condensaba de nuevo, esta vez en forma de hielo en el aire. El humeante estanque, originalmente de unos dos metros de anchura y de una longitud como unas tres cuartas partes de la del Kwembly, comenzo a bajar de nivel respecto del hielo que le rodeaba, pues su contenido era transportado en forma de polvo de hielo por el suave viento con mas rapidez de lo que era reemplazado por el deshielo.
Una parte alcanzo el vehiculo, y Dondragmer, que pudo verlo gracias a una momentanea hendidura en la tumultuosa niebla, tuvo repentinamente una idea aterradora. Se puso apresuradamente su traje y corrio hacia la puerta interna de la compuerta principal. Aqui vacilo; con la proteccion del traje no podia sentir si el vehiculo se calentaba de forma peligrosa. No habia termometros internos, excepto en el laboratorio. Durante un momento penso en coger uno; despues decidio que seria arriesgado perder el tiempo, y abrio las valvulas de seguridad en la compuerta liquida. No sabia si el calor duraria lo suficiente para hacer hervir el amoniaco de la misma compuerta. El casco del Kwembly estaba muy bien aislado y la filtracion seria lenta, pero no sentia deseos de tener dentro de su vehiculo amoniaco hirviendo. Esto era un ejemplo de como un poco de conocimiento provocaba una preocupacion superflua; la temperatura necesaria para llevar la presion del vapor de amoniaco cerca de las medidas ambientales habria hecho que una explosion fuese la ultima de las preocupaciones para los mesklinitas. Sin embargo, abriendo las valvulas no se hacia dano alguno, y el capitan se sintio mejor como resultado de su accion. Volvio rapidamente al puente para ver lo que habia pasado.
Una suave brisa del oeste proporcionaba vistazos ocasionales, al barrer la niebla helada a un lado. Pudo ver que el nivel del estanque derretido era mas bajo. Su area habia aumentado enormemente, pero al pasar los minutos se hizo evidente que se habia alcanzado una especie de limite. A veces veia a sus dos hombres reptando por un lado y otro, intentando encontrar una buena posicion para ver lo que pasaba. Finalmente se colocaron casi debajo del puente, con la brisa a sus espaldas.
Durante algun tiempo el nivel del liquido parecio alcanzar un estado constante, aunque ninguno de los observadores podia comprender por que. Mas tarde decidieron que el estanque en expansion habia llegado al espacio todavia liquido bajo el Kwembly, que habia tardado sus buenos quince minutos en evaporarse. Al final de aquel tiempo las piedras en el lecho del rio comenzaron a dejar ver sus partes superiores sobre la burbujeante agua, y el problema de desconectar el generador antes que otra porcion de cable resultase destruida se le ocurrio a Dondragmer repentinamente.
Ahora sabian que no habia peligro de que el generador explotase; sin embargo, varios centimetros de cable se habian derretido ya, por lo cual iba ser problematico reparar el refrigerador. No podia permitirse que esta situacion empeorara, lo que ocurriria si se perdia mas metal. Ahora, mientras el nivel del agua alcanzaba las piedras y el cable dejaba de descender con el hielo, el capitan se pregunto de repente si podria llegar a los controles con la suficiente rapidez para impedir la clase de saturacion que habia ocurrido antes. No malgasto el tiempo maldiciendo mentalmente a los cientificos por no haber atado una cuerda a los controles requeridos; el tampoco lo habia ideado a tiempo.
Se puso de nuevo su traje y salio por la escotilla del puente. Aqui la curva del casco ocultaba la vista del estanque, y comenzo a descender por los estribos tan rapidamente como podia con aquella pobre visibilidad. Mientras bajaba, grito urgentemente a Borndender.
—?No dejes que el cable vuelva a derretirse! ?Desconecta la energia!
Un grito de contestacion, aunque sin palabras, le comunico que habia sido escuchado, pero a traves del blanco vacio no llego ninguna otra informacion. Continuo bajando hasta alcanzar finalmente el fondo de la curva del casco. Debajo, separada de su nivel por la espesura del colchon y por dos tercios de la altura de las ruedas, se encontraba la superficie del agua, humeando debilmente. Por supuesto, bajo esta presion no hervia activamente, pero estaba caliente incluso por estandares humanos, y el capitan no se hacia ilusiones sobre la capacidad del traje para protegerle. Se le ocurrio un poco tarde que habia una probabilidad de que acabase de cocer vivos a sus dos perdidos timoneles. Fue solo una idea de paso; habia trabajo que hacer.
El generador se encontraba muy hacia atras de su posicion actual, pero la superficie mas cercana sobre la cual podia caminar estaba delante. Iba a ser un problema llegar hasta la unidad por cualquier lado, ya que seguramente estaria ahora rodeada por agua caliente; pero si iba a ser necesario un salto, los estribos del casco aparecian como el punto menos indicado para un despegue. Dondragmer siguio hacia delante.
