– Si, es cierto, asi fue. Ocurrio hace muchos anos, cuando huiamos durante la guerra de Resistencia. En aquella epoca los soldados huian a la desbandada, habia que defenderse de los bandidos. Como habiamos trabajado durante mucho tiempo en el banco, teniamos algun dinero ahorrado, y ya que los billetes perdian su valor, los cambiamos por objetos de oro y plata que llevabamos a todas partes con nosotros; la pistola era para defendernos si nos asaltaban.

El dijo que eso ya se lo habia contado su padre, y que no creia que fuera un problema grave; lo unico que habia que saber era donde se encontraba en ese momento la pistola para poder resolver el asunto, porque sospechaban que su padre ocultaba todavia el arma, y esa sospecha estaba incluso en su ficha, explico con toda la tranquilidad que pudo.

– Es increible -suspiro el anciano-. Alguien de la entidad de trabajo de tu padre ya ha venido a investigar lo mismo; nunca pense que esta historia te podria ocasionar tantos problemas.

– Todavia no ha pasado nada, pero este tipo de problemas latentes es mejor preverlos para poder hacerles frente el dia que exploten.

Le mostro una vez mas que no venia a investigarlo, luciendo una gran sonrisa para tranquilizarlo.

– La pistola la compre yo -acabo reconociendo el viejo.

Pero el anadio:

– Sin embargo, mi padre dice que usted la vendio siguiendo su recomendacion…

– ?A quien se la habria vendido entonces? -pregunto el anciano.

– No me lo ha dicho.

– No, esa pistola la compre yo -repitio el anciano.

– ?Mi padre lo sabe?

– Claro que lo sabe. Mas tarde, la tire al rio.

– ?Eso tambien lo sabe?

– ?Como iba a saberlo? Fue despues de la Liberacion. La cosa estaba mas tranquila, no tenia sentido guardar la pistola. Una noche fui a tirarla al rio…

El no tenia nada que anadir.

– Pero ?por que tu padre hablo de eso? ?Se mete en donde no le llaman! -dijo el anciano en tono de reproche.

– Si hubiera sabido que habia tirado la pistola al rio… -dijo para intentar justificar a su padre.

– ?Su problema es que obedece demasiado!

– Quiza ha tenido miedo de que la pistola todavia exista, o de que le preguntaran donde estaba el arma…

Queria disculparlo, pero su padre habia confesado y comprometido al anciano, que realmente tenia motivos para estar molesto.

– ?Quien lo hubiera dicho, quien lo hubiera dicho! -suspiraba sin parar el viejo-. ?Hace mas de treinta anos de aquello, tu ni siquiera habias nacido, y ahora ha pasado de la ficha de tu padre a la tuya!

Esa pistola devorada por el oxido y de la que no debia de quedar ni la menor pieza en el fondo de un rio tambien debia de figurar en la ficha del anciano. Eso fue lo que penso, pero no se lo dijo. Cambio de asunto:

– Tio Fang, ?no tiene usted hijos?

– No -suspiro sin anadir ni una palabra.

Habia olvidado que queria tomarlo por hijo adoptivo, por suerte, porque si no, todavia se habria sentido mas dolido.

– Si volvieran a investigarlo… -dijo el anciano.

– No, no hara falta -interrumpio el. Habia abandonado el proposito de su visita. No habia motivos para reprocharles nada, ni al anciano ni a su padre.

– Estoy ya en el final de mis dias, dejame terminar mis palabras -insistio el anciano.

– ?Acaso el arma no ha desaparecido? -repuso el-. Al menos, debe de estar completamente oxidada, ?no?

El viejo se echo a reir dejando al descubierto sus escasos dientes; luego le cayo una lagrima.

El anciano y su mujer lo invitaron a cenar, pero el se nego rotundamente, afirmando que debia volver a la ciudad a devolver la bicicleta alquilada y luego tomar el tren nocturno.

El viejo tio Fang lo acompano hasta la esquina de la calle, luego se despidio de el moviendo la mano y le pidio que saludara a su padre de su parte. Le dijo varias veces:

– ?Cuidate mucho! ?Cuidate mucho!

