– Si me disculpan, voy a irme, a menos que necesiten algo mas. Le he prometido a mi esposa que estaria de vuelta a la hora de comer. Mi hijo ha invitado a varios amigos a pasar el fin de semana. Una casa llena de etonianos y cuatro perros puede ser una mezcla dificil de controlar.
Estrecho la mano de Dalgliesh, y Kate lo precedio escaleras abajo. A su regreso, ella dijo:
– Seguro que no habria mencionado a su hijo si hubiera ido a la escuela publica de Bogside. -Luego lamento el comentario. Dalgliesh habia respondido a la observacion de Macklefield con una sonrisa ironica, fugazmente desdenosa, pero esa momentanea revelacion de una peculiaridad poco atractiva del individuo no le habia irritado. A Benton le habria divertido.
Dalgliesh agarro el manojo de llaves y dijo:
– Y ahora los cajones. Pero primero necesito un cafe. Quiza podiamos haberselo ofrecido a Macklefield, pero yo no deseaba prolongar la visita. La senora Brown dijo que podiamos coger de la casa lo que quisieramos, asi que no le molestara que tomemos un poco de leche y cafe. Eso si hay leche en la nevera.
No habia.
– No es ninguna sorpresa, senor -dijo Kate-. La nevera esta vacia. Un carton de leche, aun sin abrir, podria estar caducado a su regreso.
Kate bajo la cafetera electrica a la planta inferior a ponerle agua. Regreso con un vaso para los cepillos de dientes que enjuago a fin de que sirviera como segunda taza, y de pronto noto cierto desasosiego, como si este pequeno acto, que no se podia considerar precisamente una violacion de la intimidad de la senorita Gradwyn, fuera una impertinencia. Rhoda Gradwyn habia sido muy exigente con su cafe, y en la bandeja con el molinillo habia una lata de alubias. Kate, presa aun de un sentimiento irracional de culpa por estar cogiendo cosas de un muerto, puso en marcha el molinillo. El ruido fue tremendo y parecio interminable. Al rato, cuando la cafetera hubo dejado de gotear, lleno las dos tazas y las llevo al escritorio.
Mientras esperaba que el cafe se enfriara, el dijo:
– Si hay alguna otra cosa interesante, seguramente la encontraremos aqui. -Y abrio el cajon con una llave.
Dentro solo habia una carpeta beige de papel manila, el bolsillo interior lleno de papeles. Olvidandose de momento del cafe, apartaron las tazas a un lado y Kate acerco una silla junto a Dalgliesh. Los papeles consistian casi exclusivamente en copias de recortes de prensa, el primero de los cuales era un articulo de un periodico dominical con fecha de febrero de 1995. El encabezamiento era descarnado: «Asesinada por ser demasiado bonita.» Debajo, ocupando la mitad de la pagina, habia la fotografia de una nina. Parecia una foto de la escuela. El pelo rubio habia sido cuidadosamente cepillado y recogido en una coleta a un lado, y la blanca blusa de algodon, que parecia inmaculada, estaba desabrochada en el cuello y cubierta por un pichi azul oscuro. La nina era realmente bonita. Incluso con una pose simple y sin ningun artificio especial en la iluminacion, la escueta foto transmitia algo de la confianza sincera, la apertura a la vida y la vulnerabilidad de la infancia. Mientras Kate la miraba fijamente, la imagen parecio desintegrarse en polvo y se convirtio en una mancha sin sentido, y acto seguido recobro la nitidez.
Debajo de la imagen, el periodista, absteniendose de comentarios hiperbolicos y desaforados, se habia contentado con dejar que la historia hablase por si sola. «Hoy, en el tribunal de la corona, Shirley Beale, de doce anos y ocho meses, ha sido declarada culpable del asesinato de su hermana Lucy, de nueve anos. Shirley estrangulo a Lucy con su corbata de la escuela, luego golpeo la cabeza que odiaba hasta volverla irreconocible. Lo unico que ha dicho, tanto en el momento de la detencion como posteriormente, es que lo hizo porque Lucy era demasiado bonita. Beale sera enviada a un pabellon infantil de seguridad hasta que a los diecisiete anos pueda ser trasladada a un reformatorio. Silford Green, un tranquilo barrio del este de Londres, se ha convertido en un lugar de horror. Informe completo en la pagina cinco. Sophie Langton escribe en la pagina 12: '?Por que matan los ninos?'»
Dalgliesh dio la vuelta al recorte. Debajo, sujeta a una simple hoja de papel, habia una fotografia. El mismo uniforme, la misma blusa blanca, pero esta vez con una corbata, la cara vuelta hacia la camara con una mirada que Kate recordo de sus propias fotos escolares, rencorosa, algo nerviosa por participar en un pequeno rito anual de iniciacion, de mala gana pero resignada. Era una cara extranamente adulta, una cara que ellos conocian.
