transmitir, por supuesto, el sonido; el problema hubiese sido resuelto golpeandolo; pero lo impedia el colchon. En la poco probable eventualidad de que los sonidos del casco pudieran oirse incluso a traves de esta masa, Dondragmer ordeno que un tripulante fuese de proa a popa por la cubierta inferior golpeando con una palanca cada varios metros. Los resultados fueron negativos, lo que quiere decir inciertos. No se podia afirmar si abajo habia alguien vivo que pudiera oirle, o si el sonido no habia penetrado, o si aquellos que se hallaban debajo no tenian forma de contestar.

Habia otro grupo fuera, trabajando en el hielo, pero el capitan ya sabia que el progreso seria lento, pese a la fuerza muscular de los mesklinitas. Herramientas del tamano del punzon central de un maquinista humano, manejadas por orugas de nueve kilos y cuarenta y cinco centimetros, necesitaban mucho tiempo para rodear unos setenta y cinco metros de circunferencia de casco, hasta una profundidad desconocida. Precisaban todavia mas tiempo si, como parecia probable, iba a ser necesaria una excavacion detallada alrededor de mandos, ruedas y cables de control.

Ademas de todo esto, el segundo helicoptero habia salido de nuevo con Reffel a sus controles. El comunicador continuaba a bordo y los seres humanos estaban examinando el paisaje revelado por las luces de la pequena maquina tan cuidadosamente como el propio Reffel. Tambien maldecian tan calurosamente como el piloto la duracion de las noches en Dhrawn. A esta todavia le faltaban seiscientas horas para terminar, y hasta que el sol se levantase, tendria lugar una busqueda realmente rapida y efectiva.

Las luces tenian que ser utilizadas en un radio bastante estrecho, cubriendo un circulo de un centenar de metros, para que pudiesen servir de algo, bien a los ojos mesklinitas, bien al receptor visual del comunicador. Reffel volaba con un lento rumbo de zig-zag, que desplazaba el circulo atras y adelante sobre el valle, mientras avanzaba lentamente hacia el oeste. Arriba, en la estacion, la imagen televisada en su pantalla estaba siendo grabada y reproducida en beneficio de los topografos. Estos se encontraban ya trabajando alegremente en la estructura de un valle de arroyo intermitente bajo cuarenta gravedades terrestres. Durante algun tiempo, poco podia esperarse de la busqueda por el desaparecido Kervenser, pero estaba llegando informacion en estado puro, de forma que nadie, ni siquiera los mesklinitas, se quejaban.

Dondragmer no estaba exactamente preocupado por su primer oficial y sus timoneles, puesto que no podia preocuparse realmente. Seria mas justo decir que estaba inquieto, pero que habia realizado todo lo que podia por los tripulantes desaparecidos y que, habiendolo hecho, su atencion se hallaba en otra parte. En su mente estaban dos cosas importantes. Le hubiese gustado tener informacion sobre el tiempo que probablemente tardaria el hielo en derretirse, comparado con la probabilidad de que llegase otra riada. Habria dado todavia mas por una sugerencia que funcionase sobre como librarse del hielo rapidamente y sin riesgos. Expreso estos dos deseos a los seres humanos, ademas de a sus propios cientificos, aunque a estos ultimos les habia dejado claro que no estaba pidiendo un programa improvisado. La busqueda de ideas podia combinarse, hasta subordinarse, a la investigacion basica que estaban realizando. Dondragmer no era exactamente frio, pero su sentido de los valores incluia la idea de que hasta su acto final deberia ser util.

La reaccion humana ante esta conducta asombrosamente objetiva e increiblemente calmosa fue variada. Los meteorologos y planetologos la daban por supuesta. La mayoria quiza no eran siquiera conscientes de los apuros del Kwembly, y mucho menos de los mesklinitas desaparecidos. Easy Hoffman, que se habia quedado de guardia despues de poner al corriente a Barlennan, segun Aucoin habia aprobado, no se sintio sorprendida. Si hasta entonces sentia alguna reaccion emocional, era de respeto por la habilidad del capitan para evitar el panico en una situacion potencialmente peligrosa.

Su hijo tenia sentimientos muy diferentes. Habia sido liberado temporalmente de sus obligaciones en el laboratorio aerologico por McDevitt, persona amable y comprensiva, quien reparaba en la amistad desarrollada entre el muchacho y Beetchermarlf. Como resultado, Benj se habia convertido en un elemento mas de la sala de Comunicaciones…

Habia observado silenciosamente como Dondragmer habia dado las ordenes para el helicoptero y las brigadas cortadoras de hielo. Incluso estaba algo interesado en el intercambio entre los cientificos humanos y mesklinitas. McDevitt se habia resistido un tanto a arriesgarse a dar mas pronosticos, sintiendo que su reputacion profesional estaba sufriendo recientemente suficientes sacudidas, pero prometio hacer lo que pudiera. Cuando todos aquellos asuntos hubieron sido arreglados y Dondragmer parecio no querer hacer otra cosa que yacer sobre el puente y esperar los acontecimientos, el muchacho se inquieto. La paciencia, el equivalente humano mas cercano a la reaccion mesklinita desplegada ahora, no era todavia uno de sus puntos fuertes. Durante varios minutos se removio incomodamente en su asiento delante de las pantallas esperando que pasase algo. Finalmente, no pudo reprimirse por mas tiempo.

