objeciones. Su madre es, el lo ve ahora, volviendo la vista atras, una estadounidense tipica sin fuertes convicciones y sin el valor y el consuelo que estas aportan. Es victima de la religion estadounidense de la libertad, la libertad por encima de todas las cosas, a pesar de que la sustancia y el fin de la misma es algo que queda en el aire. «Bombas estallando en el aire»: la vacuidad del aire simboliza perfectamente la libertad estadounidense. Aqui no hay
Ahmad considera a su madre como una mujer mayor que, de corazon, sigue siendo una chiquilla que juega con el arte y el amor; ultimamente ha detectado que le preocupa que su hijo intuya que hay un nuevo amante, pese a que este, a diferencia de la larga lista anterior, no aparece por el apartamento ni se disputa con Ahmad el dominio del territorio. «Puede que sea tu madre pero yo me la tiro», decian sus conductas, y esto tambien era muy estadounidense, el valorar las relaciones sexuales por encima de cualquier lazo familiar. La costumbre americana es odiar a tu familia y huir de ella. Incluso los padres conspiran para que ocurra, saludando con agrado los signos de independencia del hijo y riendose de la desobediencia. No hay en ello nada del amor afin que el Profeta declaro por su hija Fatima: «Fatima es parte de mi; quien la agravie me agraviara a mi, y quien me ofende, ofende a Dios». Ahmad no odia a su madre, es demasiado dispersa para odiarla, esta demasiado distraida con su busqueda de la felicidad. A pesar de que siguen viviendo juntos en ese apartamento perfumado con los olores dulzones y acres de los oleos, ella tiene tan poco que ver con el yo que el despliega al mundo diurno como el pijama, grasiento de sudor, con el que Ahmad duerme por la noche y del que se libra antes de la ducha, su primer y apresurado paso hacia la pureza matutina del dia laborable, y del buen trecho a pie que tiene hasta el trabajo. Durante algunos anos, el que sus cuerpos compartieran el limitado espacio de la vivienda ha sido violento. La nocion de actitud sana que tiene su madre incluye presentarse ante su hijo en ropa interior o con un camison que trasluce las sombras de sus partes pudendas. En verano, lleva camisetas sin mangas, minifaldas, blusas desabrochadas y escotadas y vaqueros de cintura baja, apretados alla donde mas rellena esta. Cuando el manifiesta rechazo por sus atuendos, indecorosos y provocativos, ella se burla y le toma el pelo comportandose como si hubiera sido objeto de una galanteria. Es unicamente en el hospital, con su uniforme verde claro, debidamente holgado sobre su indiscreta ropa de calle, donde cumple las prescripciones del Profeta hacia las mujeres, en la sura veinticuatro; ahi detalla que deben cubrirse el escote con el velo y no exhibir sus gracias mas que a sus esposos, padres, hijos, hermanos, esclavos, eunucos y, recalca el Libro, a las «criaturas que desconocen las verguenzas de las mujeres». De nino, con diez anos o menos, en mas de una ocasion esperaba a su madre, a falta de canguro, en el Saint Francis y se alegraba de verla atareada y sofocada bajo sus amplios ropajes sanitarios y con sus deportivas de suela gruesa, sin brazaletes que rompieran el silencio. Con quince anos la situacion se volvio mas tensa, cuando el rebaso la altura de su madre y le aparecio una pelusilla sobre el labio superior: ella aun no habia cumplido los cuarenta, e ingenuamente deseaba todavia cazar a un hombre, arrancar a un doctor rico de su haren de lindas y jovenes ayudantes, pero su hijo adolescente la delataba como una mujer de mediana edad.
Desde la perspectiva de Ahmad, ella se daba un aspecto juvenil y como tal se comportaba, al contrario de lo que deberia hacer una madre. En los paises del Mediterraneo y Oriente Medio, las mujeres se cubrian de arrugas y perdian la silueta con orgullo; la confusion indecente entre madre y hembra no era posible. Gracias a Ala, Ahmad nunca sono con dormir con su madre, nunca la desnudo en esas zonas del cerebro propensas al exceso de imaginacion o de ensonaciones y en las que Satan introduce la vileza. En realidad, hasta el limite en que el chico se permite relacionar semejantes pensamientos con la imagen de su madre, ella no es su tipo. Sus carnes, manchadas de rosa y moteadas de pecas, tienen una apariencia antinaturalmente palida, como de leprosa; su gusto, desarrollado en los cursos que ha pasado en el Central High, prefiere las pieles mas oscuras, color cacao, caramelo y chocolate, y el seductor misterio que se esconde tras los ojos cuya negrura, opaca a primera vista, se intensifica hasta llegar al morado de las ciruelas o al marron con destellos de sirope; lo que el Coran describe como «huries de oscuros ojos rasgados, enclaustradas en pabellones». El Libro vaticina: «Y para ellos habra huries de grandes ojos, semejantes a perlas ocultas, como retribucion a sus obras». Ahmad piensa que su madre es un error que su padre cometio, pero en el cual el nunca caeria.
