth Maul.
– Solo es Sam -dijo su padre, desde su mesa frente a los grandes ventanales.
– Richard -fue lo unico que dijo su madre, pero le lanzo
Ryan guardo el videojuego, cerro los armarios y subio. Abrio y cerro la puerta de su habitacion, para que su madre pensara que la habia obedecido. Pero en lugar de quedarse en su habitacion, volvio de puntillas hasta lo alto de la escalera donde podia oir sin que lo vieran.
El chico se enteraba de muchas cosas con ese sistema.
– Me gustaria haber venido en circunstancias mas agradables – dijo Sam Harris.
– ?Algo relacionado con la chica que fue asesinada? -pregunto su padre.
– No es nada facil decir esto, y por eso le he pedido a mi agente que se quede en el coche. Creo que conviene que puedan pensar en como estan las cosas, sin nadie por en medio que quiera usar la informacion para perjudicarle en su carrera, juez.
– ?Que intenta decirme?
Ryan reconocio ese tono de irritacion. A su padre no le gustaban los «lameculos», como el los llamaba. Se referia a esa gente que intentaba ser su amigo por lo que el hacia, no por lo que era. Como su padre era juez, una posicion importante, decia que mucha gente intentaba lamerle el culo, y el los despreciaba por eso.
– Ire directamente al grano -dijo Sam-. El FBI viene hacia aqui para interrogar a su cunado, David Larsen. Es el principal sospechoso en la investigacion del Carnicero.
– ?Davy? No me lo puedo creer -dijo su padre.
?El tio Davy?
El tio Davy, no. Le llevaba a pescar todos los veranos. Mama los acompanaba a la cabana del lago Big Sky, aunque a ella no le gustaba pescar. El tio Davy lo sabia todo sobre los pajaros, los arboles y los animales. Le habia ensenado a distinguir entre las bayas comestibles y las que podian matarlo.
El tio Davy lo escuchaba, y lo escuchaba de verdad. Ryan no podia hablar con nadie acerca de sus padres, sobre todo de su madre. Ryan pensaba que ella no lo queria de verdad. Bueno, seguro que lo queria (todas las madres quieren a sus hijos), pero todo lo que ella hacia por el, desde las galletas al horno hasta lavarle la ropa o reunirse con su profesor, eran cosas que hacia por obligacion. Como si tuviera una lista de «Como ser una buena mama».
Su tio lo entendia todo.
Ryan se perdio una parte de la conversacion en la planta baja, y aguzo el oido. Su madre decia algo, pero en voz tan baja que el no consiguio entender.
– Lo lamento de verdad, senora Parker. Se que se habra llevado una sorpresa desagradable, y por eso queria que lo supiera antes de que se entere la prensa. Intento mantenerlo en secreto todo lo que puedo, pero usted ya sabe como son los federales. No son mas que una jauria de lobos a la caza de la fama mediatica, y solo quieren salir en la foto. Y si para eso tienen que perjudicar a personas respetables como usted, les importa un comino.
– Estare en contacto con mi abogado. Davy tendra una buena defensa con mis abogados, Sam.
– Ya entiendo.
El agente salio y, al principio, Ryan solo oyo voces apagadas.
– ?Tu lo sabias? -Su padre levanto la voz. Su padre nunca le hablaba a su madre en ese tono.
– No -dijo su madre-. Davy no tiene nada que ver con lo que ocurrio con esas chicas.
– Mierda, Delilah, esto es un problema gordo.
– Ya sabes como es el FBI. Siempre intentando colgarle el sambenito a alguien.
– Eso no te lo crees ni tu.
– Davy no tiene nada que ver con esto.
– Me gustaria creerte. Tengo que ponerme en contacto con mis abogados.
Ryan bajo por las escaleras de atras y salio por la puerta de la cocina, cuidando de cerrar suavemente. Echo a correr hacia el establo y no se dio cuenta de que estaba llorando hasta que las lagrimas le nublaron la vista.
?Por que habria de pensar la policia que el tio Davy habia matado a esas personas si no era verdad?
El habia visto al tio Davy la noche anterior, acampando en el prado trasero de la finca. Aquello no le extrano, porque sabia que a su tio le gustaba dormir al aire libre. Solia venir a menudo, y acampaba o se quedaba en la cabana. Pero Davy solia enterarse de antemano cuando el tio Davy los visitaba.
Su madre no habia avisado la noche anterior que venia. Quiza no lo supiera.
Ryan ensillo a Ranger en silencio y salio con el del establo caminando hasta alejarse de casa, y solo entonces lo monto.
No sabia que hacer. Queria prevenir al tio Davy y decirle que la policia se equivocaba.
Y ?si no se equivocaba?
El campamento quedaba a un kilometro y medio de la casa. El tio Davy ya habia acampado ahi en otras ocasiones, asi que Ryan sabia exactamente donde estaba. Pero al acercarse no vio a nadie.
Vio que tenia material guardado, disimulado cuidadosamente en el interior de un tronco podrido de un pino ponderosa. Ryan fruncio el ceno. ?Por que su tio no habia venido a casa a desayunar como solia hacer cuando acampaba? ?Donde estaba ahora?
Vio las huellas de unas botas que se dirigian hacia abajo, donde la quebrada conformaba el limite occidental de la finca de los Parker. A Ryan le tenian prohibido ir alla abajo, pero lo habia hecho muchas veces. Habia una tartera muy guapa. El, Sean y Timmy solian ir cuando creian que no se enterarian sus madres. Sin embargo, las laderas empinadas y las abruptas depresiones del terreno lo convertian en un lugar peligroso, sobre todo para Ranger.
Aun asi, el sabia donde pisaba. Tendria cuidado.
Estaba a punto de desmontar cuando el ruido de un movimiento lo detuvo. Alguien subia por la escarpada ladera.
– ?Tio Davy?
Su tio aparecio al mismo tiempo que cogia el rifle que llevaba en bandolera.
Fue entonces cuando Ryan se fijo en la hebilla del cinturon de su tio. ?Por que le parecia tan rara?
Entonces comprendio. El tio Davy siempre llevaba la hebilla con el pajaro. Igual a la que habia encontrado en el bosque cerca de la chica muerta. Solo que ahora la hebilla del cinturon habia desaparecido.
Capitulo 29
Quinn llamo a Miranda mientras conducia de Bozeman al rancho de Parker. Tamborileaba sobre el volante, ansioso de llegar cuanto antes, con la inquietante sensacion de que el camino se le estaba haciendo eterno. Habia mucho terreno que cubrir bajo el «Big Sky». Le informo sobre las conexiones familiares de David Larsen. Ella no dijo palabra durante un rato largo.
– ?Estas seguro? -pregunto finalmente.
– Si.