que lo hacian en privado: ella misma y Helena; los Bostock en la cocina, que siempre habian considerado su casa pero ahora veian mas como un refugio; y, suponia, los Westhall en la Casa de Piedra. Solo Flavia y Sharon parecian distanciarse de los demas y guardar silencio, Flavia ocupada en tareas inconcretas en la suite de operaciones, Sharon experimentando una especie de regresion a una adolescencia taciturna y monosilabica. Mog circulaba entre todos distribuyendo pequenos chismorreos y teorias como limosnas en manos extendidas. Sin haberse celebrado reuniones formales ni acordado estrategias, a Lettie le parecia que estaba surgiendo una teoria comun que solo los mas escepticos consideraban poco convincente; pero se callaban.

Con toda evidencia, el asesinato era un crimen cometido por alguien de fuera y Rhoda Gradwyn habia dejado entrar a su asesino en la Mansion, despues de haber acordado el dia y la hora seguramente antes de que ella se marchara de Londres. Es por eso por lo que habia insistido tanto en que no se permitieran visitas. Al fin y al cabo, era una conocida periodista de investigacion. Seguro que tenia enemigos. El coche que vio Mog probablemente era el del asesino, y la luz que la senora Skeffington vislumbro en las piedras, su linterna en movimiento. La puerta con el cerrojo echado a la manana siguiente era un contratiempo, pero el mismo asesino pudo haber cerrado la puerta despues de ejecutar su accion y luego debio de ocultarse en la Mansion hasta que Chandler- Powell descorrio el cerrojo al dia siguiente. Despues de todo, antes de que llegara la policia solo habia habido un registro superficial de la casa. Por ejemplo, ?alguien habia inspeccionado las cuatro suites vacias del ala oeste? Ademas, habia numerosos armarios lo bastante grandes para albergar a un hombre. Un intruso podia pasar perfectamente inadvertido. Pudo haberse ido por la puerta oeste sin que nadie le viera y escapar por la senda de los limeros hasta el campo mientras todos los de la casa, encerrados en la biblioteca orientada al norte, estaban siendo interrogados por el comandante Dalgliesh. Si la policia no hubiera tenido tanto empeno en estudiar a los habitantes de la Mansion, a estas alturas ya habria prendido al asesino.

Lettie no recordaba quien habia nombrado a Robin Boyton como principal sospechoso alternativo, pero cuando surgio la idea, se propago mediante una especie de osmosis. Al fin y al cabo, el habia ido a Stoke Cheverell a visitar a Rhoda Gradwyn, al parecer estaba desesperado por verla y habia sido rechazado. Seguramente el asesinato no habia sido premeditado. Despues de la operacion, la senorita Gradwyn era perfectamente capaz de andar. Lo habia dejado entrar, habian tenido una pelea, y el habia perdido los estribos. Hay que admitir que no era el propietario del coche aparcado cerca de las piedras, pero este quiza no tenia nada que ver con el asesinato. La policia intentaba localizar al dueno. Nadie decia lo que todos pensaban: que seria conveniente que no lo encontraran. Aunque el conductor resultara ser un viajero muy cansado que se detuvo prudentemente a echar una cabezadita, la teoria del intruso seguia siendo valida.

A la hora de cenar, Lettie percibio que las especulaciones iban menguando. Habia sido un dia largo y traumatico, y lo que ansiaban todos era un periodo de calma. Tambien parecian necesitar soledad. Chandler- Powell y Flavia dijeron a Dean que cenarian en sus respectivas habitaciones. Los Westhall se fueron a la Casa de Piedra, y Helena invito a Lettie a compartir una comida consistente en tortilla de hierbas y ensalada que ella prepararia en su pequena cocina privada. Despues de la comida, lavarian los platos juntas y se acomodarian frente al fuego de lena para escuchar un concierto en Radio Tres bajo la tenue luz de una sola lampara. Nadie menciono la muerte de Rhoda Gradwyn.

A las once el fuego se estaba extinguiendo. Una fragil llama azul lamia el ultimo tronco mientras este se desintegraba en ceniza gris. Helena apago la radio, y las dos se quedaron en silencio.

– ?Por que te fuiste de la Mansion cuando yo tenia trece anos? -pregunto Helena de pronto-. ?Tuvo que ver con mi padre? Siempre he pensado que si, que erais amantes.

Lettie contesto con calma.

– Siempre fuiste muy sofisticada para tu edad. Estabamos tomandonos demasiado carino, dependiendo demasiado el uno del otro. Lo acertado era marcharme. Y tu tenias que estar con otras chicas, tener una educacion mas amplia.

