hombros-. ?No ha vuelto!
– ?Se ha ido! -exclamo Alejandro-. ?Se ha ido sin mi permiso!
– Es un hombre libre -apunto Ptolomeo-. Tiene su propio caballo. Como cualquiera de nosotros, puede ir y venir a su antojo.
– ?No en este campamento! -exclamo Alejandro mientras sujetaba a Ptolomeo por un hombro y lo obligaba a darse la vuelta-. ?No estas tan borracho como aparentas, amigo mio!
Telamon decidio intervenir antes de que estallara una pelea.
– ?Mi senor, puedo hablar contigo un momento a solas?
Alejandro los despidio a todos, incluido a Aristandro, que miro a Telamon como si quisiera fulminarlo con la mirada.
– ?Que pasa? -pregunto Alejandro vivamente.
– En este ejercito, tienes de todo -respondio Telamon-. Has contratado a fisicos para tu atencion personal y la de aquellos que forman parte de tu corte -observo mientras Alejandro asentia con expresion severa-. Se la razon por la que me llamaste, pero no la de traerte a los demas.
– ?Sangradores y curanderos! -exclamo Alejandro encogiendose de hombros-. De esos hay a montones. Los buenos fisicos escasean. Quiza no te agraden tus colegas, Telamon, pero teneis mucho en comun. Todos sois muy habiles. No teneis patria y, por encima de todo, no teneis nada que perder acompanandome. Mi madre preparo una lista; tu nombre la encabezaba. Lo mismo con los demas. Todos teneis secretillos que mi madre conoce -advirtio dejando ir una carcajada desabrida-. Todos habeis tenido tratos con Macedonia, y no sois muy populares en otros lugares. Todos compartis una gran falta -observo habiendo cogido la daga que estaba sobre la mesa y sacudiendola para que cayeran las gotas de sangre mientras miraba a Telamon con el entrecejo fruncido-. A los fisicos, como a los filosofos, les gusta mucho viajar. Todos habeis cruzado el Helesponto. Habeis tenido tratos con los griegos y los persas. Todos podriais estar a sueldo del enemigo. Leontes esta claro que lo estaba. Ahora todo parece indicar que el gordo y amable Cleon tenia un pie en cada bando.
– ?Por que decidiria marcharse precisamente ahora? -pregunto Telamon, sospechoso de la actitud despreocupada de Alejandro.
– ?A que te refieres?
En el exterior discutian airadamente. La voz chillona de Aristandro se escuchaba con toda claridad.
– ?Por que Cleon decidio marcharse ahora? -insistio Telamon-. ?Es posible que sea el espia Naihpat?
Alejandro puso los ojos en blanco.
– Es posible. El, como los demas, estuvo al servicio de mi padre. Lo contrataron como fisico del ejercito. Conoce alguno de nuestros secretos. No tengo claro si Naihpat es de carne y hueso o solo es una sombra, pero, desde luego, Cleon pudo haber envenenado a la muchacha y haber asesinado a los guias.
– Si no lo he entendido mal -comento Telamon-, Cleon escapo antes del sacrificio, asi que no sabe que estamos a punto de cruzar el Helesponto, ni se le puede implicar en el asesinato de Critias. Quiza Cleon simplemente se aburrio o…
Alejandro se inclino hacia adelante con una expresion alerta.
– ?O que?
– Al parecer abandono el campamento despues de nuestro regreso. ?No podria ser Cleon el propio Naihpat o su mensajero? Escapo para comunicar a sus amos el fracaso de la intentona de asesinato. Es una informacion de mucho interes, una cuestion muy urgente para ellos.
Alejandro se levanto para pasar un brazo por los hombros de Telamon. El fisico olio el vino en el aliento del monarca.
– No me dejaras, ?verdad, Telamon?
– Como tu mismo has dicho, no tengo otro lugar al que ir.
– Aristandro esta fuera de su terreno -considero Alejandro apartando el brazo-. Esta acostumbrado a escurrirse por los pasillos de palacio. Es muy bueno a la hora de espiar a los demas, pero no sabe como pillar a quienes nos espian. Ese es tu trabajo, Telamon -advirtio senalando el cadaver-. Quiero atrapar a Naihpat. Esto ha llegado demasiado lejos -lamento despues de exhalar un suspiro-. Ya podemos ordenar que incineren el cuerpo de Critias. Manana el ejercito saldra de maniobras. Condenados haraganes, Ptolomeo y los demas sudaran la gota gorda -aviso golpeando suavemente el brazo de Telamon y se marcho.
