descansar un poco fue infortunada, como Barlennan le indico mas tarde. Cuando el capitan insistio en que no habria podido hacer nada, incluso si hubiese estado completamente alerta, su superior dio el equivalente mesklinita a un grunido de desprecio.

—Te las habrias arreglado para encontrar algo. Mas tarde lo hiciste.

Dondragmer se abstuvo de senalar que esto demostraba que su omision no habia sido un error serio; pero tenia que admitir que en ese momento habia parecido asi.

Casi ocho horas despues de la partida de Kervenser, un tripulante grito ante la puerta del alojamiento del capitan. Cuando Dondragmer respondio, el otro comprendio la situacion en una simple frase.

—Senor, Kervenser y los timoneles todavia estan fuera, y el estanque de agua en el que nos encontramos se ha helado.

VI. EN LA TRASTIENDA

La impaciencia y la irritacion eran notorias en el laboratorio de Planificacion, pero hasta entonces no se habia producido ningun altercado. Ib Hoffman, quien hacia menos de dos horas que habia vuelto de una visita de un mes a la Tierra, y Dromm no habian hecho mas que pedir informacion. Sentada a su lado, Easy no habia dicho hasta entonces nada en absoluto, pero veia que pronto habria que hacer algo para encaminar la conversacion por canales constructivos. Cambiar la linea de actuacion basica del proyecto podria ser una buena idea; a menudo lo era. Pero ahora mismo era inutil que las personas en aquel extremo de la mesa malgastasen el tiempo culpandose unos a otros por la politica actual. Todavia menos util era la pelea de los cientificos en el otro extremo. Aun estaban preguntandose por que un lago se hiela cuando la temperatura estaba subiendo. Una respuesta util podria conducir a una accion util, pero a Easy esto le parecia un tema para el laboratorio, mas que para una sala de conferencias.

Si su esposo no participaba pronto en la otra discusion, ella misma tendria que hacer algo.

—Ya he oido antes todo ese aspecto de la cuestion, y sigo sin creermelo —atacaba Mersereau—. Hasta cierto punto, es de sentido comun; pero creo que lo hemos sobrepasado con mucho. Comprendo que cuanto mas complejo sea el equipo, menos personas se necesitan para atenderlo; pero tambien se necesitan mas aparatos especializados y personal entrenado para mantenerlo y repararlo. Si los vehiculos estuviesen tan automatizados como queria alguna gente, nos las hubiesemos arreglado con un centenar de mesklinitas en Dhrawn, en vez de un par de miles; eso al principio, mas probablemente todas las maquinas estarian por ahora inservibles, porque no hubiesemos podido mandar todo el equipo de apoyo y personal que hubiesen necesitado. Todavia no existen suficientes mesklinitas entrenados tecnicamente. Yo estuve de acuerdo; Barlennan tambien; como dije, era de sentido comun.

«Pero tu y, por alguna razon, Barlennan llegasteis mas alla. El estaba en contra de la inclusion de helicopteros. Se que habia algunas personas en el proyecto que suponian que nunca podria ensenarse a volar a un mesklinita, y quiza lo que motivaba a Barlennan era su aerofobia racial; pero por lo menos fue capaz de comprender que sin la exploracion aerea los vehiculos no se atreverian a viajar mas que unas cuantos kilometros por hora sobre terreno nuevo y que llevaria mas o menos una eternidad cubrir solo Low Alfa a esa marcha. Con esto, le convencimos.

«Hubo un monton de material que nos hubiese gustado proporcionarle. Habria sido util, y hubiese compensado llevarlo, mas nos convencio para no utilizarlo. Nada de armas; de acuerdo en que probablemente hubiesen resultado inutiles. Pero, ?ningun equipo de radio de corto alcance? ?Ningun intercomunicador en la colonia? Es una estupida tonteria que Dondragmer tenga que llamarnos a diez millones de kilometros de distancia y pedirnos que retransmitamos sus informes a Barlennan en la colonia. Generalmente no es importante, puesto que Bari no podria ayudarle fisicamente y el retraso no significa mucho, pero en el mejor de los casos es tonto. Ahora que el principal companero de Don ha desaparecido, seguramente dentro de las ciento sesenta kilometros alrededor del Kwembly y posiblemente a menos de diez y seis, sin posibilidad de entrar en contacto con el en la galaxia ni desde aqui ni desde el vehiculo, la situacion es critica. ?Que tiene Bari contra las radios, Alan? ?Y que tienes tu?

