visto solo en una ocasion y le habia parecido parlanchin pero inofensivo y con sentido comun. Si tenia alguna influencia sobre Robin, seguramente era para bien.

– Siempre estoy interesada en inversiones sin riesgo al diez por ciento y con una devolucion garantizada -dijo ella-. Me sorprende que no te hayas quedado todas las acciones. ?De que va este negocio en el que andas con Jeremy?

– Lo mismo que te conte cuando cenamos en septiembre. Bueno, desde entonces han cambiado cosas, pero recuerdas la idea basica, ?no? En realidad es mia, no de Jeremy, pero hemos trabajado juntos en ella.

– Mencionaste que tu y Jeremy Coxon estabais pensando en organizar clases de etiqueta para nuevos ricos que se sienten socialmente inseguros. No se por que pero no te veo como profesor, de hecho ni como experto en etiqueta.

– Me he empollado libros. Es asombrosamente facil. Y el experto es Jeremy, asi que no hay problema.

– ?Acaso vuestros incompetentes sociales no podrian tambien aprenderlo directamente de los libros?

– Supongo que si, pero prefieren el contacto humano. Les damos confianza. Por eso es por lo que pagan. Rhoda, hemos identificado una verdadera oportunidad de mercado. A un monton de jovenes, bueno, sobre todo hombres y no solo ricos, les preocupa no saber que ponerse en determinadas ocasiones, que hacer si invitan a una chica a un buen restaurante por primera vez. No estan seguros de como comportarse con los demas, de como causar buena impresion al jefe. Jeremy tiene una casa en Maida Vale que compro con el dinero que le dejo una tia rica, asi que la estamos utilizando en este momento. Debemos ser discretos, por supuesto. Jeremy no esta seguro de si podemos usarla legalmente para un negocio. Vivimos con miedo a los vecinos. Una de las habitaciones de la planta baja esta acondicionada como restaurante en el que ensayamos. Al cabo de un tiempo, cuando ya tienen mas confianza, llevamos a los clientes a un restaurante de verdad. No a sitios como este sino a otros no demasiado populares que nos hacen precios especiales. Pagan los clientes, naturalmente. Nos va bastante bien y el negocio esta creciendo, pero necesitamos otra casa, o al menos un piso. Jeremy esta harto de renunciar practicamente a su planta baja y de que aparezcan estos tipos raros cuando el quiere agasajar a sus amigos. Y luego esta la oficina. Ha tenido que adaptar uno de los dormitorios. Se lleva el setenta y cinco por ciento de los beneficios debido a la casa, pero se que piensa que ya es hora de que yo le pague mi parte. Como es logico no podemos utilizar mi piso. Ya sabes como es, no tiene precisamente el ambiente que estamos buscando. En todo caso, creo que no me quedare alli mucho tiempo. El dueno se esta volviendo muy poco servicial. En cuanto tengamos otra direccion haremos grandes progresos. Bueno, ?que piensas, Rhoda? ?Te interesa?

– Me interesa oir hablar de ello. No me interesa aportar dinero. Pero podria salir bien. Es mas razonable que la mayoria de tus entusiasmos anteriores. En cualquier caso, buena suerte.

– O sea, la respuesta es no.

– La respuesta es no -dijo Rhoda, que anadio sin pensar-: Debes esperar a mi testamento. Prefiero hacer las obras de beneficencia despues de muerta. Es mas facil contemplar el desembolso de dinero cuando uno ya no lo necesita para nada.

En el testamento le dejaba veinte mil libras, no suficiente para financiar uno de sus delirios mas excentricos pero si para asegurar que el alivio de haber recibido algo superaria la decepcion ante la cantidad. Esto le permitia a ella mirarle la cara con deleite. Rhoda sentia un leve pesar, demasiado proximo a la verguenza y por tanto incomodo, por haber provocado maliciosamente y estar disfrutando de aquel primer sonrojo de sorpresa y placer, del destello de avaricia en los ojos de Robin y luego del rapido descenso a la realidad. ?Por que se habia tomado la molestia simplemente de confirmar una vez mas lo que sabia sobre el?

– ?Te has decidido definitivamente por la Mansion Cheverell, no por una de las camas privadas de Chandler- Powell en Saint Angela? -pregunto el.

– Prefiero estar fuera de Londres, donde haya mas posibilidades de tranquilidad e intimidad. El dia 27 voy a pasar alli una noche preliminar. El me lo ha propuesto. Le gusta que sus pacientes esten familiarizados con el lugar antes de la operacion.

– Tambien le gusta el dinero.

– Y a ti, Robin, no critiques.

Con los ojos fijos en el plato, el dijo:

– Estoy pensando en visitar la Mansion cuando estes ingresada. Quizas aceptes de buen grado un poco de cotilleo. Las convalecencias son aburridisimas.

