se inmuto.

Iba a disparar a Ashley por la espalda. Tal como habia hecho con Sharon.

Se incorporo de un salto.

– ?David Larsen! -grito, a todo pulmon.

Aquello si lo distrajo. Giro el rifle hacia ella al tiempo que se separaba de la roca que lo escudaba.

Los dos dispararon al mismo tiempo.

Miranda se volvio hacia la izquierda y la bala le paso tan cerca que sintio el calor del roce contra su mejilla.

Larsen dejo escapar un grunido. ?Le habia dado? ?Donde? No se atrevio a mirar. Miranda se escabullo y, al abrigo de un pino, encontro una relativa seguridad.

Pero no podia verlo.

Paso otro largo minuto. Miranda expulso el cargador vacio de su pistola, lo reemplazo por uno lleno y metio una bala en la recamara. Ya no podia ver a Ashley, lo cual significaba que el tampoco la veia. A menos que hubiera salido en su busca.

Tenia que distraerlo.

– ?Se quien eres! -grito-. Todos saben quien eres, David.

Oyo el sonido caracteristico del mecanismo de un rifle al ser cargado. Mucho mas cerca de lo que se habia esperado. Larsen guardaba silencio.

Nunca habia sido hombre de muchas palabras.

– El FBI esta por todas partes. He hablado con ellos por radio. Saben exactamente donde estas. Nunca saldras de esta quebrada.

Sintio su aliento en el cuello. Una descarga helada le recorrio la columna desde la nuca hasta la cintura. Ni siquiera lo habia oido acercarse.

El solto una risilla apagada.

– Corre.

Ella se giro rapidamente a la izquierda y lanzo la pierna derecha con fuerza hacia arriba. El golpe lo hizo soltar el rifle.

Larsen emitio un grunido e intento cogerlo por la culata. Ella le dio una patada en la entrepierna y, aprovechando el impulso, lo hizo caer, al tiempo que rodaba para apartarse. Pero dio con la muneca en una roca y el golpe le hizo soltar la pistola.

El la agarro por la pierna cuando ella intento coger la pistola, que quedo justo un palmo mas alla de su alcance.

Larsen tiro de ella, intentando montarse encima. No para violarla sino para matarla. Dejo escapar un grunido al cogerla por la cintura y quedar encima de ella.

?No! Otra vez, no. Nunca, nunca mas.

Miranda aprovecho la pendiente y la gravedad para rodar hacia la izquierda, desprendiendose de su peso. El le asesto un golpe en el rinon derecho y ella grito de dolor.

Pero toco el canon de su rifle con la punta de los dedos.

Miranda se giro con el rifle en la mano y, con la culata le propino un golpe en la cabeza justo cuando se abalanzaba sobre ella. Larsen cayo al suelo, atontado. Ella se incorporo y lo apunto con el rifle.

– ?Que te parece ahora? Tu eres el cazado.

Miranda respiraba entrecortadamente, casi asfixiada por el torrente de adrenalina. Un solo disparo en la cabeza y todo habria acabado. Apunto. Y apreto el gatillo.

Clic.

Miranda se quedo mirando el rifle. No habia bala en la recamara.

El no vacilo ni un instante y cogio el rifle por el canon. Ella intento resistirse pero el se lo arranco de las manos de un tiron. Y entonces resbalo, y dejo ir el rifle que rodo cuesta abajo.

Miranda vio el brillo de un punal en su cintura. Habia llegado el momento. No seria capaz de vencerlo en un combate cuerpo a cuerpo. Larsen era delgado, pero alto y mucho mas fuerte de lo que parecia.

Con sus ojos azul claro, el Carnicero le lanzo una mirada llena de odio. Y luego sonrio con un gesto grotesco.

– Hoy vas a morir.

Y de un salto se abalanzo sobre ella.

Quinn oyo disparos. Estaban muy cerca, pero ?que pasaria si fuera demasiado tarde?

Corrio a todo meter, tropezando entre las rocas y salpicando agua al cruzar el arroyo.

Oyo un grito de sorpresa. Miranda. No podia verla, pero no estaba demasiado lejos. Corrio mas rapido, desesperado por llamarla, pero consciente de que alertaria a Larsen.

Llego a un claro y se detuvo a tiempo para evitar caer por una roca. Justo un poco mas abajo, Larsen tenia clavada en el suelo a Miranda. Y en la mano tenia un cuchillo.

Quinn desenfundo su pistola.

Miranda sentia el corazon saliendosele del pecho y las venas saturadas de adrenalina. Era como si su vision se hubiera agudizado, y su oido afinado.

Larsen la tenia clavada con todo su peso, y con el brazo izquierdo le presiono con fuerza la garganta. El cuchillo en su mano derecha lanzo un destello, mientras el agua caia de la hoja hacia su cara.

Su mayor temor era quedarse paralizada. Que no fuera capaz de defenderse cuando su vida estuviera en juego. Que los anos de clases de defensa personal, como alumna y como profesora, mas el ejercicio, la determinacion y todo eso no le sirvieran de nada.

Porque, al final, venceria el.

Ha llegado el dia. El dia de mi muerte.

No. ?NO!

Estiro la mano izquierda y le hundio los dedos en los ojos hasta donde pudo. El lanzo un rugido de dolor y se aparto de ella. Alzo el brazo derecho por encima de la cabeza, y Miranda vio la hoja afilada por ambos lados del punal de caza que ahora caia…

Miranda arqueo la espalda y se sirvio del precario equilibrio de Larsen para quitarselo de encima.

No espero a ver como caia. Se incorporo de un salto, pero el la cogio por el pie y volvio a tirar de ella. Quedo tendida sobre el vientre, la peor posicion posible. Sintio una quemadura en la pierna cuando el asesto la primera punalada. El calor escapo de su cuerpo y la tela del pantalon, empapada de sangre, se le pego a la pierna.

La habia apunalado.

Miranda oyo que alguien gritaba. El Carnicero se quedo quieto, y disminuyo la presion de su peso.

Justo lo suficiente.

Miranda se levanto apoyandose en los brazos y le lanzo una patada con la pierna herida. La descarga de dolor le recorrio todo el cuerpo y se tambaleo, presa del vertigo, pero no perdio el control.

Larsen tropezo y, al caer, dejo ir el punal. Los dos se lanzaron a por el al mismo tiempo.

Miranda sintio que su mano se cerraba sobre el metal calido y pegajoso, con su propia sangre.

De pronto, lo miro, y sus ojos quedaron fijos.

Los ojos sin alma de Larsen le dijeron a Miranda todo lo que tenia que saber acerca de el.

Mataba porque podia. El objeto de su pasion era la caza.

La caceria habia llegado a su fin.

Larsen se abalanzo hacia el punal que ella sostenia. Sin vacilar, y con un movimiento certero, Miranda se lo clavo en el pecho. Su sangre le mancho las manos y Larsen quiso cogerla. Ella se encogio, pero no solto el punal.

El abrio la boca, pero jadeando sin respirar. Intentaba decir algo.

Sonaba como Theron.

Miranda no entendio la referencia a la diosa griega, si es que se trataba de eso.

Lo vio morir, mirandolo directamente a la cara por primera vez.

No tenia aspecto de hombre malvado.

Aquel tipo la habia violado. Le habia dejado heridas por todo el cuerpo y cicatrices en los pechos. Aquel hombre habia matado a sangre fria a su mejor amiga y al menos a otras seis mujeres. Habia aterrorizado a las

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