Si el cielo existia, hablaria con su verdadera madre cuando llegara. Le hablaria de el.
– ?Santos?
– Buenos dias -sonrio al mirarla-. Te has levantado muy pronto.
– Hay algo que necesito que hagas por mi. Ciertas cosas que debo decirte.
Santos fruncio el ceno y la observo con intensidad como si notara que algo andaba mal.
– Lily, ?te encuentras bien?
Subitamente, Lily dejo de sentir su brazo izquierdo. Fue una sensacion inquietante y terrible, que sin embargo no le robo su paz interior.
– Debo decirtelo antes de que… antes de que sea demasiado tarde.
Santos se levanto, alarmado. La toco y aparto la mano de inmediato.
– Voy a llamar a una ambulancia.
– ?Espera! -lo agarro por los hombros-. Santos, quiero que llames a Hope. Debo verla antes de… Prometeme que la llamaras. Prometeme que la llamaras antes de que…
Santos lo prometio. Acto seguido corrio al telefono para llamar a una ambulancia. Segundos despues tomo a Lily en sus brazos y la llevo escaleras abajo para esperar en la entrada del edificio.
Lily lo miro con carino. Su apariencia fria no la enganaba. Lo conocia bien, y sabia que en su interior rugia un infierno de emociones y un pozo sin fin lleno de amor.
– A todo el mundo le llega su hora -dijo Lily con suavidad-. Y si esta es la mia, la recibire con los brazos abiertos.
– No vas a morir -dijo Santos, desesperado-. No permitire que mueras.
Lily quiso alargar un brazo para acariciar su mejilla, pero no tenia fuerzas para hacerlo.
– Quiero que sepas… que te quiero, Santos.
– Lo se, Lily, yo…
– Siempre has sido un hijo para mi. Mi hijo. Sin ti, mi vida habria sido…
Lily tuvo que hacer un esfuerzo para sobreponerse al dolor que sentia. Necesitaba hablar con el.
– Estaba muerta cuando apareciste en mi vida. Apartaste de mi la soledad y me diste algo que pense que nunca tendria. Me diste amor, Victor. Eres un buen chico, y quiero que lo sepas antes de que muera.
– Lily, no digas eso -acaricio su cabello-. Me estas asustando.
– Mereces tener mas suerte. Y no se si eres consciente de ello. Prometeme que te cuidaras, que seras amable contigo mismo, que no te enganaras con inutiles sentimientos de culpa como hice yo. ?Victor!
Lily se llevo una mano al pecho. No sentia nada salvo dolor. Entonces cerro los ojos.
– ?No, Lily! ?Espera! Tu tambien me diste todas esas cosas. Me diste un hogar y una familia. Me diste amor… Lily, no te mueras, por favor. No te mueras. No puedes abandonarme. Te necesito.
Lily noto el panico en su voz, en la forma en que la sostenia, con fuerza. Con un ultimo esfuerzo se aferro a su camiseta y dijo, ya casi sin aliento:
– Tengo que ver a Hope. Tengo que hacer las paces con ella. Yo…
El dolor se hizo tan insoportable que le robo el habla. Aun pudo oir la sirena de la ambulancia que se acercaba, las desesperadas palabras de Santos, el llanto del bebe del vecino. Y oyo los pajaros. Oyo el canto suave y dulce que la llamaba.
Despues, solo el silencio.
Capitulo 45
Las dos horas siguientes fueron angustiosas para Santos. Lily habia sufrido un ataque al corazon, aunque aun no se conocia la gravedad de su estado. El medico habia hecho todo lo posible para aliviar su dolor.
Santos no habia sido nunca un hombre religioso, pero rezo de todas formas porque sabia que Lily lo era. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que viviera. Por suerte consiguieron salvarla, aunque el medico no le dio demasiadas esperanzas con respecto a su recuperacion. De edad muy avanzada, su salud era debil y su corazon habia sufrido demasiado. Las probabilidades de que sufriera otro ataque eran demasiado elevadas.
Sin embargo, habia sobrevivido. Santos la miro, agradecido. Por fin se habia liberado del dolor y descansaba. El medico habia dicho que dormiria durante al menos doce horas y le habia recomendado que descansara el tambien. Los siguientes dias iban a ser dias muy largos.
Se inclino sobre ella y toco su frente. Susurro a su oido que volveria y despues salio de la habitacion para ir a una cabina. Llamo a la brigada, a Liz, y acto seguido tuvo que tragarse todo su orgullo para avisar a Hope.
Por extrano que pareciera, la hija de Lily no se sorprendio demasiado al reconocerlo.
– ?Que puedo hacer por usted, detective Santos?
Santos se estremecio sin saber por que. Aquella mujer era una serpiente venenosa. Habia algo macabro en su tono de voz.
– Me temo que tengo malas noticias para usted.
– Oh. ?De que se trata esta vez? ?De otro asesinato en el hotel?
Resultaba evidente que se divertia con el. Se creia superior a todo el mundo. Y esa actitud lo enfermaba.
– Se trata de su madre -declaro, intentando controlar, sin demasiado exito, el desagrado que sentia-. Ha sufrido un…
– Lo siento, agente, pero debe estar mal informado -lo interrumpio-. No tengo madre. Murio hace anos, durante un viaje.
Santos penso en Lily, palida, demacrada, al borde de la muerte. Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para sobreponerse a la ira que sentia y acceder a su ultimo deseo. Queria ver a su hija antes de morir, y debia hacer todo lo necesario para lograr que asi fuera.
– Dejese de cuentos, senora Saint Germaine. Se quien es. Personalmente pienso que no merece ser la hija de Lily, pero ella me pidio que la llamara. Por alguna razon piensa que vale la pena hacerlo.
Hope rio.
– ?De verdad? Que interesante. Siga, detective.
– Ha sufrido un infarto. Y no se encuentra bien -explico-. Es posible que muera.
Hope permanecio en silencio unos segundos, al cabo de los cuales pregunto, impaciente:
– ?Y que tiene eso que ver conmigo, detective?
– ?Es que no ha oido lo que he dicho? Su madre se esta muriendo.
– Si, lo he oido. Pero no comprendo por que me llama.
Santos se sorprendio. Sabia que era una mujer despiadada y fria. Pero no esperaba tal carencia de remordimientos, de sentimientos, incluso de tristeza en su voz. No tenia corazon.
Respiro profundamente para controlar el odio que sentia por ella. Parecia alegrarse por la posible muerte de Lily.
– Quiere verla. Quiere hacer las paces con usted.
– Lo siento, detective, pero eso no es posible.
– ?Esta diciendo que…?
– Exacto.
– Esta muriendose, y quiere verla. Es su ultimo deseo.
– Eso no tiene nada que ver conmigo.
– Por favor -rogo-. Se lo ruego. Acceda a verla. Permita que muera feliz.
– No, gracias -dijo con suavidad, como si estuviera hablando con algun vendedor de libros o seguros-. Buenos dias.
Entonces colgo. Santos miro el auricular, incredulo y furioso. Le habia colgado el telefono. Se habia negado a ver a su madre en su lecho de muerte.
Estaba decidido a darle una leccion, a golpearla en su punto mas debil. No permitiria que tratara a Lily de aquel modo. Habia intentado que el ultimo deseo de Lily se hiciera realidad a toda costa, pero ya que no era posible se las arreglaria para concederle, al menos, parte del deseo.
Hablo con el medico para conocer los ultimos detalles sobre su estado, dejo el numero de su busca a las enfermeras y salio del hospital en direccion a su coche. Una vez dentro, conecto la sirena y arranco a toda