Wu dejo su texto e hizo un ademan demostrando que intentaba modificar las palabras ambiguas.

– ?A que se refiere con lo de los antiguos esquemas? ?Hable con mas claridad! ?Se esta refiriendo a la lucha antiderechista?

Esta vez fue una mujer quien se levanto, una jefa de oficina, miembro del Partido, que habia sido acusada de elemento contrario al Partido. Wu la miro por encima de las gafas y no supo que responder.

– ?Cuales son los antiguos esquemas? -repitio ella-. ?Esta hablando de hacer salir a las serpientes de sus nidos como en la epoca del movimiento antiderechista?

La mujer estaba indignada, le temblaba la voz.

– Eso es, eso es -dijo Wu, bajando la cabeza de inmediato.

– ?Quien fue el responsable de la directiva? ?Que tipo de directiva era? ?Digalo claramente! -prosiguio la mujer.

– Camaradas dirigentes del Comite Central, el comite central de nuestro Partido…

Wu se quito las gafas para poder ver a la mujer claramente entre los asistentes.

Sin flaquear, la mujer alzo la cabeza y volvio a preguntar, todavia mas alto:

– ?De que Comite Central esta hablando? ?De que dirigentes? ?Como le han transmitido esas directivas? ?Digalo!

Las personas que asistian a esa sesion comprendieron perfectamente que el sacrosanto Comite Central estaba dividido, y que el Buro Politico del comite central del Partido estaba siendo reemplazado por el grupo dirigente de la Revolucion Cultural del Comite Central -cuartel general proletario del Presidente Mao. El cuartel general que daba ordenes al camarada Wu Tao ya no tenia poder para controlar a la gente.

La sala retumbaba. Sin embargo, Wu Tao, como secretario del comite del Partido, todavia respetaba la disciplina. No respondio, pero adopto un tono de profunda tristeza para insistir en voz alta:

– ?En nombre del comite del Partido, pido disculpas a los camaradas que han sido sometidos a la rectificacion!

Bajo de nuevo la cabeza. En aquel momento todo su enorme cuerpo se inclino hacia adelante, parecia estar pasandolo realmente mal.

– ?Queremos ver la lista negra! -grito un hombre de mediana edad, un funcionario miembro del Partido que tambien habia sido sometido a la rectificacion.

– ?Que lista negra? -replico Wu, confuso.

– ?Durante la investigacion, seguro que tenian una lista negra con los nombres de los que pensaban enviar a los campos de reeducacion por el trabajo!

De nuevo era la mujer quien gritaba, palida de ira, con el cabello enmaranado.

– ?Nunca ha habido ninguna lista negra! -nego de inmediato Wu, inclinandose para tomar el microfono-. ?No teneis que hacer caso de esos rumores! ?Os aseguro, camaradas, que nuestro comite del Partido no tiene ese tipo de listas! ?Os garantizo en nombre del Partido que no existe esa lista! Algunos camaradas han sido maltratados injustamente, nuestro comite del Partido ha atacado a algunos de manera inapropiada, ha cometido errores, todo eso lo reconozco, pero no hay lista negra que valga…

Antes de que acabara de hablar, en la parte delantera izquierda de la sala, algunas personas se agitaron. Alguien abandono su asiento y se dirigio hacia el estrado.

– ?Tengo algo que decir! ?Por que no me dejais hablar? Si realmente no existe esa lista, ?de que teneis miedo?

Lao Liu trataba de zafarse del funcionario de seguridad que le impedia subir al estrado.

– ?Dejad que hable el camarada Liu! ?Por que se lo impedis? ?Dejadle hablar!

