– El tio Davy venia de la quebrada, desde el otro lado del prado. Al final, hay muchas piedras y un arroyo.
– He estado ahi.
– No se por que iria alla abajo -dijo el chico.
Miranda si lo sabia.
Sentado en el salon de los Parker, Quinn Peterson le explicaba al juez Parker su teoria sobre David Larsen.
– Pero ?por que teneis que hablar con Delilah? Vemos a Davy durante las vacaciones y, a veces, cuando salimos a pescar, pero Delilah nunca habla de su hermano. Tuvieron una infancia dificil y no tienen una relacion muy estrecha.
– ?Delilah le ha contado alguna vez que su hermano fue detenido por violacion?
Richard lo miro como si acabaran de darle un mazazo.
– No.
– Hace dieciseis anos, en Oregon. Se retiro la acusacion por que la victima se nego a declarar y Larsen tenia una coartada. Su hermana.
– Entonces seguro que Davy no habra tenido nada que ver.
– A la mujer le cortaron los pechos.
Quinn se dio cuenta de que Parker comenzaba a entender.
– Pero… ?Delilah? ?Lo protegio? Es que… no lo entiendo. Mi mujer no es una persona muy afectuosa, senor Peterson. Cuesta acercarse a ella. No me la imagino mintiendo por alguien, ni siquiera por su hermano.
– Y ?si trata de protegerse a si misma?
– ?Perdon? -El tono de Parker era una mezcla de irritacion y confusion.
Mientras se dirigia al rancho de Parker, Quinn habia hablado con Hans Vigo, el especialista en perfiles del FBI. Vigo tenia la corazonada de que Delilah no solo habia protegido a su hermano cuando lo acusaron de violacion en Oregon, sino que tambien estaba al corriente de sus crimenes en Montana.
– El viene a cazar al pueblo de su hermana, aunque viva a horas de Bozeman -le dijo Quinn a Parker, repitiendo lo que le habia dicho Vigo -. O lo hace para atormentarla, como amenaza para que no hable, o porque esta es su casa. Si su mujer no esta al corriente, es evidente que habra sospechado algo desde el principio.
Parker oculto la cara entre las manos.
– Mi hijo… Deje que mi hijo fuera a pescar con ese cabron. ?Lo he dejado comer en mi mesa y dormir en mi casa! Le preste una cabana donde pudiera quedarse, pague su educacion, cuide de el como de un hermano. -Dio un punetazo en la mesa del cafe con tanta fuerza que hizo saltar los objetos que habia encima.
Quinn se centro en un detalle importante.
– Juez, ?dice que le facilito una cabana?
– A treinta minutos de aqui, hacia el sur. Casi al llegar a Yellowstone.
– Tengo que verla. ?Me puede llevar?
– Desde luego. Cualquier cosa con tal de ayudar.
En ese momento, sono el movil de Quinn.
– Peterson.
– El… anda.
– ?Miranda? Hay mala cobertura -alcanzo a decir, y la comunicacion se corto.
– Es la casa -dijo Parker-. Afuera tendra cobertura.
– ?Donde esta su mujer ahora?
– Salio despues de que se fuera Sam Harris. Estaba muy turbada con este asunto de Davy.
– ?Sam Harris ha venido a verlo?
Y Quinn se entero de lo que Sam Harris le habia contado a Parker.
– Lo siento, juez, pero tengo que detenerla. O tiene informacion que necesitamos acerca del paradero de su hermano, o tenemos que protegerla. No puedo dejar que ande sola por ahi. Hasta que detengamos a su hermano.
Quinn salio de la casa y llamo al despacho para ordenar la busca y captura de Delilah Parker, y para preguntar si Sam Harris se habia presentado. No se habia presentado. Maldita sea. Pidio al agente al telefono que informara a todos los policias relacionados con el caso que Harris estaba oficialmente destituido de la investigacion y que se le buscaba por obstruccion a la justicia. Quinn no podia permitir que Harris siguiera perjudicando la busqueda de Larsen.
El juez Parker salio con el.
– ?Vamos? -le pregunto Quinn al juez.
– Venga, lo llevare. -Subieron al todoterreno de la policia. El agente Jorgensen iba al volante. Parker le dio las instrucciones para llegar.
– Digame exactamente donde. Voy a llamar a un equipo para que se reuna con nosotros. -Quinn necesitaba a todos los hombres disponibles.
Diez minutos mas tarde, acabo todas las llamadas, incluyendo una a su jefe para informarle de lo ocurrido. Cuando cerro el movil de un golpe, sono su buzon de voz. Llamo y escucho.
– Demos media vuelta -le dijo a Parker, con la voz tensa.
– ?Que? ?Por que?
– Volvemos a su casa. Acelera, Jorgensen -ordeno Quinn, y se volvio hacia Parker-. Su hijo ha visto a David Larsen ahi, hace menos de una hora.
Capitulo 30
Davy Larsen observaba desde una ventana de la planta superior mientras Miranda Moore y un poli rodeaban la casa. Al cabo de un rato, se fueron.
Pero no volvieron a la entrada. Al contrario, bajaron en direccion al prado.
Ryan, uno de su propia sangre, lo habia delatado.
?Como podia hacerle eso? ?Acaso no lo habia amado como un hermano mayor? La vida de Ryan era perfecta, la vida que el nunca habia tenido. Pero no importaba. No era que estuviera celoso ni nada por el estilo. No.
?Por que iba a verla a
Eso no estaba nada bien. No permitiria que le quitaran a esa chica. Ashley le pertenecia, y todavia no habia acabado con ella.
La Puta se marchaba. Al cuerno. No la necesitaba.
Ella nunca habia entendido. Se quedaba ahi mirando, se excitaba y se agitaba, y nunca lo molestaba cuando el era dueno de la escena. Pero disfrutaba y hacia comentarios en clave.
– ?Te sientes mejor ahora, Davy? -preguntaba despues, como si le hablara a un nino.
El habria querido borrarle de la cara esa expresion de engreida, esa sonrisa de suficiencia. Como si supiera algo que el ignoraba. Le habia llegado a robar incluso eso, sus mujeres. Cuando ella miraba, reclamaba una parte de ellas, como si ella fuera la coreografa y el una simple marioneta.
Y bien, el habia decidido cortar los hilos del titiritero. Finalmente habia quedado en reunirse con ella en Missoula esa noche, y de ahi se irian a cualquier parte. El tuvo que decir que si. Si le hubiera contado lo que iba a hacer, ella no se habria separado de su lado.
No, esa noche seria la caza. Esa noche seria libre. Reclamaria su premio y seguiria su camino. Mientras durara el verano, podria vivir durante meses de la tierra. Era capaz de caminar incluso hasta California si hacia falta.
Ella nunca lo encontraria. Por fin seria libre.
Y sus cacerias y sus mujeres por fin serian suyas, solo suyas.
Salio de la casa tomando todas las precauciones y se dirigio al prado por el camino mas largo. Sabia como