—Justo la razon que tu mismo acabas de dar —contesto Aucoin con solo un rastro de mordacidad—: el problema del mantenimiento.

—Estas loco. No hay ningun problema de mantenimiento con un comunicador simplemente vocal, incluso con uno visual. Segun tengo entendido, habia cuatro en Mesklin en el primer viaje de Barlennan patrocinado desde el exterior hace unos cincuenta anos, y ninguno de ellos provoco la mas ligera molestia. Ahora mismo hay sesenta en Dhrawn, sin el menor problema en el ano y medio que han estado alli. Barlennan debe saberlo, y ciertamente tu lo sabes. Ademas, ?por que retransmitimos vocalmente los mensajes que nos envian? Podriamos hacerlo automaticamente, en lugar de tener a una banda de interpretes desmenuzandolo todo (lo siento, Easy). No me digas que habria en esta estacion un deficiente mantenimiento de una unidad de retransmision. ?Quien quiere tomar el pelo a quien?

Easy se estremecio; esto se acercaba peligrosamente a ser objeto de pelea. Su esposo, sin embargo, sintio el movimiento y toco su brazo en un gesto que ella comprendio. El se encargaria del asunto. Sin embargo, dejo que Aucoin contestase.

—Nadie esta intentando enganar a nadie. No quiero decir mantenimiento del equipo, y admito que escogi mal las palabras. Deberia haber dicho de la moral. Los mesklinitas son una especie competente y con una gran seguridad en si mismos, por lo menos los representantes que mas hemos visto. Navegan sobre miles de kilometros de oceano en esos ridiculos grupos de balsas, completamente fuera de contacto con la base y lejos de toda ayuda durante meses seguidos, exactamente como hacian los seres humanos hace unos cuantos siglos. Pensamos que hacer la comunicacion demasiado facil minaria su seguridad. Admito que esto no es un dogma; los mesklinitas no son humanos, aunque sus mentes se parezcan mucho a las nuestras. Hay un factor importante cuyo efecto no podemos evaluar, y quiza nunca podamos. No sabemos la duracion normal de su vida, si bien esta claro que es mucho mas larga que la nuestra. Sin embargo, Barlennan estuvo de acuerdo con nosotros sobre la cuestion de la radio. Como tu dijiste, fue el quien lo saco a relucir, y nunca se ha quejado de la dificultad de la comunicacion.

—A nosotros, no —intervino en este momento Ib Hoffman.

Aucoin parecio sorprendido; despues, perplejo.

—Si, Alan, eso he dicho. No se ha quejado ante nosotros. Lo que piense de ello privadamente, ninguno de nosotros lo sabe.

—Pero ?por que no iba a quejarse, o incluso a pedir radios, si ha llegado a darse cuenta de que deberia tenerlas?

El planificador no iba por completo desencaminado, pero Easy observo con aprobacion que habia perdido su tono defensivo.

—No se por que —admitio Hoffman—. Simplemente recuerdo lo que aprendi sobre nuestros primeros tratos con Barlennan hace unas pocas decadas. Durante la mayor parte de la mision Gravedad fue un agente altamente cooperativo, un adorador de los misteriosos alienigenas de la Tierra, Paneshk, Drom y aquellos otros exoticos lugares en el cielo, haciendonos nuestro trabajo justo cuando se lo pediamos; despues, al final, repentinamente nos atraco en un chantaje que cinco seres humanos, siete paneshks y nueve drommians de cada diez todavia piensan que nunca debimos pagar. Sabes tan bien como yo que ensenar tecnologia avanzada, o incluso ciencia basica, a una cultura que todavia no esta en su revolucion mecanica enfurece a los ecologistas, porque piensan que todas las razas debieran tener derecho a pasar su propio tipo de dolores de crecimiento; hace sublevarse a los xenofobos, porque estarnos armando contra nosotros a los malvados alienigenas; provoca las criticas de los historiadores, porque estamos enterrando datos inapreciables, y molesta a los tipos administrativos, porque tienen miedo de que estemos creando problemas que todavia no han aprendido a resolver.

—Los xenofobos son el problema principal —dijo Mersereau—. Esos chiflados dan por sentado que todas las especies no humanas serian un enemigo si tuviesen la capacidad tecnica. Esa es la razon por la que solo hemos dado a los mesklinitas material que no puedan duplicar por si solos, como las unidades de fusion; cosas que no podrian ser desarmadas y estudiadas en detalle sin unas cinco fases de equipo intermedio, como camaras de difraccion de los rayos gamma, que los mesklinitas tampoco tienen. El argumento de Alan parece bueno, pero solo

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