– Lo siento, Liz. Eres una chica inteligente, y sabes que tienes un futuro brillante de todas formas. Espero que hayas aprendido algo de todo esto.

– ?Y que hay de Glory?

– Eso no es asunto tuyo.

– ?Pero que le pasara? ?Tambien la expulsaran?

La hermana tardo unos segundos en contestar. Y cuando lo hizo, su voz sono en un murmullo.

– Su madre se encargara de castigar su comportamiento. Liz miro a la monja, asombrada. No podia creerlo. La expulsaban por ayudar a una amiga, pero no pensaban tomar ninguna medida contra Glory.

Si su familia hubiera sido tan poderosa como la familia Saint Germaine, no le habria sucedido nada. Pero no era asi.

La querian lejos de aquel lugar porque vivian de su dinero. La actitud de la directora resultaba, a todas luces, repugnante. Especialmente viniendo de alguien que se declaraba cristiana, de alguien que se pasaba la vida intentando dar lecciones de moralidad. Miro a la monja de forma acusadora, y la mujer se revolvio en su asiento.

– Lo siento, Elizabeth, pero tienes que comprenderlo. Debo dirigir este colegio. Tengo que hacer lo necesario para asegurar el bienestar de la institucion.

– Oh, ya veo. Poderoso caballero es don dinero, ?verdad?

– Vere lo que puedo hacer para que este asunto no manche tu expediente.

Liz apreto los punos, haciendo un esfuerzo para no llorar. Acababa de aprender una dura leccion. Una leccion que su padre, aun siendo un simple trabajador sin estudios, conocia desde muy pequeno.

La igualdad de oportunidades era un fraude. Una mentira. El dinero podia comprarlo todo. Hasta las buenas intenciones de una monja.

Capitulo 33

Santos espero a que llegara el ascensor del hotel Saint Charles. Deseaba abrir el sobre que le habia dado Lily. Apenas podia resistirse al impulso; tenia que saber que habia entre Lily y Hope Saint Germaine, que se traian entre manos.

Solo entonces, podria actuar.

Cuando llego el ascensor, entro. Pulso el boton del tercer piso y guardo el sobre en el bolsillo. Aquella manana habia interrogado a Lily, pero se habia negado a hablar. Se limito a decir que seria la ultima vez que tendria que ir a ver a Hope Saint Germaine.

Habia algo en todo aquello que lo inquietaba. Algo extrano que estaba dispuesto a averiguar de inmediato.

Le habia prometido a Glory que no hablaria con sus padres hasta pasado cierto tiempo. Pero despues de lo que habia sucedido entre ellos dos noches atras pensaba que debia hacerlo. Para bien o para mal, eran sus padres. Y Santos amaba a su hija.

El ascensor se detuvo al llegar al piso. Salio y se dijo que era un egoista. En el fondo, solo queria hablar con ellos para disipar las dudas hacia Glory.

Su corazon empezo a latir mas deprisa. Reconocio el sintoma sin ningun problema. Tenia miedo. Pero no de Hope, sino del poder que tenia sobre su hija. No queria perderla. La amaba demasiado.

Avanzo por el pasillo, en direccion a su despacho. Sentia un terrible vacio en el estomago, pero intento hacer caso omiso. Se habia enfrentado a personas peores que aquella bruja, y podia derrotarla sin demasiado esfuerzo.

Como siempre, la mujer lo esperaba. Pero algo habia cambiado. Lo miraba con expresion triunfante. Al parecer, no contaria con el elemento sorpresa.

– ?Tienes el sobre?

– Lo tengo.

Santos saco el sobre del bolsillo y se lo dio. La toco accidentalmente y entrecerro los ojos, asqueado.

Como de costumbre, la mujer comprobo el contenido antes de darle un sobre similar para Lily.

Santos lo miro, indeciso. No sabia si romper la promesa que le habia hecho a Glory. Penso en lo que le habia contado sobre su madre, en los abusos a los que habia sido sometida a lo largo de los anos. Y comprendia su miedo.

De momento, no diria nada.

– ?Tienes algo que decirme? -pregunto la mujer, sonriendo con malicia-. No, supongo que no.

Santos la miro, guardo el sobre en el bolsillo y se dirigio a la puerta.

– Lo se todo.

Victor se quedo helado.

– Lo se todo -repitio ella, riendo.

Santos se dio la vuelta, sin saber muy bien si la habia comprendido.

– ?Como dice?

– Estoy informada sobre la relacion que mantienes con mi hija. Y no me divierte lo mas minimo. Tengo pruebas, de modo que no intentes negarlo.

– No lo negaria. Me alegra que lo sepa.

– ?De verdad? ?Por que? Pobrecillo… Ha hecho un gran trabajo contigo, ?no es cierto? No me sorprende en absoluto.

El joven apreto los punos. No queria interesarse por lo que habia querido decir, por mucho que lo deseara. Sabia que, de hacerlo, estaria en sus manos.

– ?Como lo ha descubierto?

– Por Glory, claro esta. Siempre me lo cuenta todo. No puede evitarlo. Suele hacer este tipo de cosas solo para molestarme, pero al final siempre se arrepiente.

Santos tuvo la impresion de que lo habia golpeado en el estomago. Pero hizo un esfuerzo para no demostrar sus sentimientos.

– No la creo. Glory y yo…

– ?Os quereis?

– Si. De hecho, si.

– No significas nada para mi hija -sonrio-. ?Nada en absoluto! Solo se estaba divirtiendo un poco. Y has caido en su trampa. Aunque lo sabes muy bien.

Santos dio un paso hacia delante, furioso. Si no podia estar con Glory, no tenia nada que perder.

– Eso le gustaria creer, ?verdad? Le gustaria creer que no nos amamos. Pues lo siento, pero se equivoca. Y vamos a estar juntos. para siempre. Le guste o no.

La mujer entrecerro los ojos, irritada.

– ?De verdad? Pobre idiota. No eres nada para ella. Solo eres un instrumento para molestarnos a mi esposo y a mi. ?Y todo por que? Porque la hemos mimado demasiado, porque lo tiene todo. Asi que ha corrido a los brazos de un chico totalmente inadecuado para ella, solo porque sabe que nunca permitiremos esa relacion. Es una malcriada, una mentirosa que utiliza a sus amigas como coartada. Siempre ha sido asi. Una completa egoista. No le importa herir a nadie con tal de salirse con la suya.

Las palabras de la mujer lo hirieron. No en vano, eran las mismas palabras que el mismo habia dicho a Glory varios meses atras. Pero no era ningun cretino. Confiaba en Glory.

– Es usted la que hiere a todo el mundo, no ella. Se queda ahi, de pie, creyendo que es mejor que todos los demas, creyendo que es perfecta. Glory me lo ha contado todo sobre usted. Me ha contado todo lo que le ha hecho. Cuando pienso en ello me pongo enfermo. Esta loca.

Hope no dijo nada durante unos segundos. Estaba muy sorprendida, y Santos sabia que su reaccion no se debia a lo que habia dicho Glory, sino al hecho de que se lo habia contado a el.

– ?Eso te dijo? -pregunto, una vez repuesta-. Y supongo que tu lo creiste. Por desgracia para ti, solo es otro de sus juegos. Una manera como otra cualquiera de conseguir que no hicieras preguntas, de lograr que no hablaras con nosotros. Seguro que hasta se puso a llorar para que creyeras que soy una especie de

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