Dalgliesh volvio a coger la lupa, examino la imagen y luego paso la lente a Kate. Los rasgos caracteristicos estaban ahi, la frente alta, los ojos ligeramente saltones, la boca pequena y definida con el labio superior pronunciado, un rostro comun y corriente que ahora era imposible considerar inocente o infantil. Los ojos miraban a la camara tan inexpresivos como los puntos que formaban la imagen, el labio inferior mas grueso ahora en la edad adulta pero con la misma insinuacion de terquedad irritable. Mientras Kate miraba, su mente superpuso una imagen muy distinta: la cara de un nino aplastada y convertida en un amasijo sanguinolento de huesos rotos, el cabello rubio cubierto de sangre. No era un caso de la Met y con una declaracion de culpabilidad no se habia celebrado un juicio, pero el asesinato aun removia viejos recuerdos en ella y, penso Kate, tambien en Dalgliesh.
– Sharon Bateman -dijo Dalgliesh-. Me pregunto como consiguio esto Gradwyn. Es raro que se pudiera publicar. Debieron de levantar las restricciones.
No era lo unico que Rhoda habia conseguido. Con toda evidencia, su investigacion habia comenzado a partir de su primera visita a la Mansion, y habia sido meticulosa. El primer recorte iba seguido de otros. Los antiguos vecinos habian sido locuaces, tanto para expresar su horror como para revelar informacion sobre la familia. Habia imagenes de una pequena casa adosada en la que las ninas habian vivido con su madre y su abuela. En la epoca del asesinato, los padres estaban divorciados, el se habia marchado dos anos antes. Los vecinos que aun vivian en la calle explicaban que el matrimonio habia sido turbulento, pero que con las ninas no habia habido ningun problema, ni policia ni asistentes sociales, ni nada parecido, rondando por la casa. Lucy era la bonita, sin duda, pero las dos parecian llevarse bien. Shirley era la mas tranquila, algo hosca, no exactamente una nina simpatica. Los recuerdos de la gente, logicamente influidos por el horror de lo sucedido, daban a entender que Shirley siempre habia sido la excluida. Hablaban de ruido de peleas, gritos y golpes ocasionales antes de la separacion de los padres, pero al parecer las ninas recibian la atencion debida. La abuela se encargaba de eso. Desde la marcha del padre habian tenido una serie de inquilinos, algunos obviamente novios de la madre, aunque esto se decia con tacto, y uno o dos estudiantes que buscaban alojamiento barato, ninguno de los cuales se quedo mucho tiempo.
De un modo u otro, Rhoda Gradwyn se habia hecho con el informe de la autopsia. La muerte se habia producido por estrangulacion, y las heridas de la cara, que le habian destrozado los ojos y roto la nariz, habian sido causadas despues de la muerte. Gradwyn tambien habia localizado y entrevistado a uno de los agentes de la policia encargados del caso. No habia ningun misterio. La muerte se habia producido a eso de las tres y media de un sabado por la tarde, mientras la abuela, que entonces contaba sesenta y nueve anos, se encontraba en un salon de actos local jugando al bingo. No era algo inhabitual que las ninas se quedaran solas. El crimen fue descubierto a las seis, cuando la abuela regreso a casa. El cuerpo de Lucy se hallaba en el suelo de la cocina, donde se desarrollaba casi toda la vida familiar, y Shirley estaba arriba, durmiendo en su cama. No habia hecho intento alguno de quitarse la sangre de su hermana de las manos y los brazos. Sus huellas estaban en el arma, una vieja plancha de hierro que se usaba como tope de la puerta, y ella admitio haberla matado con la misma emocion con la que hubiera confesado que la habia dejado sola un rato.
Kate y Dalgliesh se quedaron unos momentos en silencio. Kate sabia que los pensamientos de uno y otro eran analogos. Este descubrimiento era una complicacion que influiria no solo en su percepcion de Sharon como sospechosa -como no-, sino tambien en la conduccion de la investigacion. Ahora Kate lo veia todo lleno de escollos de procedimiento. Ambas victimas habian sido estranguladas; el hecho podria resultar irrelevante, pero no dejaba de ser un hecho. Sharon Bateman -y seguirian utilizando ese nombre- no estaria viviendo en la comunidad si las autoridades no hubieran considerado que ya no suponia una amenaza. Llegados a ese punto, ?no merecia Sharon que se la considerase sospechosa, con las mismas probabilidades de ser culpable que cualquiera de los demas? ?Y quien mas lo sabia? ?Estaba enterado Chandler-Powell? ?Confio Sharon eso a alguien de la Mansion, y en ese caso a quien? ?Sospecho Rhoda Gradwyn de la identidad de Sharon desde el principio y fue por eso por lo que se quedo? ?Amenazo con hacerlo publico? Y en ese caso, ?Sharon o tal vez alguien mas que supiera la verdad tomo medidas para impedirselo? Si detenian a otra persona, ?la mera presencia de una asesina convicta en la Mansion no influiria en la fiscalia a la hora de decidir si el tribunal debia estimar o no la demanda? Los pensamientos se agitaban en su cabeza, pero no los expreso en voz alta. Con Dalgliesh siempre procuraba no manifestar lo evidente.