arriba, pero no me dijo como lo supo; solo que habian subido varios metros desde que abandonaron al Kwembly.
Dondragmer penso que era debido al cambio de presion; siempre se notaba mas con los trajes. Simplemente el trepar por el casco provocaba una tension diferente, que podia ser observada en el traje. Ademas, la corriente que habia llevado el vehiculo alli habia fluido con bastante rapidez; su pendiente debia de ser bastante grande, aun teniendo en cuenta la gravedad de Dhrawn.
—El unico cambio verdadero es la naturaleza del terreno. Estan muy lejos de las piedras. En su mayor parte es roca desnuda, con fragmentos de hielo en las cavidades.
—Gracias, Benj. ?Han averiguado algo tus meteorologos sobre la posibilidad de otra riada?
El muchacho se rio, aunque el sonido no tenia mucho significado para el mesklinita.
—Me temo que nada. El doctor McDevitt no puede estar seguro. El doctor Aucoin se quejo de ello hace un rato, y mi jefe se marcho. Dijo que en la Tierra los hombres habian necesitado un par de siglos antes de poder hacer pronosticos seguros con diez dias, unicamente con un componente variable, el agua, y con las medidas de todo el planeta accesibles. Cualquiera que espere perfeccionar en un par de anos los pronosticos en un mundo tan grande como Dhrawn cuando conocemos un area del tamano de un patio grande, y encima con dos variables y un radio de temperaturas que va de los cincuenta a mas de mil grados Kelvin, debe creer aun en la magia. Dijo que teniamos suerte de que el clima no hubiese producido campos de hielo que se convirtieran en pantanos al bajar la temperatura y en tormentas de lluvia de dos metros de profundidad con aire claro en la parte inferior, pero congelando la parte superior de los vehiculos, y cuarenta cosas mas que su computador arroja cada vez que cambia otra variable. Fue divertido ver al doctor Aucoin intentando calmarlo. Generalmente sucede al contrario.
—Lamento no haber estado alli para oirlo. Pareces divertido —replico el capitan—. ?Le dijiste algo a tu jefe sobre las nubes que Stakendee ha visto?
—Oh, ciertamente. Se lo he dicho a todo el mundo, aunque ha sido hace solo unos minutos, y todavia no han vuelto con nada. Realmente no esperaria que lo hiciesen, capitan; no hay suficiente informacion detallada de la superficie para una interpretacion, sin hablar de un pronostico. Sin embargo, hubo algo. El doctor McDevitt estaba muy interesado en averiguar cuantos metros habia ascendido el grupo de Stak, y dijo que si las nubes que habia visto todavia no habian alcanzado al Kwembly, queria saber el momento en que lo harian tan exactamente como fuera posible. Lo siento; deberia haberlo dicho antes.
—No importa —replico Dondragmer—. El hielo aqui todavia esta claro. Te hare saber el momento en que vea alguna nube. ?Quiere decir esto que cree que llega otra niebla como la que precedio la ultima riada?
A pesar de sus defensas innatas contra la preocupacion, el capitan espero con alguna ansiedad el minuto siguiente.
—No lo dijo y no lo hara. Se ha equivocado muchas veces. No se arriesgara otra vez, si lo conozco un poco, a menos que se trate de avisarte de un peligro muy probable. ?Espera! Hay algo en la pantalla de Stak.
Las muchas piernas de Dondragmer se tensaron.
—Voy a ver. Si, todos los hombres de Stak, excepto uno, estan a la vista, y ese debe estar soportando el extremo de atras del aparato, porque todavia se mueve. Hay otra luz delante. Es mas brillante que las que nosotros llevamos; por lo menos a mi me lo parece, aunque no puedo decir a que distancia se encuentra. No estoy seguro de que la gente de Stak la haya visto, pero supongo que si; dijiste que vuestros ojos son mejores que los receptores. Madre, ?quieres venir aqui? ?Deberiamos llamar a Barlennan? Estoy informando a Don. Si, Stak la ha visto y su grupo se ha parado. La luz tampoco se mueve. Stak tiene puesto el volumen de sonido, pero no puedo oir nada que signifique algo para mi. Han bajado el transmisor y se estan desplegando delante de el; ahora puedo ver a los seis. El terreno es casi llano, solo con un trozo de hielo de vez en cuando. No hay rocas. Ahora los hombres de Stak han apagado sus luces, y no puedo ver nada, excepto la nueva. Se hace mas brillante, pero supongo que se trata de que las celulas del receptor reaccionan ante un campo mas oscuro. No puedo ver nada a su alrededor; parece un poco neblinosa, si acaso. Algo la ha bloqueado por un momento; no, se ve otra vez. Pude observar lo suficiente de una silueta para estar bastante seguro de que era uno del grupo de rescate; debe haberse levantado para poder contemplar mejor. Ahora puedo oir unos gritos, pero no entiendo ninguna palabra. No comprendo por que… Espera. La gente de Stak ha vuelto a encender sus luces. Dos de ellos vienen hacia el aparato; lo recogen y lo llevan hacia delante en direccion al resto del grupo. Todas las luces estan delante de ellos; asi que ahora puedo ver bastante bien. Hay niebla a un metro, quiza a pocos centimetros; la nueva luz esta dentro de ella. No puedo juzgar todavia a que distancia. El terreno no tiene marcas que ayuden; solo roca desnuda con seis mesklinitas aplastados contra ella, ademas de luces y una linea negra que podria ser roca de diferente color, o quizas un pequeno arroyo que se dirige a ellos desde la izquierda y desaparece de mi vista por la derecha. Ahora tengo una vaga sensacion de movimiento alrededor de la luz. Quiza sea la luz de un helicoptero. No se donde estan colocadas, ni a que distancia del suelo se encuentran cuando la maquina esta aparcada, ni lo brillantes que puedan ser.