Esto le llevo al aire limpio casi de repente, y vio que sus dos hombres habian desaparecido. Seguramente habian comenzado por el lado extremo del estanque con la esperanza de cumplir su orden. El capitan continuo hacia delante, y en un metro o dos vio que era posible descender a suelo firme. Lo hizo asi, y se echo a correr tras lo que esperaba fuese el rastro de sus hombres.
Casi de repente tuvo que frenar, pues su carrera lo llevo otra vez a la niebla de hielo. Se encontraba demasiado cercano al borde del estanque para correr riesgos. Mientras caminaba llamo varias veces y se sintio reconfortado al oir que cada grito era contestado por otro. Sus hombres todavia no habian caido.
Les alcanzo casi bajo la popa del vehiculo, habiendo bordeado por completo la parte del estanque que no limitaba con el casco. Ninguno de ellos habia obtenido nada; el generador estaba no solo fuera de alcance, sino tambien fuera de la vista. Saltar hubiese sido una completa locura, aunque los mesklinitas tendian normalmente a pensarlo asi. Borndender y su ayudante no lo habian pensado. La idea solo se le habia ocurrido a Dondragmer, a causa de sus extranas experiencias en la zona ecuatorial de baja gravedad de Mesklin hacia mucho tiempo.
Pero no quedaba mucho tiempo. Mirando por encima del limite del hielo, los tres podian ver las redondeadas cimas de las rocas, separadas por superficies de agua, que se estrechaban mientras ellos miraban. Ahora el cable tenia que estar practicamente en seco; solo la casualidad lo hubiese hecho posarse entre las piedras en un punto mucho mas bajo que su altura media, con el agua protectora alli. El capitan habia estado sopesando los riesgos durante unos minutos; sin dudarlo mas y sin dar ninguna orden, salto sobre el borde y cayo medio metro mas abajo encima de la parte superior de una de las rocas.
Era la energia equivalente a la de una caida desde un octavo piso en la Tierra, y hasta el mesklinita se sintio sacudido. Sin embargo, mantuvo su autocontrol. Un grito les dijo a los de arriba que habia sobrevivido sin serios danos y les aviso que no le siguieran, en caso de que el orgullo les proporcionase un impulso que ciertamente no les vendria de la inteligencia. El capitan, habiendo dado aquella orden, relego a los cientificos al fondo de su mente y se concentro en el paso siguiente.
La roca mas cercana, con suficiente espacio libre para acomodarle, estaba a medio metro, pero por lo menos era visible. Habia otra aun mejor, ligeramente apartada, que exponia solo a seis centimetros cuadrados de su superficie. Dos segundos despues de analizar esta situacion, Dondragmer estaba medio metro mas cerca del generador y buscaba otro punto de apoyo. El solitario centimetro cuadrado de piedra intermedia habia sido tocada quiza por cuatro metros, mientras la forma roja y negra de su cuerpo pasaba de ella a la segunda roca.
El proximo paso fue mas dificultoso. Resultaba mas dificil estar seguro del camino a seguir, puesto que el casco que habia proporcionado la orientacion era apenas visible; ademas, no habia superficies grandes tan proximas como aquella desde la que venia. Vacilo mirando y planeando; la cuestion quedo resuelta antes de que alcanzase una decision. El ruido gorgoteante que habia continuado durante muchos minutos mientras el agua explotaba en vapor contra el cable caliente y caia casi al instante de nuevo bajo la presion atmosferica de Dhrawn se detuvo abruptamente; Dondragmer supo que llegaba tarde para salvar el metal. Se relajo inmediatamente y espero donde estaba, mientras el agua se enfriaba, la evaporacion se hacia mas lenta y la niebla de cristales de hielo se aclaraba. El mismo se encontraba incomodamente caliente, y mas de una vez se sintio tentado de volver por donde habia venido; pero la ascension por medio metro de hielo con agua caliente a sus pies, que formaria parte del viaje, hizo que la tentacion fuese facilmente resistible. Espero.
Todavia estaba vivo cuando el aire se aclaro y los cristales de hielo comenzaron a crecer alrededor de los bordes rocosos. Se hallaba a unos dos metros del generador, y andando en zig-zag sobre las piedras pudo llegar a el en cuanto vio el camino. Desconecto los controles y luego miro a su alrededor.
Sus dos hombres se habian dirigido ya por el acantilado de hielo hasta un punto al nivel de la curva original del cable; Dondragmer adivino que debia ser alli donde el metal habia vuelto a derretirse.
En la otra direccion, bajo la masa del casco, habia una negra caverna no iluminada por las luces del casco. El capitan no sentia muchas ganas de entrar; era muy probable que encontrase alli los cuerpos de los dos timoneles. Su vacilacion fue observada desde arriba.
—?Que esta esperando ahi, junto al generador? —musito McDevitt—. Oh, supongo que el hielo todavia no es lo bastante solido.
—Supongo que eso no es todo —el tono de Benj hizo que el meteorologo apartase rapidamente la vista de la pantalla.