– Supongo. Aquella escuela espantosa. ?Erais amantes? ?Tuvisteis relaciones sexuales? Una expresion horrible, pero las alternativas son aun mas burdas.

– Una vez. Por eso supe que tenia que acabar con aquello.

– ?Por mama?

– Por todos nosotros.

– Asi que fue un Breve encuentro sin la estacion de tren.

– Algo parecido.

– Pobre mama. Anos de medicos y enfermeras. Al cabo de un tiempo, sus debiles pulmones ya no parecian ni enfermos, sino solo parte de lo que era ella realmente. Cuando murio, apenas la eche de menos. De hecho, ella habia estado mas ausente que presente. Recuerdo que me mandaron llamar a la escuela, pero demasiado tarde. Creo que me alegre de no llegar a tiempo. Pero esa habitacion vacia, fue horroroso. Aun aborrezco esa habitacion.

– Yo tambien tengo una pregunta -dijo Lettie-. ?Por que te casaste con Guy Haverland?

– Porque era divertido, listo, encantador. Y muy rico. Aunque yo solo tenia dieciocho anos, supe desde el principio que no duraria. Por eso nos casamos en Londres por lo civil. Las promesas parecian menos exorbitantes. Guy no podia resistirse a ninguna mujer guapa, y no iba a cambiar. Pero pasamos tres anos maravillosos, y el me enseno mucho. Nunca me arrepentire.

Lettie se puso en pie.

– Es hora de acostarse -dijo-. Gracias por la cena. Buenas noches, querida. -Y se fue.

Helena se dirigio a la ventana que daba al oeste y descorrio las cortinas. El ala oeste estaba a oscuras, era solo una forma alargada iluminada por la luna. Se pregunto si seria la muerte violenta lo que la habia impulsado a confiarse, a formular preguntas que habia guardado en su interior durante anos. Penso en Lettie y su matrimonio. No habian tenido hijos y sospechaba que esto habia sido motivo de afliccion. Aquel cura con quien se caso ella, ?veia aun el sexo como algo indecente y consideraba a su esposa y a todas las mujeres virtuosas como madonas? Las revelaciones de esta noche, ?eran un sustituto de la pregunta que estaba en la mente de ambas y que ninguna se habia atrevido a formular?

14

Hasta las siete y media, Dalgliesh casi no habia tenido tiempo de examinar su hogar provisional y habituarse a el. La policia local habia sido muy servicial: habia comprobado las lineas telefonicas, habia instalado un ordenador y colocado un tablero de corcho en la pared por si Dalgliesh necesitaba exponer imagenes visuales. Tambien se habia pensado en su comodidad, y aunque la casita de piedra tenia el leve olor a moho de una casa desocupada durante meses, en la chimenea ardia un fuego de lena. La cama estaba hecha, y en la planta de arriba habia una estufa electrica. Dalgliesh comprobo que de la ducha, aun sin ser moderna, salia agua muy caliente, y que la nevera estaba abastecida de suficientes provisiones para al menos tres dias, incluida una cazuela de estofado de cordero obviamente hecho en casa. Habia tambien latas de cerveza y dos botellas de vino blanco y dos de tinto muy aceptables.

A las nueve se habia duchado y cambiado, habia calentado y consumido el estofado. Una nota debajo del plato explicaba que habia sido cocinado por la senora Warren, un descubrimiento que reforzo la idea de Dalgliesh de que la asignacion temporal de su esposo a la Brigada habia sido un acierto. Abrio una de las botellas de vino tinto y la dejo con tres vasos sobre una mesita baja ante el fuego. Con las cortinas de alegres estampados corridas frente a la noche, se encontro, como ocurria a veces en un caso, comodamente instalado en un periodo de soledad. Pasar al menos una parte del dia completamente solo era para el, desde la infancia, algo tan necesario como la comida o la luz. Ahora, agotada la breve tregua, saco su pequena libreta personal y comenzo a analizar los interrogatorios del dia. Desde la epoca de sargento detective, anotaba en un bloc extraoficial unas cuantas palabras y expresiones destacadas que inmediatamente le permitian recordar una persona, una admision imprudente, un fragmento de dialogo, un intercambio de miradas. Ayudandose de esto, tenia un recuerdo casi completo. Una vez hecha esta revision particular, llamaria a Kate para pedirle que ella y Benton se reunieran con el, y entonces hablarian del desarrollo de la jornada y dispondrian el plan del dia siguiente.

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