– ?Si?
– He oido que ese hombre ha matado a otra chica. Lo siento.
– Yo tambien. Pero lo detendremos. Es una simple cuestion de tiempo.
– Se que lo haras -murmuro, ya medio dormida-. Confio plenamente en ti.
Lily cerro los ojos y Santos permanecio unos segundos en el umbral de la puerta, observandola con afecto. Seguia viviendo con ella porque sabia que lo necesitaba y porque se sentia mejor a su lado.
Pero sabia que mas tarde o mas temprano la perderia, por muchas atenciones que le proporcionara. Ya no era joven, y estaba enferma. Debia prepararse para lo peor, pero no sabia como hacerlo. No podia imaginar la existencia sin Lily. No podia imaginarse, de nuevo, solo.
La emocion lo embargo. Sabia que no conseguiria dormir, que seria ridiculo intentarlo. Decidio pasar un rato por la comisaria para ver si se habia averiguado algo nuevo sobre la ultima victima. Obviamente, habia pasado algun detalle por alto.
Capitulo 40
El sonido del telefono desperto a Glory de su profundo y oscuro sueno. Se sento en la cama, respirando con pesadez.
Se echo el pelo hacia atras y contesto.
– ?Digame?
Era el ayudante de direccion del hotel, un hombre que se ahogaba en un vaso de agua. Empezo a hablar tan deprisa, y de forma tan inconexa, que apenas podia comprender sus palabras.
– Tranquilizate, Vincent. No te entiendo…
Sin embargo, segundos mas tarde comprendio lo que decia. El asesino de Blancanieves habia actuado de nuevo.
– Tranquilizate, Vincent -insistio-. Y por Dios, no hables con la prensa. Bajare de inmediato y llamare al abogado del hotel.
Colgo el telefono y busco su agenda en la mesita de noche, sin dejar de pensar en las estrategias a seguir. El hotel no podia permitirse otro escandalo relacionado con un delito. La semana anterior habian atracado a dos clientes a la puerta del Saint Charles; dos meses atras habian disparado a un hombre a una manzana de alli, y la desafortunada victima se habia presentado en el vestibulo del hotel, donde cayo muerto. La histeria se habia apoderado de la ciudad, y sabia que en este caso la noticia daria la vuelta a todo el pais aunque solo fuera porque el hotel estaba involucrado de forma indirecta.
Debia hacer algo para evitarlo. De lo contrario, el porcentaje de ocupacion bajaria aun mas.
Cuando encontro los numeros de telefono se puso en contacto con el relaciones publicas y con el abogado. Acto seguido, corrio a la ducha.
Media hora mas tarde salio para el hotel, arreglada y completamente serena. Daba la imagen de una mujer profesional, elegante e inalterable. A simple vista nadie habria imaginado que se habia levantado y vestido a toda prisa; nadie habria sospechado la angustia que la devoraba por dentro.
Respiro profundamente. Sabia que no iba a ser facil. Necesitaria actuar con sumo cuidado.
Santos. Su nombre y su imagen asaltaron su pensamiento y su corazon. Gracias al periodico, sabia que Santos era el detective asignado al caso. En los dos meses transcurridos desde el asesinato de la catedral habia sido el centro de los ataques del alcalde y de los medios de comunicacion. Lo habia visto en television un par de veces y se habia odiado a si misma por la manera en que lo habia observado, recordando, memorizando cada centimetro de su piel.
Se habia convertido en un hombre muy atractivo, muy masculino, de aspecto duro. Pero Glory ya no creia ser el tipo de mujer que se sentia atraida por alguien como el. Habia aprendido la leccion. Se enorgullecia de poder controlar sus emociones y sus deseos. Pero cada vez que lo veia sentia un profundo estremecimiento. En realidad resultaba imposible olvidar el pasado. En realidad, resultaba imposible controlar las emociones mas alla de cierto punto.
El aparcacoches abrio la portezuela del vehiculo. Su inquietud era evidente.
