Lo sabia. Cuando Glory se lo conto sintio deseos de matar a Victor Santos. Seguia sintiendolos. Habia pasado toda su vida intentando proteger a Glory contra el legado de las Pierron, y ahora, por culpa de aquel hombre, su hija era la duena de la casa del pecado.

– A mi me ha dejado todo lo demas -prosiguio Santos.

– Ya me he enterado. No me dice nada nuevo, detective, asi que si no hay nada mas… -miro el reloj, impaciente-. Se le ha acabado el tiempo.

Empezo a caminar hacia la puerta, pero el no la siguio. Abrio de par en par y se volvio para mirarlo.

– Que tenga un buen dia, detective -dijo deseosa de arrancarle la sonrisa de la cara.

– ?Tiene quinientos mil dolares a mano, senora Saint Germaine?

Se quedo congelada. El muchacho diabolico rio. La oscuridad podia asumir muchas formas.

– Exactamente -dijo Santos-. Un fantasma de su pasado ha vuelto para acosarla.

Hope se esforzo por conservar la calma.

– No se de que me habla -dijo con frialdad.

– ?No? -dijo un paso hacia ella-. ?Que hay de tres pagares en los que promete devolver, cuando se le solicite, la suma de quinientos mil dolares? ?Le he refrescado suficientemente la memoria?

Dio otro paso hacia ella. Hope dio un paso atras. Su corazon latia con fuerza. El sol le daba en la espalda.

– Lily la ayudo a salir de un embrollo bastante caro en 1984, ?no? -prosiguio Santos-. El hotel estaba endeudado. Lily tuvo que gastarse practicamente todo lo que tenia, pero le dejo ese dinero. Yo hice las tres entregas cada vez que usted me mandaba a ella con uno de esos pagares -entrecerro los ojos-. Usted sabia que nunca intentaria pedirle que le devolviera el dinero. Sabe que lo unico que queria era pasar un poco de tiempo con usted. Me pongo enfermo cuando pienso en lo mucho que la queria y lo mal que usted la trato.

– Exactamente -dijo Hope, levantando una ceja con arrogancia-. Nunca intento pedirme que le devolviera el dinero. Ahora todo ha terminado, porque ha muerto.

– Lo siento, pero las cosas no funcionan asi. Los pagares son como las acciones, los bonos y otros activos negociables. Se pueden transmitir.

Hope empezo a sudar. El sol le resultaba insoportable en la espalda. La sangre bullia en su cabeza, cerrandola a todos los sonidos con excepcion de la voz de Santos.

– Ya pague mi deuda con ella -le dijo, temblorosa-. Le di el tiempo que queria.

– No le dio nada -cerro los punos-. Se fue a la tumba anorando el perdon y el amor de su hija, pero usted no pudo concederle ni siquiera eso. Ni siquiera le hizo una breve visita al hospital.

– No puede demostrarlo. No puede demostrar que no…

– Pero tengo los pagares. Los he heredado -se inclino hacia ella-. Si hubiera pagado su deuda, ella se los habria devuelto.

Hope se llevo una mano a la garganta.

– ?Que quiere de mi?

Santos levanto las cejas, como si estuviera sorprendido.

– Que cosas tienes, Hope, carino. Quiero mi dinero.

Hope dio otro paso atras, y la luz del sol la golpeo en los ojos.

– ?Bastardo!

Santos rio.

– Parece que ultimamente me llaman bastardo muy a menudo. Y siempre lo hace una Saint Germaine.

Hope no soportaba el sol y el calor. Entro en el fresco y oscuro vestibulo. Se esforzo por recuperar el aliento, dandose cuenta de lo atemorizada que estaba. No tenia quinientos mil dolares. No los tenia.

Hope se froto los brazos, repentinamente helada.

– ?Como puedo saber que los pagares no son falsos? ?Como puedo saber que los tienes?