Aristandro aparecio en el acto. Telamon echo una ultima ojeada al interior de la tienda y, sin hacer caso de la amarga retahila de lamentaciones del custodio de los secretos del rey, salio al exterior. Contemplo el firmamento estrellado.
«Aqui esta pasando algo muy extrano -musito-. ?Como es posible que Cleon se marchara sin mas?» Se froto los ojos como si quisiera librarse del cansancio. ?Y que pasaba con Alejandro? ?Habia algo falso en su colera por la inesperada marcha de Cleon?
La brisa trajo el tanido de las campanas de los centinelas seguido por un toque de corneta que marcaba el cambio de las guardias en la noche. Telamon camino hasta el limite del recinto real. Contemplo los puntos de luz de las antorchas que llevaban los oficiales mientras hacian las rondas. El centinela, apoyado en la lanza, le comento que estaban preparando a las tropas para las maniobras de la manana siguiente, y repitio la opinion de Alejandro: que ya era hora de que todo aquel maldito hatajo de gandules mostrara su valia.
Telamon dejo el recinto real. Vio a un grupo de oficiales del regimiento de escuderos que se llevaba el cadaver de Critias cubierto con una manta. Se dirigio a su tienda. Casandra habia traido un catre. Dormia en el rincon mas apartado. A Telamon le parecio gracioso ver como ella habia movido la cama de el al rincon opuesto. Se quito las sandalias y la tunica y utilizo un poco de la preciosa sal para lavarse los dientes. Se lavo la cara y las manos en una palangana y despues se sento en el borde de la cama. Se seco lentamente mientras reflexionaba sobre todo lo que habia visto y oido.
– ?Como esta el gran fisico? -pregunto Casandra con un tono de voz ahogado-. ?Otro asesinato? ?Podrias decirme que esta pasando?
– Te dire lo que esta pasando -replico Telamon al tiempo que se acostaba y se abrigaba con la aspera manta-, cuando lo sepa. Dime una cosa, ?Casandra es tu verdadero nombre?
– ?Telamon es el tuyo?
El fisico no respondio. Su mente, cargada con las imagenes de hoplitas, espadas en alto y escudos, se sumergio en un sueno inquieto.
Los toques de corneta y los gritos de los oficiales lo despertaron antes del alba. Los hombres, arrancados bruscamente del sueno, respondieron al toque de rebato y corrieron a reunirse con sus oficiales y estandartes.
– ?Que esta pasando? -pregunto la muchacha con voz somnolienta-. Es tan delicioso volver a dormir en una cama… ?Puedes venir aqui si tienes ganas!
– No hablas en serio -murmuro Telamon-. Nuestro capitan general esta a punto de pasar revista a sus tropas. No hay nada como unas maniobras para mantener contentos a los hombres. Despues tendremos que ocuparnos de los cortes, las torceduras y los golpes. Te recomiendo que te vuelvas a dormir.
Telamon miro la palida luz que se colaba por la entrada y una vez mas penso en los acontecimientos del dia anterior: la sangrienta escaramuza junto al arroyo; Alejandro, resplandeciente con la capa roja, la coraza blanca, la faldilla de guerra con los vivos dorados y las espinilleras plateadas, con las manos extendidas, en agradecimiento a la intervencion de Zeus; el banquete de celebracion; el cadaver de Critias tumbado en un charco de sangre, con la herida abierta en el cuello como una segunda boca… Telamon intento volver a dormirse, pero el estrepito del campamento era cada vez mas fuerte. Un grupo de pajes decidio jugar un partido de pelota delante mismo de la entrada de la tienda. Telamon solto un gemido. Aparto la manta, se levanto y camino con paso inseguro hasta la entrada de la tienda. El centinela accedio a traerle un poco de agua y, si la encontraba, una jarra de cerveza aguada y algo de comer. Brillaba el sol, pero quedaba casi tapado por las grandes nubes de polvo levantadas por los miles de hombres que marchaban. El soldado dio gracias a los dioses por estar de guardia y aseguro sentirse muy feliz de ocuparse de «buscar y traer». Telamon, con una pieza de metal muy afilada, se afeito la cara, se recorto cuidadosamente la barbilla en punta y luego se lavo. Busco una tunica limpia, se la puso y se abrocho el cinto de cuero.
– ?Casandra, te espero a la entrada de la tienda!
Telamon fue a sentarse en el exterior y se entretuvo mirando el partido de pelota de los pajes vestidos con tunicas blancas. Casandra acabo de asearse y salio de la tienda. Se acerco al fisico y apoyo una mano en su