– Senorita Saint Germaine, ?ya lo sabe? Pete la encontro, y la policia…
– Si, ya lo se, Jim -sonrio debilmente-. Pero todo saldra bien. Haz tu trabajo, y si alguien hace preguntas enviamelo a mi. ?De acuerdo?
El joven le devolvio la sonrisa.
– La policia ya me ha preguntado todo tipo de cosas. Lo hicieron de tal modo que cualquiera habria pensado que yo era el sospechoso.
– ?De verdad? ?Que preguntaron?
– Quien entro y salio del hotel anoche, si vi algo inusual… Ya sabe, ese tipo de cosas. Despues insistieron en saber lo que habia hecho. No creeran que soy el culpable, ?verdad, senorita Saint Germaine?
– No, no -le dio una palmadita en el hombro-. Son preguntas de rutina. No te preocupes. Yo me ocupare de todo. ?Donde esta Pete?
– Con la policia. Por lo que he oido, lo estan sometiendo a un interrogatorio.
– ?Han llegado los periodistas?
– Aun no.
– Menos mal. Cuando lleguen avisame de inmediato. Si estoy haciendo algo, interrumpeme. No quiero que entren en el hotel, ?esta claro?
– Desde luego, senorita. La avisare en cuanto lleguen.
– Has hecho un buen trabajo, Jim. Aprecio mucho que hayas sido capaz de actuar con tanta frialdad en un momento como este.
Glory entro en el hotel. Tal y como esperaba, reinaba el caos. No tardo mucho en descubrir que la policia tambien habia interrogado a varios trabajadores mas, incluido el botones, y a dos clientes que habian regresado la noche anterior poco antes de que encontraran los cadaveres.
Vincent corrio hacia ella, casi histerico.
– La policia quiere interrogar a todos los clientes, puerta por puerta. Insisten, y no se que hacer.
– No te preocupes. Yo me ocupare de todo. De momento, no permitas que molesten a los clientes, Vuelvo en seguida. Por el ruido que se oye la prensa ha debido llegar.
Glory volvio a salir. Las furgonetas de las cadenas de television bloqueaban la entrada al vado. En cuanto la vieron, empezaron a bombardearla con todo tipo de preguntas.
– Por favor, pregunten de uno en uno -sonrio-. Intentare contestar a todas las preguntas. Hoda, puedes empezar tu.
– Es cierto que el asesino de Blancanieves ha actuado de nuevo y que deposito el cuerpo en el hotel Saint Charles? ?Que piensa al respecto?
– En primer lugar que preferiria que lo hubiera dejado en algun hotel de la competencia, en Le Meridian o en Windsor Court -contesto, despertando varias carcajadas-. Pero si, es cierto. No obstante, aun no he hablado con la policia. No se mas que ustedes.
– ?Donde encontraron el cuerpo? -pregunto otro periodista-. ?Cree que el asesino podria ser alguien del hotel?
– En absoluto. Nuestro hotel es absolutamente seguro. Como sabe, el asesino tiene la costumbre de elegir cualquier sitio para abandonar a sus victimas. Por desgracia, esta vez escogio el garaje del hotel. Pero este desgraciado accidente no tiene nada que ver con el hotel -sonrio-. La ultima victima fue encontrada en la catedral, lugar que visite al dia siguiente y donde me senti perfectamente a salvo, por cierto. El autor parece demostrar buen gusto en lo relativo a los edificios que elige. Aunque debo decir que el hotel dispone de un servicio de seguridad mejor que la catedral.
En aquel momento vio que se acercaba el relaciones publicas. Sonrio a los reporteros y dijo:
– Ahora tendran que disculparme. Tengo que atender varios asuntos urgentes, pero Gordon McKenzie, nuestro relaciones publicas, contestara todas sus preguntas.
Glory charlo unos segundos con Gordon antes de regresar al hotel para salvar a Vincent. Llego justo a tiempo,