– No, Robin, no quiero cotilleos. He hecho la reserva en la Mansion expresamente para asegurarme de que me dejen tranquila. Supongo que el personal se encargara de que nadie me moleste. ?No es esta la finalidad esencial del lugar?

– Es un poco mezquino por tu parte, teniendo en cuenta que yo te recomende la Mansion. ?Irias alli si no hubiera sido por mi?

– Como no eres medico ni te han hecho nunca una operacion de cirugia estetica, no estoy segura del valor de tu recomendacion. Has mencionado la Mansion de vez en cuando, nada mas. Yo ya habia oido hablar de George Chandler-Powell. Lo cual no debe sorprender, toda vez que se le considera uno de los seis mejores cirujanos plasticos de Inglaterra, probablemente de Europa. Fui a verle, verifique su historial, me asesore con un experto y lo elegi. Pero tu no me has contado cual es tu relacion con la Mansion Cheverell. Deberia saberlo por si menciono informalmente que te conozco y me encuentro con miradas frias y me relegan a la peor habitacion.

– Eso podria pasar. No soy exactamente su visita preferida. De hecho no me quedo en la casa, esto seria ir un poco lejos por ambas partes. Tienen un chalet para las visitas, el Chalet Rosa, y hago la reserva ahi. Tambien tengo que pagar, demasiado a mi entender. Ni siquiera te llevan la comida. Por lo general en verano no consigo habitacion, pero dificilmente pueden decir que la casa no esta libre en diciembre.

– Dijiste que tenias cierto parentesco.

– No con Chandler-Powell, sino con su ayudante, Marcus Westhall, que es primo mio. Le ayuda en las intervenciones y cuida de los pacientes cuando el gran George esta en Londres. Marcus vive ahi con su hermana, Candace, en el otro chalet. Ella no tiene nada que ver con los pacientes; ayuda en la oficina. Soy su unico pariente vivo. Uno pensaria que esto significaria algo para ellos.

– ?Y no es asi?

– Si no te aburre, mejor te cuento un poco de historia familiar. Se remonta a bastante tiempo atras. Intentare ser breve. Tiene que ver con dinero, naturalmente.

– Es lo habitual.

– Es una historia muy triste sobre un pobre nino huerfano que es arrojado al mundo sin un centimo. Lamento desgarrarte el corazon con esto. No me gustaria que cayeran lagrimas saladas en tu delicioso cangrejo.

– Correre el riesgo. Tambien me servira para saber algo del lugar antes de ir.

– Me preguntaba que habia tras esta invitacion a almorzar. Bueno, si quieres ir preparada, has encontrado a la persona idonea. Bien vale el precio de una buena comida.

El hablaba sin rencor, pero tenia una sonrisa divertida. Rhoda se recordo a si misma que no era prudente infravalorarlo. Robin nunca le habia hablado de su historia familiar ni de su pasado. Siendo un hombre tan dispuesto a comunicar las minucias de su existencia cotidiana, sus pequenos triunfos y sus mas habituales fracasos en el amor y los negocios, contados en general con humor, era notablemente reservado con respecto a su vida anterior. Rhoda sospechaba que habia tenido una infancia muy desgraciada y que sus primeros traumas, de los que nadie se recupera del todo, acaso estuvieran en la raiz de su inseguridad. Dado que ella no tenia intencion de responder a las confidencias con una franqueza reciproca, la de Robin era una vida que Rhoda no habia sentido el impulso de explorar. Pero habia cosas acerca de la Mansion Cheverell que seria util saber con antelacion. Iria a la Mansion como paciente y, para ella, esto suponia vulnerabilidad y una cierta sumision fisica y emocional. Llegar sin estar informada significaria ponerse en desventaja desde el principio.

– Hablame de tus primos -dijo ella.

– Son gente acomodada, al menos con arreglo a mi criterio, y muy ricos segun el criterio de cualquiera. Su padre, mi tio Peregrine, murio hace nueve meses y les dejo unos ocho millones. El habia heredado de su padre, Theodore, que murio solo unas semanas antes. La fortuna familiar venia de Theodore. Habras oido hablar de Latin Primer [Manual de latin] y First Steps in Learning Greek [Primeros pasos para aprender griego], de T.R. Westhall, algo asi en todo caso. Yo no los utilice, no fui a esta clase de escuela. De todos modos, los libros de texto, si llegan a ser estandar, a consagrarse por el uso continuado, dan sorprendentemente mucho dinero. Nunca se dejan de imprimir. Y el viejo era habil manejando el dinero. Tenia el don de hacerlo crecer.

Вы читаете Muerte en la clinica privada
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×