Cuando se monto en la bicicleta y dejo de distinguir al anciano cada vez que se volvia, de repente se dio cuenta de que no tenia que haber ido a hacer esa investigacion que no le serviria absolutamente para nada.

26

Por fin puedes volver al pasado de ese hombre, nino indigno nacido en el seno de una familia abocada al ocaso, que no vivia en la indigencia total, pero tampoco en la opulencia, mas bien en la frontera entre el proletariado y la burguesia. Nacio en el mundo antiguo y se crio en la nueva sociedad. Durante un tiempo creyo en la revolucion; luego, paso de la duda a la rebelion. Pero despues se dio cuenta de que la revuelta no conducia a ninguna parte, se canso y descubrio que en realidad no era mas que un juguete en manos de los politicos. Entonces se nego a hacer el papel de lacayo o de chivo expiatorio. Sin embargo, como no podia huir, no tuvo otra opcion que colocarse una mascara para mezclarse con los demas y vivir al dia.

De ese modo se convirtio en un individuo de dos caras, obligado a llevar la mascara desde que salia de casa, como se toma el paraguas los dias de lluvia. Cuando volvia a su vivienda, cerraba la puerta y nadie lo veia, entonces se la quitaba para respirar un poco. De otro modo, la habria llevado demasiado tiempo y se le podria haber pegado al rostro y a los nervios faciales. En ese caso, si hubiera querido quitarsela, no habria podido. Por cierto, este tipo de enfermedad todavia es muy frecuente hoy en dia.

Su verdadero rostro solo aparecia mas tarde, una vez que se arrancaba la mascara, pero no era facil, ya que su rostro y sus nervios faciales estaban cada vez mas rigidos. La menor sonrisa, la menor mueca le exigian un gran esfuerzo.

Probablemente era rebelde por naturaleza, pero no tenia ningun objetivo preciso, ninguna finalidad, ningun principio definido, solo lo empujaba un instinto de supervivencia. Mas tarde, cuando por fin comprendio que esa revuelta tambien estaba dirigida por la batuta de un director de orquesta, ya era demasiado tarde.

A partir de aquel momento, ya no tuvo ningun ideal ni espero a que nadie pensara por el, ya no se mostro agradecido a nadie, por miedo a que lo enganaran de nuevo. No se hizo mas ilusiones, tampoco recurrio a las palabras habiles para enganar a los demas o a si mismo; no espera nada de los hombres ni de las cosas.

Ya no quiere tener camaradas, no necesita para nada ser complice de nadie para poder alcanzar cualquier objetivo determinado. Tambien le parece inutil intentar acercarse al poder; de hecho, es demasiado duro, es una lucha interminable demasiado desgastadora para la mente y que exige tremendos esfuerzos. Si consigue permanecer lejos de esa especie de gran familia y de los grupos que se agregan alrededor de ella, habra tenido mucha suerte.

No quiere destruir el viejo mundo, pero tampoco es reaccionario: los que decidan hacer la revolucion que la hagan, pero que no la hagan hasta el punto de que no le dejen sobrevivir. En fin, no puede ser un luchador, el se mantiene mas bien en un pequeno espacio entre la revolucion y la reaccion, observando las cosas de lejos.

En realidad no tenia enemigos, fue el Partido quien quiso convertirlo en un enemigo. No tenia eleccion, porque el Partido no se lo permitia. Insistieron en que se sometiera a una norma, el se nego, y asi se convirtio en un enemigo del Partido. Y el Partido condujo al pueblo a tomarlo como objetivo para que brillara el ideal, para galvanizar el animo, dar valor a las masas y que naciera el entusiasmo. Lo convirtieron en el enemigo publico del pueblo. Sin embargo, el no tiene ningun problema con el pueblo y se niega a disparar sobre los demas para sobrevivir, lo unico que quiere es vivir su propia vida.

Quiza sea una especie de empresario independiente, y le gustaria seguir asi. Hoy, por fin, no tiene ni colega, ni patron, ni superior o inferior jerarquico, se dirige y se emplea a si mismo, todo lo que hace, lo hace por propia voluntad.

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