Charlie esta casado con una libanesa que Ahmad apenas ve, solo cuando se presenta en la tienda hacia la hora de cierre, al final de su propia jornada laboral, que desarrolla en una gestoria donde cumplimentan los impresos legales de la gente que no lo sabe hacer y donde se tramita el papeleo con gobiernos locales, estatales y nacionales que reclaman sus impuestos a los ciudadanos. Hay algo varonil en sus vestidos occidentales y trajes pantalon, y solo su piel olivacea y sus pobladas cejas sin depilar la distinguen de una
– ?Has visto la que sale en el anuncio de Levitra, para tios a los que no se les levanta?
– No veo mucho la television -contesta Ahmad-. Ahora que he dejado de ser un nino, ya no me interesa.
– Pues deberia. ?Como vas a enterarte, si no, de que nos hacen las empresas que gobiernan este pais? La del anuncio de Levitra es mi ideal de tia buenorra, hablando en susurros de su «chico» y de como le gusta tener erecciones de «calidad», no dice «erecciones» pero eso es de lo que va el anuncio, de pollas empalmando, la disfuncion erectil es el mayor acierto de las farmaceuticas desde el Valium; y la manera que tiene de mirar a media distancia y como se le ponen un poco humedos los ojos, casi puedes ver, en los ojos de esa mujer, el pollon tieso del tio, duro como una piedra, y entonces ella, que tiene una boca estupenda, hace algo curioso, como si se estremeciera, mueve los diminutos musculos de los labios, para que sepas lo que esta imaginando, que esta pensando en hacerle una mamada, con esa boca perfecta para chupar pollas. Y luego, aun con ese aspecto voluptuoso y altivo y de satisfaccion sexual, se vuelve hacia el tipo, que debe de ser algun modelo, seguramente gay en la vida real, y casi sin que te des cuenta dice «?Caray!», y le toca en la mejilla, donde el tio, que estaba escuchando embobado como ella decia lo genial que es, tiene un hoyuelo. Te hace preguntarte como demonios se les ocurrio, cuantas tomas de video hicieron antes de caer en esta idea, o si el guionista lo habia pensado y lo escribio desde un principio. Pero es muy espontaneo, casi que no cuadra con que la tia sea tan sensual. Realmente tiene esa pinta de las mujeres bien folladas, ?no? Y no es solo que la imagen este un poco desenfocada.
Esto, Ahmad se dice para si un tanto triste, es una charla de hombres, algo que el, con su seria camisa blanca y sus vaqueros negros, esquivo en el instituto y que su padre podria haber expresado de manera mas mesurada y menos obscena, eso si Omar Ashmawy hubiera esperado a desempenar el papel de padre. Ahmad le esta agradecido a Charlie por haberlo incluido en su club de amigos hombres. Charlie, que como minimo le saca quince anos y esta casado aunque a tenor de lo que dice nadie lo diria, parece dar por sentado que Ahmad sabe tanto como el, o que, si no es asi, le interesa aprenderlo. Al muchacho le resulta mas facil hablar con Charlie de soslayo, sin apartar la mirada del parabrisas y con las manos en el volante, que cara a cara. Declara, sonrojandose por manifestar su devocion:
– No me parece que la television fomente pensamientos puros.
– Cono, claro que no. Despierta: no la han inventado para eso. La mayor parte de lo que dan es basura para rellenar el tiempo que queda entre los anuncios. Me gustaria dedicarme a eso, si no tuviera que mantener a flote el negocio de papa. Su hermano le ayudo a montarlo y ahora esta en Florida tan tranquilo desangrandonos porque, claro, el mantiene su tajada. Me encantaria hacer anuncios. Planificar, unir los elementos: director, reparto, estudios, guion… porque tiene que haber un guion. Y despues aporrear con ellos a todo hijo de vecino, en toda la jeta, para que nunca mas vuelva a pensar. Dejandole bien clarito que necesita, las cosas sin las que no podra vivir. ?Que mas nos dan estos magnates de los medios? Las noticias son para lloricas, fijate en Diane Sawyer, la que sale en la ABC, que si pobres ninos afganos, ay, ay, ay. Y si no, pura propaganda. Bush se queja de que Putin se esta convirtiendo en un nuevo Stalin, pero nosotros somos peores de lo que el viejo Kremlin jamas fue, ni en sus mejores