– Te aseguro que no son falsos, y creo que lo sabes tan bien como yo -se metio las manos en los bolsillos-. Los tiene mi abogado -sonrio al ver su expresion-. Si, claro que he hecho mis deberes. He contratado a un buen abogado. Habras oido hablar de Hawthorne, Hawthorne y Steele, ?no? Pues ponte en contacto con el senor Steele. Es el mejor abogado de la ciudad, tal vez de todo el sur de los Estados Unidos.

Hope empezo a temblar. Habia oido hablar de Kenneth Steele. En efecto, era el mejor.

– No importa -dijo-. No tengo el dinero.

– Pero puedes conseguirlo. A fin de cuentas, Lily lo consiguio -miro a su alrededor-. Y vivia con menos lujos.

– Pues yo no puedo.

Santos chasqueo la lengua, divirtiendose visiblemente a su costa. Hope sintio deseos de arrancarle los ojos.

– Estoy seguro de que este sitio vale medio millon de dolares, y probablemente mucho mas. Estoy seguro de que el Saint Charles, o por lo menos la mitad que posees, vale mas que eso -se volvio a meter las manos en los bolsillos-. Imaginate, la socia del callejero Victor Santos. O mejor aun, imaginame viviendo en la mansion de los Saint Germaine.

– ?Nunca! -dijo con rabia-. Nunca seria socia de una… criatura como tu. Y quemaria esta casa antes de permitirte poseer un solo ladrillo.

Santos entrecerro los ojos.

– ?No te han ensenado nunca a ser amable con los demas? ?Donde estabas cuando ensenaron esa leccion en tu colegio -sacudio la cabeza, torciendo la boca-. Aunque tal vez pienses que eres tan rica y poderosa que no tienes por que preocuparte por esas nimiedades. Tal vez pienses que no debes preocuparte por los premios ni por los castigos. Ni por pagar tus deudas. Evidentemente, no pareces pensar que debas tratar con cierta consideracion a la gente. Pues ha llegado el momento de que cambies de actitud. Ha llegado el momento de que empieces a pagar. Estas en deuda con Lily, y as a pagar tu deuda.

Hope se aparto y cruzo el vestibulo, huyendo de el. Se detuvo frente a un espejo convexo y contemplo su imagen distorsionada, intentando decidir que hacer con aquella situacion. El hotel valia mucho menos que en el pasado. Tenia las inversiones, que junto con los beneficios del hotel, le permitian mantener su nivel de vida. Otras de sus necesidades habian demostrado hacerse cada vez mas caras con el paso de los anos.

Como en un castillo de naipes, si quitaba una pieza todas demas se desmoronarian.

No sabia que podia hacer.

– Puede haber otra solucion -dijo Santos con suavidad. Se encontro con su mirada en el espejo.

– ?Otra solucion?

– La verdad es que el dinero no me importa. No quiero para nada su casa ni su hotel, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.

Hope se volvio lentamente para mirarlo. Contemplo sus ojos, buscando en ellos el sarcasmo habitual.

– ?De verdad?

– De verdad -se coloco delante de ella-. A quien quiero es a Lily.

– Pero esta muerta.

La expresion de Santos se endurecio.

– Pero su recuerdo no lo esta. Lo que siento por ella sigue vivo. He decidido darle lo que mas deseo en su vida, aunque se fue a la tumba sin ello.

– ?De que se trata?

– De su hija.

Hope lo miro confundida.

– No lo entiendo.

– Tendra que admitir publicamente que Lily era su madre. Dira a todo el mundo quien es y de donde viene.

Hope dio un paso atras. Sus piernas amenazaban con dejar de sujetarla.

– No puede hablar en serio.

– Creame, hablo completamente en serio -la miro con desprecio-. Tal vez deberia sentarse.

Hope asintio y se desplomo en un sillon que habia junto al espejo.

– Adelante.

– Si quiere que no le reclame el medio millon de dolares que me debe tendra que hacer una serie de cosas.

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