un metro de altura por termino medio. Dentro de la muralla todavia tenian libertad de movimientos.

Sus herramientas eran de filo, mas que puntiagudas, y demasiado pequenas para horadar el hielo de forma apreciable, aunque les llevo una hora completa la accion de raspar para convencerse. No se sentian muy preocupados todavia; obviamente el hielo estaba inmovilizando al Kwembly, y el resto de la tripulacion tendria que llegar hasta ellos para libertar el vehiculo, suponiendo que rescatarlos no fuese su proposito principal. Por supuesto, el suministro de hidrogeno vital era limitado, pero esto para ellos significaba menos que una escasez de oxigeno equivalente para un ser humano. Tenian diez u once horas todavia de actividad completa, y cuando la presion parcial del hidrogeno descendiese bajo un cierto calor, simplemente perderian la conciencia. Su quimica corporal se haria mas y mas lenta, pero deberian pasar cincuenta o cien horas antes de que ocurriese algo irreversible. Una de las razones de la durabilidad de los mesklinitas, aunque los biologos humanos no tuviesen forma de averiguarlo, era la extraordinaria simplicidad de su bioquimica.

De hecho, los dos estaban lo bastante tranquilos como para volver a la tarea asignada, y habian llegado casi a la parte delantera de la fila segunda antes de hacer otro descubrimiento. Este si les preocupo.

El hielo se acercaba. No demasiado rapidamente, pero se acercaba. Resulto que ninguno de ellos conocia mejor que Ib Hoffman lo que les pasaria si quedaban congelados en un bloque de aquel material. Ninguno tenia el menor deseo de aprender.

Por lo menos, todavia tenian luz. No todas las unidades de energia estaban en ruedas exteriores, y Takoorch habia podido recargar su bateria. Eso hizo posible realizar otra investigacion, muy cuidadosa, de los limites de su prision. Beetchermarlf esperaba encontrar espacio libre hacia el fondo o cerca del tope de las murallas que le rodeaban. No sabian si la helada habria empezado desde la superficie o desde el fondo del estanque. No conocian como cualquier ser humano que el hielo flota sobre el agua liquida. Era mejor asi, puesto que en este caso habrian llegado a una conclusion erronea. En realidad, los cristales se habrian formado en la superficie, pero al ser mas densos que el liquido que los rodeaba, se habian posado para volverse a disolver cuando alcanzaron niveles de amoniaco mas ricos. Este efecto habia producido el resultado de dejar el lago sin amoniaco de forma bastante uniforme, hasta que hubo alcanzado una composicion susceptible de helarse casi simultaneamente. En consecuencia, la busqueda no procuro espacios abiertos.

Durante algun tiempo permanecieron alli entre dos de las ruedas, estudiando y comprobando cada cierto tiempo el progreso de la helada. No tenian equipos para medir el tiempo ni, por tanto, ninguna base para evaluar la velocidad del proceso. Takoorch suponia que estaba disminuyendo; Beetchermarlf no estaba tan seguro.

De vez en cuando uno de ellos tenia una idea, pero el otro generalmente se las arreglaba para encontrar un punto flaco.

—Podemos mover algunas de esas piedras, las mas pequenas —observo en un momento Takoorch—. ?Por que no podriamos excavar un camino bajo el cielo?

—?Donde? —contesto su companero—. El extremo del lago mas cercano esta a cuarenta o cincuenta cables; fue lo ultimo que supe. No podemos comenzar a excavar tanto en esas rocas antes de que nuestro aire se termine, aunque exista alguna razon para suponer que la helada no incluye el agua entre las rocas, por debajo. Salir antes del borde no nos llevaria a ninguna parte.

Takoorch admitio la veracidad de este aserto con un gesto de aquiescencia y se hizo silencio, mientras el hielo se acercaba un centimetro mas.

Beetchermarlf tuvo la siguiente idea constructiva.

—Esas luces deben desprender algo de calor, aunque nosotros no lo sintamos por los trajes —exclamo repentinamente—. ?Por que no podrian evitar que se forme hielo a su alrededor, y hasta permitirnos derretir un paso hacia el exterior?

—Vale la pena intentarlo —fue la laconica respuesta de Takoorch.

Juntos se aproximaron a la barrera helada. Beetchermarlf construyo un pequeno monton de piedras que se apoyaba en el hielo y coloco la luz, ajustada para un brillo completo, en su cima. Despues los dos se apinaron alli, con sus partes delanteras sobre el monton de guijarros, y observaron el espacio entre la lampara y el hielo.

—Ahora que lo pienso —observo Takoorch mientras esperaban—, nuestros cuerpos desprenden algo de calor, ?no es asi? Quiza simplemente con estar aqui ayudemos a derretir el hielo.

