cimientos. Dudaba que el segundo equipo de cadenas durara lo suficiente como para derretir un paso hacia la libertad. Despues de varios minutos de luchar por la cuestion, se le ocurrio que concentrar el agua tibia en un punto podria ser una buena idea, y se lo sugirio a su companero. Beetchermarlf se sintio molesto consigo mismo por no haber pensado lo mismo antes. Durante una hora los dos trabajaron amontonando piedrecillas entre las ruedas que rodeaban la fuente de calor a su alrededor. Pronto construyeron una pared bastante solida, encerrando parte del agua que estaban calentado en una region entre la rueda y la parte mas cercana de la pared de hielo. Takoorch tuvo la satisfaccion de ver derretirse el hielo a lo largo de un frente de dos metros hacia el costado de estribor del Kwembly, retrocediendo casi visiblemente.
Por supuesto, no era completamente feliz. No le parecia posible, lo mismo que tampoco a Beetchermarlf, que las cadenas durasen bastante en las segundas ruedas; si se perdiesen antes de que el camino estuviese libre, era dificil ver que otra solucion podrian tomar para salvarse. En situaciones semejantes, un hombre a veces puede salvarse y esperar que sus amigos le rescataran a tiempo; de hecho, puede llevar esa esperanza hasta su ultimo momento consciente. Hay pocos mesklinitas constituidos de esa forma. Ninguno de los timoneles se contaba entre ellos. Habia una palabra en stenno que Easy habia traducido como «esperanza», pero esta era una de sus acepciones menos eficaces.
Takoorch, guiado por esta indefinible actitud, se coloco entre la zumbante rueda y el hielo que se derretia, abrazando el fondo para evitar desviar la corriente del agua tibia, intentando vigilar simultaneamente las dos cosas. Beetchermarlf permanecio junto a los cables de control.
Puesto que no se habia hecho ninguna excavacion bajo la segunda rueda, la fusion fue mayor y el efecto calorifero mas fuerte. El control era para la velocidad, mas que para la energia, a pesar de las palabras que habia empleado el timonel. Natural, pero infortunadamente, la presion sobre las cadenas resultaba tambien mayor. El pesado chasquido que anunciaba su fallo vino muy pronto despues de terminar la pared de piedras. Igual que antes, las dos bandas de material habian cedido casi a la vez: el tiron del eje convector, al forzar una de ellas, hizo lo mismo con la otra.
De nuevo los mesklinitas actuaron instantaneamente de acuerdo y sin consultarse. Beetchermarlf corto la energia mientras se lanzaba desde su puesto a la superficie en deshielo; Takoorch llego alli antes que el unicamente porque comenzo a medio camino. Los dos habian sacado las hojas cuando alcanzaron la barrera, y ambos comenzaron a aranar freneticamente la helada superficie. Sabian que se encontraban bastante proximos al costado del Kwembly; quedaba menos de un cuerpo de longitud por penetrar en el hielo, por lo menos horizontalmente. Quiza antes de que la helada sobreviniese, una vez mas podrian Ilegal a fuerza de musculo…
El cuchillo de Takoorch se rompio en el primer minuto. Arriba, algunos seres humanos se hubiesen interesado por los sonidos que profirio, aunque ni siquiera Easy Hoffman los hubiese comprendido. Beetchermarlf los corto con una sugerencia.
—Ponte detras de mi y muevete tanto como puedas, de forma que el agua enfriada por el hielo sea transportada lejos y se mezcle con el resto. Yo continuare aranando; tu sigue moviendo.
El mayor de los marineros asi lo hizo. Pasaron varios minutos mas sin ningun sonido, excepto el del cuchillo.
El progreso continuaba, pero ambos podian ver que su velocidad iba en disminucion. El calor en el agua que les rodeaba estaba desapareciendo. Aunque ninguno lo sabia, la unica razon de que sus proximidades hubiesen permanecido liquidas durante tanto tiempo estribaba en que la helada a su alrededor habia cortado el escape del amoniaco. Los teoricos, tanto humanos como mesklinitas, eran perfectamente correctos, aunque no hubiesen servido de nada a Dondragmer. La congelacion bajo el Kwembly habia sido mas un asunto de amoniaco difundiendose lentamente en el hielo a traves de los limites todavia liquidos entre los cristales solidos.
