con ella. Ese miedo es finalmente la manifestacion de la vida. Cuando la conciencia y el conocimiento desaparecen, todo se acaba en un instante, sin tiempo a hacerse a la idea, y sin que tenga algun sentido. La busqueda del sentido de la vida ha sido tu sufrimiento, con tu companero de infancia ya hablabas de eso. Sin embargo, por aquel entonces no habias vivido casi nada, mientras que ahora ya has probado todos los sabores - agrio, dulce, amargo, picante- de la vida. Es inutil, no sirve de nada buscar ese sentido, resulta ridiculo; mejor aprovechar la vida, y, al mismo tiempo, observarla.

Te parece verlo, a el, en una especie de vacio, una pequena luz llega de no se sabe donde, esta de pie sobre una tierra ni fija ni determinada, parece un tronco de arbol sin sombra, el horizonte ha desaparecido, o esta como un pajaro en medio de la nieve, mirando de izquierda a derecha, a veces fija su mirada, como si reflexionara. ?Sobre que? No esta muy claro, pero es una actitud, una actitud aun asi bastante bella; existir es adoptar una actitud, la mas agradable posible. Con los brazos abiertos, arrodillado y volviendose, vuelve a su conciencia, o, mejor dicho, su actitud es justamente su conciencia, es el tu en medio de su conciencia y que le provoca un placer especial.

No hay tragedia, ni comedia, ni farsa; todo eso son juicios esteticos sobre la vida, distintos puntos de vista segun las personas, los momentos y los lugares, llega a ser puro lirismo: de un sentimiento en un momento determinado se pasa a otro; la tristeza y el sentido del ridiculo a veces hasta podemos intercambiarlos. No hace falta burlarse, ya ha habido demasiadas burlas y autocriticas. Basta con perseverar tranquilamente en este modo de vida, aprovechar las maravillas del instante, sentirse bien, y cuando nos examinemos, hacerlo solos, sin pensar en la mirada de los demas.

No sabes lo que todavia serias capaz de hacer, ni lo que te queda aun; inutil pensarlo, haz lo que te apetezca. Si sale bien, mejor, si no, que se le va a hacer. Hacer una cosa u otra no importa demasiado; si tienes hambre o sed, come o bebe. Por supuesto, cada uno tiene su punto de vista, su forma de ver las cosas, sus gustos y hasta sus cabreos; todavia tienes fuerza para cabrearte, y naturalmente siempre tendras tus indignaciones justas. Sin embargo no es la misma excitacion, aunque todavia tengas sentimientos y deseos; si existen, dejalos existir, pero el rencor ha desaparecido, ya que no sirve para nada e incluso te puede perjudicar.

Solo das importancia a la vida. Gracias a ella tienes sentimientos inacabados y todavia te quedan ganas de descubrir cosas y sorprenderte. Solo la vida merece que nos entusiasmemos, ?no es asi?

55

Una tarde que pasaba cerca de la torre del Tambor, estaba a punto de bajar de la bicicleta para entrar en un pequeno restaurante cuando alguien grito su nombre. Volvio la cabeza hacia una mujer que se habia parado y lo miraba. Ella parecia estar a punto de echarse a reir y se mordia los labios.

– ?Xiaoxiao? -pregunto, dudando. Ella sonrio de forma forzada.

– Perdona.

– No sabia que decir-. No imaginaba que…

– ?No me reconoces?

– Estas mas fuerte… -El recordaba un cuerpo delgado de muchacha y unos pequenos senos.

– ?Parezco una campesina? -pregunto Xiaoxiao con ironia.

– No, pero estas mas fuerte que antes -anadio rapidamente.

– ?No soy miembro de una comuna popular? ?Pero no soy una flor que mira el sol, ya estoy marchita!

Xiaoxiao se habia vuelto caustica, hacia alusion a la letra de una cancion, dedicada al Partido, que comparaba a los miembros de las comunas populares con las flores de girasol, que siempre miran al astro. Prefirio cambiar de tema:

– ?Has vuelto a la ciudad?