Entre los gritos, Lao Liu franqueo los obstaculos y subio al estrado. De cara a los asistentes, senalo a Wu Tao y dijo:

– ?Este hombre miente! Desde el principio del movimiento, cuando empezaron los primeros dazibaos, el comite del Partido convoco una reunion de urgencia y dio la orden de que todos los secretarios de celula de cada departamento hicieran un listado de clasificacion politica de todos los empleados. ?El departamento politico tiene esa lista desde hace tiempo! Y, sobre todo, desde que decidieron llevar a cabo las investigaciones…

Los asistentes explotaron. Muchos se levantaron de sus asientos y empezaron a gritar:

– ?Que vengan los miembros del departamento politico!

– ?Hay que traer a los miembros del departamento politico para que declaren!

– ?Traigan esa lista negra!

– ?Solo la izquierda tiene derecho a rebelarse! ?No la derecha!

Otra persona se puso a gritar, dejo su asiento y se fue abriendo paso para ir hacia el estrado. Esta vez era Danian.

– ?Hacer la revolucion no es un crimen! ?Tenemos razon al rebelarnos!

Fue el gran Li el que grito esa consigna. Tenia la cara de color escarlata y estaba de pie sobre una silla. El desorden reinaba entre los asistentes, todos se levantaban de sus asientos y habia una gran confusion.

– Hace treinta y seis anos que estoy en el Partido. Nunca me he rebelado contra el Partido, mi historia esta limpia, el Partido y las masas pueden examinarla…

Lao Liu no habia acabado de hablar cuando Danian lo agarro, nada mas subir al estrado.

– ?Vete de aqui! ?No tienes derecho a hablar, estas contra el Partido, eres un arribista, has escondido a tu padre terrateniente, no tienes derecho a hablar!

Danian hizo bajar a Lao Liu del estrado retorciendole el brazo.

– ?Camaradas! Mi padre no era terrateniente, sostuvo el Partido durante la guerra de Resistencia contra Japon; el Partido ha adoptado una politica especial hacia los shenshi [17] sensatos, se hicieron informes sobre eso, los podeis consultar…

Algunos de los guardias rojos que arrancaron el brazalete del hijo de Lao Liu subieron a la tribuna. Empujaron a Liu brutalmente y este acabo en el suelo.

– ?No hay que golpear a la gente! ?Los que reprimen el movimiento de las masas revolucionarias tendran un mal fin!

El tambien estaba totalmente encendido y gritaba a pleno pulmon.

– ?Vamos, subamos!

El gran Li agito la mano, lanzo un grito y se subio a unas sillas para acceder al estrado. Su grupo estaba al completo en ese momento.

Los dos grupos se situaron frente a frente, cada uno gritaba sus esloganes. Reinaba una gran confusion, pero no llegaban a las manos.

– Camaradas, camaradas guardias rojos, camaradas guardias rojos de los dos lados, es mejor que cada uno vaya a su asiento…

Wu daba golpes sobre el microfono, pero nadie lo escuchaba. Los funcionarios del departamento politico no se atrevian a intervenir, todos estaban de pie en la sala, en la que reinaba un desconcierto total. Sin saber muy bien como, llego hasta la tribuna, le quito a Wu el microfono de las manos y grito:

– ?Si Wu Tao no capitula, lo aplastaremos!

De inmediato, los asistentes respondieron gritando y decidio de repente proclamar:

– ?El comite del Partido no tiene derecho a convocar mas este tipo de asamblea destinada a enganar a las masas! ?Si alguien debe convocar una reunion, debemos ser nosotros, las masas revolucionarias!

Los aplausos estallaron en la sala. Habia conseguido desbloquear la situacion de enfrentamiento con los guardias rojos; se habia convertido en el dirigente que necesitaban las masas desorientadas.

El secretario del comite del Partido habia perdido todo su poder de disuasion y se convirtio en el punto de mira de las fuerzas presentes. Incluso aquel dirigente del Comite Central, que lo manejaba desde atras, se puso a salvo cortando todo contacto. Era imposible localizarlo por telefono, y el camarada Wu Tao, que habia aplicado las «directivas inapropiadas», se convirtio en un chivo expiatorio dentro del juego politico.

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