– ?En que ano?

– Hace mucho tiempo, fue en la epoca de la Republica, estudie en la universidad en 1928.

– ?Ah, si? -Calculo que habian pasado mas de cuarenta anos desde entonces.

– En aquella epoca, los profesores iban con trajes al estilo occidental y sombrero, llegaban siempre en rickshaw y con el baston en la mano.

En ese preciso momento, los profesores de la capital se encargaban de barrer las calles o limpiar los lavabos. Eso no lo dijo.

El viejo explico que lo enviaron a estudiar a Japon con una beca del gobierno y que consiguio un diploma de la Universi dad Imperial de Tokio. El no dudaba de la veracidad de los hechos que contaba el anciano, pero le habria gustado saber por que volvio a las montanas. Sin embargo, no podia hacerle la pregunta directamente, asi que inquirio:

– ?Estudio medicina?

El anciano no respondio; se limito a contemplar con los ojos entornados como temblaba el bosque en las montanas de enfrente, como si quisiera calentarse con el sol. Penso que quizas este podia ser su destino: estudiaria un poco de medicina tradicional para curar a los campesinos y subsistir por ese medio. Luego se casaria con una campesina para que le diera hijos y, de este modo, tener a alguien que se ocupara de el cuando fuera viejo. Y cuando llegara a esa vejez y ya no fuera capaz de trabajar en el campo, se calentaria al sol y leeria libros de medicina para distraerse.

La noche siguiente, escribio a Qian para decirle que se habia instalado en el campo y que tenia una casa de adobe como alojamiento para siempre. Si estaba de acuerdo en vivir con el, tendrian de inmediato un nido para ellos dos solos. Por el momento tenia garantizado el sueldo, ella incluso tambien tendria un sueldo como estudiante diplomada, los dos se sentirian muy bien en el pueblo, podrian llevar una vida de seres humanos. Trazo con especial cuidado los caracteres «seres humanos», llenando dos casillas de su papel de cartas. Esperaba que ella reflexionara seriamente y diera una respuesta clara. Escribio, ademas, que la escuela del pueblo queria reabrir las puertas y que se proyectaba convertirla en escuela de secundaria, ya que hacia anos que los ninos no tenian profesor y ya estaban en la edad de ir al instituto. Por lo tanto, necesitaban profesores. Si ella decidia venir, podria dar clases alli, pues la escuela no podia continuar cerrada por mucho tiempo. De lo unico de lo que no hablo en la carta fue de amor, pero al escribir esas palabras se sintio lleno de felicidad, habia recuperado la esperanza, una esperanza que podia materializarse si ella venia, si Qian estaba de acuerdo. Se sentia contento, en ese mundo confuso quizas encontrara por fin un remanso de paz, si ella queria compartirlo con el.

42

Las hojas del viejo azufaifo que crecia delante de su ventana habian caido; las ramas espinosas se elevaban hacia el cielo gris plomo. El otro arbol era de sebo y sus ultimas hojas violeta temblaban sin cesar en la punta de las ramas. Al principio del invierno recibio una respuesta de Qian anunciandole que iria cuando empezaran las vacaciones de invierno en la escuela rural en que trabajaba. La carta era escueta, algunos caracteres trazados con una escritura cuidada, apenas media pagina que no decia una palabra sobre una eventual vida en comun con el. Pero venia al pueblo; tenia que haberselo pensado mucho. La esperanza que habia albergado se concretaba.

Cosecharon el arroz tardio, lo pusieron a secar en la era, lo aventaron y luego lo almacenaron en el silo del equipo de produccion. El agua de los arrozales se seco, esparcieron las semillas de las plantas que servirian de abono a la espera de arar la tierra y replantar. Habia acabado el ciclo anual de los trabajos del campo y los campesinos se dedicaban a sus propias actividades: iban a la montana a cortar lena para el invierno, reparaban las pocilgas de los cerdos, otros construian casas de adobe porque alguien se casaba o algun miembro abandonaba la familia; el mismo se preparaba para recibir a Qian. Pero no podria encalar las paredes de su casa hasta despues del verano, cuando estuviera completamente seca. No tenia mucho que hacer de momento, aparte de anadir un poco de cemento en las grietas de los marcos de las puertas y de las ventanas y bajo el tejado. Cuando Qian llegara, dormiria con el en la habitacion, pero de cara a los campesinos era mejor que se casaran. Lo primero que tenia que hacer era esparcir la noticia para que todos estuvieran al corriente de su proximo enlace. Si Qian estaba de acuerdo, seria facil, le bastaria con ir a la comuna popular a buscar un certificado de matrimonio, no seria necesario preparar un banquete como era tradicion en los pueblos. Ademas, todas las viejas costumbres se habian erradicado; sin embargo, Qian no dijo claramente en su carta si queria casarse con el.

