Debia escapar de alli. Rapidamente, golpeo a su madre en el cuello. Hope grito de dolor y Glory aprovecho su desconcierto para salir corriendo del despacho. Bajo las escaleras a toda velocidad, sin detenerse ante los gritos de su padre. Oyo que la secretaria llamaba a seguridad.
Una vez en el vestibulo, dudo un momento antes de salir del hotel. Ya se habia hecho de noche, y llovia tanto que al cruzar la calle ya estaba empapada de pies a cabeza. Entonces, miro hacia atras y vio a su padre. Estaba a punto de alcanzarla.
– ?Glory, espera! Te escuchare. Encontraremos alguna forma de solucionarlo. Lo prometo.
Glory dudo de nuevo, llorando. Pero sabia que las promesas de su padre no valian nada. Hope se aseguraria de que la encerraran y de que no volviera a ver a Santos.
Entonces sucedio lo inesperado. En aquel instante oyo el sonido de un claxon, seguido por un frenazo seco. Se dio la vuelta de inmediato y vio que un vehiculo habia atropellado a su padre, lanzandolo por los aires.
Pudo oir sus propios gritos, los gritos del portero del hotel y los del conductor que lo habia atropellado. Corrio hacia Philip y se arrodillo junto a el. Habia sangre por todas partes, pero tenia los ojos abiertos. Grito de nuevo horrorizada.
– Papa… ?te encuentras bien? No lo decia en serio. No lo decia en serio, papa. Te quiero.
Las primeras sirenas se oyeron a lo lejos. Glory se abrazo al cuerpo inerte de Philip, sollozando.
– Por favor, papa, ponte bien. Te quiero tanto… No me dejes, papa, por favor. No te mueras.
Su madre llego a su altura y la miro con frialdad. Todo aquello no la afectaba en lo mas minimo.
– ?Estas contenta ahora, Glory Alexandra? ?Te das cuenta de lo que has hecho? Es culpa tuya.
– No, mama, no…
– Si. No habria salido corriendo en tu busqueda si no te hubieras escapado. No vio el coche por tu culpa.
– No, mama, por favor, no…
Su madre se arrodillo a su lado. La tomo por los brazos y la aparto de su padre. Despues, la obligo a mirar la sangre. Glory se doblo hacia delante, enferma.
– Si. Has matado a tu padre.
Capitulo 37
A pesar de la intensa lluvia, toda una multitud habia asistido al entierro del padre de Glory. Amigos, familiares, empleados del hotel y antiguos clientes, todos dispuestos a presentar sus condolencias. Philip Saint Germaine habia sido un hombre amado y respetado.
Glory saludo a todos los presentes, aunque se sentia muy lejos de todo. De todo, salvo de sus propios sentimientos y del sentimiento de culpa que la devoraba por dentro.
Lo habia querido con todo su corazon. Habia sido la unica persona que la habia amado incondicionalmente. Y por desgracia, habia muerto pensando que lo odiaba, recordando las horribles palabras que habia dicho.
Glory respiro profundamente. Queria que su padre volviera a vivir. Le habria gustado poder retirar aquellas palabras, volver al pasado para comportarse de otro modo. Le habria gustado dar marcha atras al reloj para regresar a su octavo cumpleanos, el momento en que todo empezo a cambiar.
Y de haber podido, se habria cambiado por el. Habria preferido que el coche la atropellara a ella, aunque en cierto modo ya estaba muerta.
Miro el ataud cerrado. Su madre habia conseguido convencerla de que era culpable de la muerte de Philip. Hope siempre decia que algun dia haria mucho dano a los demas con su actitud. Su padre habia muerto, y Liz habia dejado de ser su amiga.
Penso en Santos y empezo a llorar de nuevo. Llevaba dos dias llorando, pero a pesar de todo aun tenia lagrimas.
Cerro los ojos. Estaba tan traumatizada y se sentia tan debil que en tales circunstancias no resultaba extrano que prestara oidos a las insidias de su madre. Creia que aquella tragedia no habria sucedido nunca si no se hubiera enamorado de Santos.
En aquel momento oyo que algo caia en el vestibulo. Tal vez un jarron.
Glory se dio la vuelta, y lo que vio la sorprendio. Santos intentaba entrar en la casa, pero dos hombres intentaban impedirselo.
– ?Glory! -exclamo el.
Glory empezo a temblar. Abrio la boca para decir algo, pero no lo hizo.
Santos no tuvo mas remedio que golpear a uno de los hombres para que lo soltara. Una mujer grito, y el encargado de la ceremonia amenazo con llamar a la policia. Pero Santos hizo caso omiso de ellos y se dirigio hacia su amada.
Entre tantos trajes oscuros y vestidos de seda estaba completamente fuera de lugar. No se habia afeitado, y estaba empapado de los pies a la cabeza.
Todo el mundo miro a la joven, murmurando. Todos lo sabian, y todos parecian culparla de la muerte de Philip.
Apenas pudo contener el deseo de gritar. Necesitaba esconderse en alguna parte, pero no podia hacerlo. Su corazon latia desenfrenado.
Su madre aparecio de repente. Paso un brazo por encima de los hombros de Glory y la ingenua nina se apoyo en ella, buscando un poco de calor.
Santos se detuvo ante ellas. Glory estaba a punto de demostrar que solo era una nina rica, una nina mimada. En parte deseo arrojarse en los brazos del chico al que supuestamente amaba, pero no lo hizo. Cuando lo miro, recordo la muerte de su padre. Una muerte que, en opinion de su madre, era consecuencia de su irresponsable actitud y de su amor por Santos.
– ?Pensaste que no vendria? -pregunto el, con suavidad-. ?Es que no sabias que haria cualquier cosa por estar contigo? Lo siento mucho, amor. Se cuanto lo amabas.
– Marchate de aqui -intervino Hope, abrazando con mas fuerza a su hija-. ?No me has oido? Glory quiere que te marches.
Santos no hizo ningun caso. Siguio mirando a la joven.
– Carino, diselo. Dile lo que sientes. Dile lo que sentimos el uno por el otro.
– ?Maldito canalla! -exclamo su madre, casi histerica-. ?Es culpa tuya! Glory se comporto asi por tu culpa. ?Eres el culpable de la muerte de su padre!
Glory empezo a sollozar. Santos dio un paso hacia ella.
– No hagas caso, Glory. Sabes muy bien que tu madre es una manipuladora. Nosotros no lo matamos. Fue un accidente -declaro con suavidad-. Toma mi mano. Ahora, aqui mismo. Demuestrales a todos lo que sentimos el uno por el otro. Despues me marchare, pero al menos todos lo sabran.
Santos alargo una mano. Glory la miro y nuevamente penso en su madre, en las terribles palabras que le habia dicho poco antes de que muriera.
– Si me amas, toma mi mano -susurro-. Cree en mi, Glory. Solo tienes que tomar mi mano.
Glory no sabia que hacer. De repente recordo la voz de Philip. Una voz suave y paciente, llena de amor. En cierta ocasion habia insistido en que prometiera que no olvidaria nunca que la familia lo era todo, todo lo que era y todo lo que llegaria a ser.
Glory penso que habia cometido el error de olvidarlo, y estaba decidida a no hacerlo otra vez. Debia permanecer alli, con su madre, con su familia.
La joven movio la cabeza en gesto negativo, sin dejar de llorar. Despues se aparto de Santos, volvio con su madre y apoyo la cara en su hombro.
Un segundo mas tarde, Santos se marcho.
LIBRO 6