Incluso con esta informacion, el capitan no podria haber hecho mas que sus dos hombres atrapados ahora bajo el barco. Por supuesto, si la afirmacion hubiese llegado como una prediccion, en lugar de una inspirada conclusion, quiza habria llevado al Kwembly a tierra firme, en caso de moverse a tiempo. Beetchermarlf, aun disponiendo en aquel momento de informacion, no hubiese estado considerandola conscientemente. Estaba demasiado ocupado.
Su cuchillo relampagueaba a la luz de la lampara tan rapida y fuertemente como era capaz. Su mente consciente se encontraba preocupada unicamente por conseguir lo mas que pudiese de la herramienta con el menor riesgo de romperla.
Pero la rompio. Mas tarde, nunca se preocuparia de discutir la razon. Sabia que su progreso se hacia mas lento, mientras la ansiedad de profundizar mas cambiaba en proporcion inversa; siendo la clase de persona que era, no admitia ni la mas ligera sugerencia de que hubiese podido ser victima del panico. Ser asi le impedia sugerir que el hueso del cuchillo hubiese sido defectuoso. No podia pensar en otras explicaciones distintas a aquellas dos. Fuese cual fuese la razon, el cuchillo agarrado por el par de pinzas delanteras derechas se quedo repentinamente sin punta, y las briznas de material delante de el no eran mas practicas para ser manejadas por sus pinzas de lo que lo hubiesen sido para los dedos humanos. Molesto, lanzo el mango a un lado; puesto que estaba bajo el agua, ni siquiera tuvo la satisfaccion de oirle golpear violentamente el fondo.
Takoorch comprendio la situacion inmediatamente. Su comentario hubiese sido considerado cinico, de haber sido oido a diez millones de kilometros por encima, pero Beetchermarlf lo estimo en su justo valor.
—?Crees que seria mejor quedarnos aqui y congelarnos cerca del costado o volver hacia el centro? No habra mucha diferencia en el tiempo, diria yo.
—No lo se. Quiza cerca del costado nos encuentren antes; depende de donde penetren primero, si consiguen hacerlo. Si no pueden hacerlo, no veo que diferencia puede haber. Me gustaria saber lo que seria para una persona estar helada en un bloque de hielo.
—Bien, alguien lo sabra pronto —dijo Takoorch.
—Quiza. Recuerda el Esket.
—?Que tiene que ver eso? Se trata de una emergencia genuina.
—Solo que hay un monton de gente que no sabe que paso alli.
—Oh, ya veo. Bueno, personalmente me volvere al medio, y mientras pueda, pensare.
Beetchermarlf se sorprendio.
—?En que hay que pensar? Estamos aqui para quedarnos, a menos que alguien nos saque o que el tiempo se caliente y nos derritamos de forma natural. Quedate.
—Aqui no. ?Crees que hacer correr los conductores sin cadenas produciria una friccion suficiente para evitar que el agua…?
—Intentalo si quieres. Yo no lo esperaria, sin un verdadero peso sobre ellos, incluso en su punto mas rapido. Ademas, me daria miedo acercarme si van realmente rapidos. Aceptalo, Tak; estamos bajo agua; agua, no un oceano normal, y cuando se hiele estaremos dentro. No hay ningun otro lugar…
—?Que?
—Tu ganas. Nunca deberiamos dejar de pensar. Lo siento. Ven.
Noventa segundos mas tarde, los dos mesklinitas, despues de tener cierta dificultad en escurrirse por las hendiduras causadas por el cuchillo, estaban a salvo fuera del agua, en el interior de la celula de aire agujereada.
VIII. DEDOS EN EL CALDO
Considerando como minimo el riesgo de que uno de los desaparecidos timoneles pudiese estar directamente debajo, Dondragmer habia ordenado a sus cientificos colocar el taladro para obtener muestras cerca de la escotilla principal y conseguir una del hielo. Esto demostro que el estanque donde se encontraba el Kwembly se habia helado completamente hasta el fondo, por lo menos en un lugar. Quiza podia esperarse que directamente debajo del casco esto no fuese asi, pues alli ni el calor ni el amoniaco podian escapar tan rapidamente; pero el capitan veto la sugerencia de realizar una perforacion en dicha zona. Este parecia ser el emplazamiento mas probable de los timoneles perdidos. Alli habian estado trabajando, y era dificil imaginar como no habrian visto venir el hielo si hubiesen estado en otro lugar.
Sin embargo, habia una forma clara de estar en contacto con ellos. El casco de plastico del Kwembly podia