Sobre las ruinas del templo situado al borde del burgo, que quedo destruido por un incendio hacia mucho tiempo, levantaron una construccion de dos naves: era la estacion de autobuses. Un autocar llegaba cada dia de la cabeza de distrito y volvia a marcharse el mismo dia. Le costaba recordar el rostro de Qian, pero cuando llego el autocar, la reconocio enseguida de entre los pasajeros que bajaban. Llevaba una bolsa de viaje rara en la region, y todavia tenia dos trenzas cortas. Estaba morena, parecia haber engordado un poco, quizas a causa de las ropas de invierno. El salio a su encuentro para tomarle la bolsa y pregunto:

– ?Has tenido un buen viaje?

Ella explico que, desde que salio de su aldea, habia tomado un autocar, luego un tren, despues un coche, luego otro autocar. Por suerte Rong le compro un billete en la estacion de autobuses de la cabeza de distrito y la estaba esperando, y ella pudo subir inmediatamente a ese ultimo autocar para llegar aqui. Aliviada, le dijo:

– ?Hace cuatro dias que estoy viajando!

Estaba un poco alterada pero permanecia natural. Camino apoyada en el sobre los diques que conducian a la aldea, hombro con hombro, apretada a su cuerpo como si se amaran desde hacia anos, como si fuera su mujer. Esa joven iba a vivir con el, a convertirse en su esposa; se ayudarian el uno al otro para conseguir salir adelante.

Qian se sento sobre la cama de paja de arroz, el lugar mas confortable de la habitacion. El se sento frente a ella, sobre la unica silla y dijo:

– Si estas cansada, quitate los zapatos, puedes tumbarte un poco para descansar.

Le preparo una taza de te nuevo verde esmeralda, el mejor producto de aquel pueblo de montana.

Qian contemplaba las paredes irregulares y el tejado oscuro sin falso techo. El dijo que despues del verano podria encalar la casa y comprar madera para fabricar un falso techo; tambien anadio que le seria facil encontrar un carpintero que le fabricara algunos muebles. Lo pondrian todo al gusto de ella. Qian le explico que donde trabajaba, la gente vivia en cuevas con las paredes de loees, pero el clima era muy seco y habia mucha pobreza; la tierra era amarilla, escaseaban los arboles, en esa estacion se cortaban los rastrojos de maiz para hacer combustible, cualquier rastro de verdor habia desaparecido del paisaje. Su escuela no estaba mal; ademas de ella habia tres maestros, los otros dos eran de la comarca; los funcionarios de la brigada de produccion del pueblo dirigian la escuela. A ella le habia costado mucho llegar hasta aquel lugar, era un gran pueblo de mas de doscientas casas situado a quince kilometros de la cabeza de distrito; el autocar no pasaba por alli, y para llegar habia que subirse al carro de un campesino e ir al paso de una mula. El le dijo que en el pueblo volverian a abrir la pequena escuela y que iria a ver a los funcionarios de la cabeza de distrito y de la comuna popular para que la trasladaran. Qian estuvo de acuerdo, ya no era una quimera sino la realidad.

Fueron a una pequena casa de te del burgo y pidieron dos platos de salteados. Era el unico restaurante del lugar. Los dias de encuentro, el primero y el quince de cada mes, los campesinos de la comarca se reunian alrededor de las diez grandes mesas que habia en la planta baja y en el primer piso y descansaban, bebian te o comian, y se armaba un tremendo guirigay. Normalmente, y sobre todo aquella tarde, el restaurante estaba vacio. Sus pasos hacian que crujiera la madera del suelo. Se instalaron en la primera planta, cerca de la ventana, desde donde veian la pequena calle estrecha de adoquines. Desde aquel lugar tambien podian ver a los vecinos de las casas de enfrente por sus ventanas, y en la planta baja los comercios de la calle: una carniceria, una tienda de queso de soja, una tienda de tela, que tambien hacia de supermercado, un bazar que vendia cuerda, cal, ollas, aceite, vinagre, salsa de soja y sal. Tambien habia una tienda en la que se vendia aceite y cereales, y se podia moler el arroz, una cooperativa en la que se vendian palanganas, cubos, azadas y utiles de madera, hierro y bambu, y, por ultimo, una botica de medicina china, donde tambien vendian algunos medicamentos occidentales. En la plaza del pueblo se encontraba la sede de la comuna popular, con un centro veterinario, una policlinica, una caja de ahorros y una comisaria de policia que se encargaba de las comunas de los alrededores, aunque contaba

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