—Supongo que si —Beetchermarlf tenia sus dudas—. Sera mejor que estemos atentos para asegurarnos de que no se hiela el agua a los lados y detras nuestro, mientras estamos aqui esperando.

—?Que importa eso? Si lo hace, quiere decir que nosotros y la luz juntos nos bastamos para hacer retroceder el hielo, y debieramos ser capaces de derretir un paso al exterior.

—Eso es verdad. Vigila, sin embargo, para que sepamos lo que esta pasando.

Takoorch hizo un gesto de asentimiento. De nuevo permanecieron silenciosos.

Pero el mayor de los timoneles no era alguien que soportase el silencio indefinidamente, y pronto lanzo otra idea.

—Ya se que nuestros cuchillos no hicieron mucha marca en el hielo, pero quiza sirva de algo que lo aranemos justo aqui, en el punto mas cercano a la luz.

Desengancho una de las hojas que llevaba para uso general, y se acerco al hielo.

—?Espera un momento! —exclamo Beetchermarlf—. Si comienzas a trabajar aqui, ?como vamos a saber nunca si el calor tiene efecto o no?

—Si mi cuchillo nos lleva a alguna parte, ?a quien le importa si es el calor o mi trabajo? —replico Takoorch.

Beetchermarlf no encontro una buena respuesta; por tanto, se sometio mientras murmuraba algo sobre «experimentos controlados»; el otro mesklinita comenzo el trabajo con su diminuta hoja.

Su interferencia no resulto en el experimento, aunque quiza retrasase ligeramente la aparicion de resultados observables. El calor unido del cuerpo, de la lampara y el cuchillo resulto ser inadecuado para la tarea; el hielo continuo su progreso. Al final, tuvieron que retirar sus lamparas del monton de piedras y observar como iba siendo recubierto lentamente por la muralla cristalina.

—Ahora no tardara mucho —observo Takoorch, mientras balanceaba las luces a su alrededor—. Ahora solo quedan libres dos unidades energeticas. ?Recargamos las luces otra vez antes de que desaparezcan, o no vale la pena?

—Quiza sea mejor que lo hagamos —contesto Beetchermarlf—. Es una pena que ese sea el unico uso que podamos conseguir de toda esta energia. Cuatro de esas cosas pueden empujar al Kwembly sobre terreno llano. Una vez oi a un ser humano decir que solo una podria hacerlo si conseguia traccion. Ciertamente eso lograria cortar el hielo si tuviesemos una forma de aplicarlo. Podriamos sacar el transformador con bastante facilidad, pero no se que hariamos despues. Las unidades pueden transmitir corriente electrica, pero no veo como podriamos aplicarlos al hielo. La rotacion mecanica que se obtiene de ellas funciona unicamente en los ejes del motor.

—Si utilizasemos esa corriente, lo mas probable sera que nos hagamos dano. No conozco mucho sobre electricidad. En el poco tiempo que estuve en el colegio, aprendi principalmente mecanica, pero se que eso puede matar. Piensa en otra cosa.

Takoorch se dedico a cumplir la sugerencia. Igual que su joven companero, unicamente habia estado expuesto al conocimiento alienigena durante un corto periodo; los dos se habian presentado como voluntarios para el proyecto de Dhrawn, prefiriendole a mas trabajo en las aulas. Ninguno se sentia realmente comodo pensando en asuntos para los que no podia alcanzar ningun modelo facilmente visualizable.

Sin embargo, no les faltaba habilidad para pensar en abstracto. Los dos habian oido que el calor representaba uno de los mas bajos denominadores comunes de la energia, aunque no se lo imaginasen como un movimiento de particulas al azar.

Fue Beetchermarlf el primero en pensar en otro efecto de la electricidad.

—?Tak! ?Recuerdas las explicaciones que nos dieron sobre que no transmitiesemos demasiada energia a las ruedas hasta que el vehiculo comenzase a moverse? Los humanos dijeron que eran posibles roturas en las ruedas y danos en los motores si intentabamos acelerar demasiado deprisa. Por debajo de los cien cables por hora, el limite es un cuarto de la energia. Bien, los controles de la energia estan aqui, en un punto donde podemos alcanzarlos, y esos motores ciertamente no van a girar. ?Por que no proporcionamos energia a esa rueda y dejamos que el motor se caliente todo lo que quiera?

—?Que te hace pensar que te calentara? No sabes lo que hace andar a esos motores mas que yo. No dijeron que se calentarian; solo que no era bueno para ellos.

—Ya se, pero ?que otra cosa podria ser? Tu sabes que cualquier tipo de energia que no sea utilizada en

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