boca. No obstante, si habia bebido para sobrellevar la dura prueba, hablaba sin dificultad. Se volvio, hizo un gesto en direccion a la cocina y dijo:
– ?Cafe? ?Te? No he desayunado. De hecho, no recuerdo la ultima vez que comi, pero bueno, no debo hacer perder el tiempo a la policia. ?O se podria considerar que una taza de cafe es soborno y corrupcion?
– ?Quiere esto decir que no esta en condiciones de ser interrogado? -pregunto Benton.
– Estoy en las mejores condiciones en que podria estar, dadas las circunstancias. Espero que se tome el asesinato con calma, sargento…, es sargento, ?no?
– Sargento detective Benton-Smith y agente de policia Warren.
– Para todos los demas el asesinato es angustioso, sobre todo cuando la victima es un amigo, pero, claro, ustedes estan haciendo su trabajo, hoy en dia una excusa para practicamente cualquier cosa. Supongo que querran mis datos particulares, lo que suena indecoroso, mi nombre completo y mi direccion, si los Westhall no se los han dado ya. Tenia un piso pero tuve que dejarlo, una pequena dificultad con el casero acerca del alquiler, asi que ahora me alojo con mi socio en su casa de Maida Vale.
Dio la direccion y observo como el agente Warren la apuntaba con su enorme mano moviendose con parsimonia por la libreta.
– ?Y cual es su trabajo, senor Boyton? -pregunto Benton.
– Puede poner actor. Tengo el carnet del sindicato, y de vez en cuando, si se presenta la oportunidad, actuo. Tambien soy lo que podriamos llamar un empresario. Se me ocurren ideas. Unas funcionan y otras no. Cuando no estoy actuando ni tengo ideas brillantes, mis amigos me ayudan. Y si esto falla, recurro al benevolo gobierno en busca de lo que ironicamente se conoce como asignacion del buscador de empleo.
– ?Que esta haciendo aqui? -pregunto Benton.
– ?Que quiere decir? He alquilado el chalet. He pagado por el. Estoy de vacaciones. Eso estoy haciendo.
– Pero ?por que ahora? Diciembre no es el mes mas propicio para estar de vacaciones.
Los ojos azules se clavaron en los de Benton.
– Podria preguntarle yo a usted que esta haciendo aqui. Parece que estoy yo mas en casa que usted, sargento. Con su voz tan inglesa, el rostro tan, bueno, indio. Aun asi, esto debe de haberle ayudado a ser contratado. No ha de ser facil, el trabajo que usted ha escogido…, para sus colegas, me refiero. Una palabra irrespetuosa y desatenta respecto al color de su piel, y se ven despedidos o conducidos ante uno de estos tribunales sobre relaciones raciales. Usted no pertenece a la cultura de la cantina policial, ?verdad? No es uno de esos chicos. No ha de ser facil enfrentarse a eso.
Malcolm Warren alzo la vista y meneo la cabeza de modo casi imperceptible, como lamentando un ejemplo mas de la propension de la gente que esta en un agujero a seguir cavando, y luego volvio a su libreta, la mano moviendose otra vez lentamente por la hoja.
– Haga el favor de contestar a mi pregunta -dijo Benton con calma-. Lo dire de otra forma. ?Por que esta usted aqui en este momento concreto?
– Porque la senorita Gradwyn me pidio que viniera. Ingreso para que le hicieran una operacion que iba a cambiarle la vida, y queria tener cerca a un amigo durante la semana de convalecencia. Vengo a este chalet con cierta frecuencia, seguro que mis primos se lo han contado. Rhoda vino aqui seguramente porque el cirujano ayudante, Marcus, es mi primo y yo le recomende la Mansion. En todo caso, ella dijo que me necesitaba, asi que vine. ?Responde esto a su pregunta?
– No del todo, senor Boyton. Si ella tenia tantas ganas de que usted estuviera aqui, ?como es que le dejo claro al senor Chandler-Powell que no queria visitas? Esto es lo que el dice. ?Le esta acusando de mentir?
– No ponga en mi boca palabras que no he dicho, sargento. Ella pudo cambiar de opinion, aunque no lo creo probable. Quiza no queria verme hasta que le hubieran quitado las vendas y la cicatriz estuviera curada, o a lo mejor el gran George penso que seria medicamente desaconsejable que recibiera visitas y las prohibio. ?Como voy a saber lo que paso? Solo se que ella me pidio que viniera, y yo me iba a quedar aqui hasta que se marchara.
– Pero usted le mando un mensaje de texto, ?verdad? Lo vimos en su movil. «Ha pasado algo muy importante. Necesito consultarte. Dejame verte, por favor, dejame entrar.» ?Que era eso tan importante?
No hubo respuesta. Boyton se cubrio el rostro con las manos. Benton penso que el gesto podia ser un intento de ocultar una oleada de emocion, pero tambien podia ser una manera oportuna de poner sus pensamientos en orden. Al cabo de unos instantes de silencio, Benton dijo:
– ?La vio usted en algun momento desde su llegada para hablar de ese importante asunto?
Boyton hablo a traves de las manos.
– ?Como habria podido hacerlo? Ya sabe que no lo hice. No me dejaron entrar ni antes ni despues de la operacion. Y el sabado por la manana estaba muerta.
– Debo preguntarselo de nuevo, senor Boyton. ?Cual era ese asunto tan importante?
Y ahora Boyton miro a Benton, y respondio con una voz controlada.
– No era realmente importante. Intente que pareciera eso. Tenia que ver con el dinero. Mi socio y yo necesitamos otra casa para nuestro negocio, y se ha puesto a la venta una muy apropiada. Para Rhoda habria sido una muy buena inversion, y yo esperaba que nos echara un cable. Con la cicatriz fuera y una nueva vida por delante, quizas habria estado interesada.
– Supongo que su socio puede confirmar esto.
– ?Lo de la casa? Si, claro, pero no veo por que deben preguntarle. No le dije nada de que iba a plantearselo a Rhoda. Tampoco es asunto de ustedes.
– Estamos investigando un asesinato, senor Boyton -dijo Benton-. Todo es asunto nuestro, y si usted sentia afecto por la senorita Gradwyn y quiere que el asesino sea detenido, nos ayudara mas contestando a nuestras preguntas en detalle y siendo veraz. Sin duda estara deseoso de regresar a Londres
– No, reserve para una semana y me quedare una semana. Es lo que dije que haria y se lo debo a Rhoda. Quiero averiguar que esta pasando aqui.
La respuesta sorprendio a Benton. La mayoria de los sospechosos, a menos que disfruten activamente de la implicacion en una muerte violenta, procuran por todos los medios poner entre ellos y el crimen toda la distancia posible. Era conveniente que Boyton se quedara en el chalet, pero Benton habia pensado que su sospechoso protestaria diciendo que no podian retenerle ilegalmente y que necesitaba volver a Londres.
– ?Desde cuando tenia relacion con la senorita Gradwyn y como la conocio? -pregunto.
– Nos conocimos hace unos seis anos, tras una version teatral alternativa de
– ?Por que vamos a reirnos del amor? -dijo Benton, y penso:
– ?Puede decirnos que hizo desde el momento en que llego a Stoke Cheverell? -pregunto con delicadeza-. ?Que hora era?
Boyton logro dominarse, mas deprisa de lo que habia previsto Benton, quien, mirando a la cara del primero, se pregunto si este rapido cambio era una demostracion de la gama de recursos del actor.