– Estoy pidiendo la autorizacion. He venido con el pretexto de que mi madre esta enferma y necesita que me ocupe de ella; soy hija unica. Tengo que rellenar los papeles para que me dejen volver a la ciudad, pero aun no tengo la autorizacion.

– ?Tu familia vive todavia en el mismo lugar?

– Mi padre ha muerto y mi madre acaba de volver de la escuela de funcionarios.

No sabia nada de lo que le habia ocurrido a su familia. Solo fue capaz de decir:

– Fui a buscarte a aquella callejuela…

Se referia a diez anos antes.

– ?No quieres que nos sentemos un rato? -pregunto ella.

– Claro.

Acepto sin pensarselo, pero en realidad no tenia muchas ganas. En aquella epoca paso muchas veces por aquellas callejuelas con la esperanza de volverla a ver, pero eso no se lo dijo, se contento con balbucir:

– No se en que numero vives.

– No te lo dije.

Ella recordaba perfectamente aquellos tiempos; no habia olvidado aquella noche de invierno en que se marcho antes de que amaneciera.

– Hace mucho tiempo que no vivo en esa casa; he pasado cerca de seis anos en el campo. Ahora vivo en las viviendas colectivas de la institucion en que trabajo.

Era una explicacion como cualquier otra, pero Xiaoxiao no le dijo si habia ido a buscarlo. Camino un momento a su lado empujando la bicicleta. Entraron en una callejuela por la que ya habia pasado varias veces en bicicleta. La recorrio en muchas ocasiones de una punta a otra. Salia a la avenida y volvia a entrar. Examinaba cada patio a ambos lados de la calle y siempre pensaba que algun dia la encontraria. Pero ni siquiera sabia su apellido, no tenia como saberlo; Xiaoxiao era seguramente un apodo que utilizaban sus companeros de clase y sus padres. La callejuela parecia mucho mas larga a pie.

Xiaoxiao franqueo la puerta de un patio, un gran patio en desorden. A la izquierda de la entrada, en una pequena puerta, habia un candado. Al lado tenian una cocina de carbon. Abrio con su llave una pequena vivienda. En el interior el desbarajuste era impresionante, menos en la gran cama, sobre la que se amontonaban las mantas. Xiaoxiao se apresuro a recoger las ropas que habia sobre el sofa y las tiro encima de la cama.

– ?Y tu madre? -pregunto el mientras se sentaba en el sofa, que crujio al recibirlo.

– Esta en el hospital.

– ?Que tiene?

– Cancer de mama, se le ha extendido a los huesos. Espero que aguante lo suficiente para que pueda transferir mi autorizacion de residencia.

Se sentia incomodo haciendole esas preguntas, pero no sabia que decir.

– ?Quieres una taza de te?

– No, gracias. -Tenia que encontrar algo que decir-. ?Como estas? Hablame de ti, de tus asuntos…

– ?De que quieres que te hable? -pregunto Xiaoxiao de pie, delante de el.

– Del campo, de todos estos anos…

– Tu tambien has estado en el campo, ?que quieres saber?

Empezaba a arrepentirse de haberla seguido. La habitacion en total desorden no se correspondia con la imagen de la muchacha por la que sintio pena. Sentada al borde de la cama, Xiaoxiao lo miraba, con el ceno fruncido. El ya no sabia que decir.

– Fuiste mi primer hombre.

Si. Recordo su pecho izquierdo; no, con la mano izquierda apretaba su seno derecho, que tenia una cicatriz.

– Pero fuiste realmente estupido.

Se sintio herido y tuvo ganas de preguntarle por aquella cicatriz para atacarla tambien, pero solo dijo:

– ?Por que?

– Fuiste tu quien no quiso… -dijo Xiaoxiao tranquilamente, cabizbaja.

– ?En aquella epoca todavia ibas al colegio! -dijo para justificarse.

– Los del campo no tenian tantos escrupulos. Apenas llevaba alli un ano y me convirtieron en una campesina.

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