—Si nadie tiene nada inmediato que enviar, ?puedo hablar con Don y sus cientificos? —pregunto.

Easy le miro; despues observo a los demas. Los hombres se encogieron de hombros o hicieron gestos de indiferencia. Ella asintio.

—Adelante. No se si alguno estara de humor para charlar despreocupadamente, pero lo peor que pueden hacer es decirte que no lo estan.

Benj no malgasto tiempo explicando que no iba a charlar ni despreocupadamente ni en plan serio. Conecto su microfono con el equipo del puente de Dondragmer y comenzo a hablar.

—Don, soy Benj Hoffman. No tienes mas que un monton de marineros cortando el hielo en la proa del Kwembly. Hay un monton de energia en tus unidades energeticas, mas de lo que un planeta lleno de mesklinitas podria conseguir en un ano a fuerza de musculo. ?Han pensado tus cientificos en usar la corriente de los transformadores, bien para utilizar el taladro con el fin de remover el hielo, bien en algun tipo de calorifero? Segundo: ?estan tus marineros simplemente removiendo el hielo, o intentan especificamente llegar hasta abajo para encontrar a Beetchermarlf y a Takoorch? Se que es importante liberar al Kwembly, pero de todas formas ese mismo hielo tendra que ser retirado alguna vez. Me parece que hay alguna posibilidad de que parte del agua bajo la nave no se haya congelado todavia y que tus dos hombres esten aun vivos ahi. ?Estas excavando un tunel o solo una trinchera?

Algunos de los escuchas humanos fruncieron ligeramente el ceno ante las palabras escogidas por el muchacho, pero a ninguno le parecio apropiado interrumpirle o hacer algun comentario. La mayoria de aquellos que le oyeron miraron hacia Easy y decidieron no decir nada que pudiese ser interpretado como critica de su hijo. Algunos, de todas formas, no le criticaban; hubiesen querido hacer preguntas similares, pero preferian no ser oidos haciendolas.

Como era usual en las conversaciones entre la estacion y Dhrawn, mientras esperaba la respuesta tuvo mucho tiempo para pensar en otras cosas que podria haber preguntado o dicho y en formas mejores en que podria haber dicho las cosas que habia dicho. La mayor parte de los adultos conocian por propia experiencia lo que pasaba en aquel momento por su mente; algunos se sentian divertidos; todos de alguna forma simpatizaban con el. Varios apostaban que no seria capaz de resistir la tentacion de enviar otra version de su mensaje antes de que llegase la respuesta. Cuando la contestacion de Dondragmer llego por el microfono y Benj continuaba silencioso, nadie aplaudio, pero los que conocian a Easy leian y comprendian la satisfaccion en su expresion. No se habia atrevido a apostar ni siquiera consigo misma.

—Hola, Benj. Estamos haciendo todo lo que podemos, tanto por los timoneles como por mi primer oficial. Me temo que no haya forma de aplicar la energia del vehiculo a ninguna de las herramientas. El transformador produce corriente electrica y suministra campos de rotacion a los motores de las ruedas, como estoy seguro que ya sabes, pero nada de nuestro equipo ordinario puede utilizarla. Solo los helicopteros, parte del equipo de investigacion del laboratorio y las luces. Incluso si pudiesemos encontrar una forma de aplicar los motores a la instalacion, no podemos alcanzarlos; todos estan bajo el hielo. Recuerda, Benj, que deliberadamente escogimos permanecer tan independientes como nos fuese posible de materiales complejos. Casi todo lo que tenemos en el planeta que no hemos podido hacer nosotros mismos esta en relacion directa con nuestro proyecto de investigacion.

Ib Hoffman se hallaba presente para oir aquella frase desacertada; mas tarde paso mucho tiempo intentando asegurarse por su hijo de sus palabras exactas.

—Ya lo se, pero…

Benj permanecio en silencio; ninguna de las palabras que deseaba decir parecia tener ideas debajo. Sabia que las luces no podian ser utilizadas como caloriferos; eran artificios electroluminiscentes en estado solido; ni arcos ni bombillas con resistencia. Despues de todo, habian sido disenadas no solo para durar indefinidamente, sino para operar en la atmosfera de Dhrawn, con su oxigeno libre y su enorme radio de presion, sin matar a los

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