«Ahora se ve mejor. Si, algo se mueve. Viene hacia nosotros, solo un punto negro en la niebla. No lleva ninguna luz. Si mi suposicion de la distancia es correcta —que probablemente no lo sea—, es del mismo tamano de los mesklinitas. Quiza sea Kervenser o Reffel.
»Si. Casi estoy seguro que es un mesklinita, pero todavia se encuentra demasiado lejos para que yo lo reconozca. De todas formas, no puedo afirmar que reconoceria a esos dos. Esta cruzando esa linea; debe ser un arroyo; algo de liquido ha pasado durante medio segundo por el camino de la luz; ahora esta solo a unos cuantos metros, y los otros se reunen con el. Estan hablando, pero no lo bastante alto para que yo lo entienda. El grupo le rodea, y no puedo reconocer a nadie. Si viniesen un poco mas cerca, les preguntaria quien es; pero supongo que de todas formas informaran muy pronto, y no puedo hacer que me oigan a traves de los trajes, a menos que esten justo al lado del aparato. Ahora vienen todos hacia aqui. El grupo se divide; dos de ellos estan justo delante del aparato; supongo que son Stakendee y el que acaba…
Fue interrumpido por una voz a su lado. Alcanzo no solo su oido, sino tres microfonos abiertos y, a traves de ellos, tres diferentes receptores de Dhrawn, donde provoco tres reacciones muy diferentes.
—?Kabremm! ?Donde has estado todos estos meses? —pregunto Easy.
XI. JUGANDO CON CABLES
En realidad, no fue por completo culpa de Kabremm, aunque Barlennan tardo mucho en perdonarle. El transmisor habia estado lejos de las luces. Cuando el recien llegado encontro al grupo de Stakendee, no habia podido verlo; despues no lo habia advertido; no lo reconocio hasta que estuvo a menos de un metro. Incluso entonces no se preocupo demasiado; todos los seres humanos le parecian iguales. Supuso que su propia gente pareceria por lo menos tan indistinguible a los ojos de los humanos, y aunque deliberadamente no se hubiese puesto a la vista, una retirada repentina o cualquier intento de ocultarse hubiese sido mucho mas sospechoso que permanecer tranquilamente donde estaba.
Cuando la voz de Easy salio del microfono con su nombre, era sesenta y cuatro segundos demasiado tarde para hacer nada. Stakendee, cuya respuesta refleja ante el sonido fue avanzar hacia el obturador sobre el equipo visual, comprendio a tiempo que esto solo empeoraria las cosas. Lo que tendrian que hacer no estaba claro para ninguno de ellos. Ninguno era un experto en intrigas, aunque Mesklin no era mas inocente en cuestion de supercherias politicas que en variedad comercial. Ninguno resultaba particularmente rapido de mente. Al contrario de Dondragmer, ambos apoyaban con entusiasmo el engano sobre el Esket, comprendiendo que cualquier cosa que hiciesen o dejasen de hacer, en relacion a este error, probablemente chocaria con lo que pudiesen efectuar Barlennan o Dondragmer. La coordinacion era imposible.
Stakendee penso, despues de algunos segundos, en intentar dirigirse a Kabremm como si fuese uno de los desaparecidos Reffel o Kervenser, pero dudaba que pudiese conseguirlo. La senora Hoffman debia de haberlo reconocido con bastante seguridad para haber hablado tan enfaticamente como lo habia hecho, y la respuesta de Kabremm no era probable que sirviese de nada. Seguramente no conocia el status de ninguno de los hombres desaparecidos.
El ser humano no habia dicho mas despues de la pregunta; debia estar esperando una contestacion. ?Que habria visto entre el momento que termino de hablar y aquel retraso!