perdamos el tiempo. Usted tiene la responsabilidad de colaborar con mi investigacion revelando cualquier informacion que pueda venir al caso. No queremos causar ninguna afliccion innecesaria; ademas ya tenemos suficientes problemas en el procesamiento de la informacion pertinente para perder tiempo en asuntos que no son pertinentes. Si usted sabe como acabo el cadaver de Robin Boyton en el congelador, o sabe algo que pueda ayudarnos a responder a esta pregunta, sera mejor que empecemos.
Si la reprimenda escocio a Candace, no lo dio a entender.
– Quiza ya sepan algo de eso si Robin hablo con ustedes sobre su relacion con la familia -dijo.
Como Dalgliesh no replico, ella prosiguio.
– Era, y le gustaba proclamarlo, primo hermano de Marcus y mio. Su madre, Sophie, era la unica hermana de nuestro padre. Durante al menos las dos ultimas generaciones los hombres Westhall infravaloraron y en ocasiones despreciaron a sus hijas. El nacimiento de un varon era motivo de celebracion, el de una nina una desgracia. Este prejuicio no es del todo infrecuente ni siquiera hoy, pero en el caso de mi padre y mi abuelo vino a ser casi una obsesion familiar. No estoy diciendo que hubiera crueldad o desatencion fisica. Nada de eso. Pero no tengo ninguna duda de que la madre de Robin sufrio abandono emocional, por el que adquirio un sentido de inferioridad y desconfianza en si misma. No era lista ni bonita, ni especialmente simpatica, y fue, como es logico, un problema desde la infancia. Se marcho de casa en cuanto pudo y encontro cierta satisfaccion en contrariar a sus padres viviendo una vida bastante agitada en el mundo frenetico de lo marginal y de la musica pop. Solo contaba veintiun anos cuando se caso con Keith Boyton; dificilmente pudo haber elegido peor. A el solo lo vi una vez, pero me parecio repelente. Cuando se casaron, ella estaba embarazada, pero esto apenas suponia una excusa, y me sorprende que quisiera seguir adelante con su embarazo. La maternidad era una sensacion nueva, supongo. Keith tenia cierto encanto superficial, pero jamas he conocido a nadie que intentara sacar tajada de modo mas descarado. Era disenador, o eso decia, y trabajaba de vez en cuando. Entre un empleo y otro hacia trabajos sueltos para ganar algo; en una epoca creo que estuvo vendiendo cristales dobles por telefono. Nada duraba. Mi tia, que trabajaba de secretaria, era la que mas dinero llevaba a casa. De alguna manera el matrimonio duro sobre todo porque el dependia de ella. Quiza mi tia le queria. En todo caso, segun Robin, su madre murio de cancer cuando el tenia siete anos y Keith conocio a otra mujer y emigro a Australia. Desde entonces nadie ha tenido noticias suyas.
– ?Cuando empezo Robin Boyton a ponerse regularmente en contacto con ustedes? -pregunto Dalgliesh.
– Cuando Marcus consiguio el empleo aqui con Chandler-Powell y trasladamos a mi padre a la Casa de Piedra. Empezo pasando breves vacaciones en la casa de huespedes, evidentemente esperando conseguir despertar en Marcus o en mi cierto interes hacia el por nuestra condicion de primos. Con toda franqueza, interes no habia ninguno. Sin embargo, yo tenia un poco de mala conciencia. Aun la tengo. De vez en cuando le ayudaba con pequenas cantidades, doscientos cincuenta por aqui, quinientos por alla, cuando el pedia diciendo que estaba desesperado. Pero de repente decidi que esto no era sensato. Era como asumir una responsabilidad que yo, sinceramente, no aceptaba.
Hace mas o menos un mes, a Robin se le ocurrio una idea insolita. Mi padre murio solo treinta y cinco dias despues de que lo hiciera mi abuelo. Si los dias hubieran sido menos de veintiocho, habria habido un problema con el testamento, que incluia una clausula segun la cual un beneficiario, para heredar, debia sobrevivir veintiocho dias al testador. Como es logico, si mi padre no se hubiera beneficiado del testamento del abuelo, nosotros no habriamos heredado nada. Robin consiguio una copia del testamento del abuelo y concibio la extravagante idea de que nuestro padre habia muerto un poco antes de transcurrido el periodo de veintiocho dias, y que Marcus y yo, o uno de los dos, habiamos escondido el cadaver en el congelador de la Casa de Piedra, y lo habiamos descongelado al cabo de unas dos semanas y entonces habiamos llamado al viejo doctor Stenhouse para que firmara el certificado de defuncion. El congelador se estropeo finalmente el pasado verano, pero en la epoca de la que hablo, aunque apenas se utilizaba, funcionaba todavia.
– ?Cuando le expuso a usted por primera vez esa idea? -pregunto Dalgliesh.
– Durante los tres dias en que Rhoda Gradwyn estuvo aqui con motivo de su visita preliminar. El llego a la manana siguiente y creo que tenia intencion de verla, pero ella se mantuvo firme en que no queria visitas, y por lo que se, a el no se le dejo entrar en la Mansion en ningun momento. Quizas ella estaba detras de todo. No tengo dudas de que actuaban en connivencia; de hecho, el mas o menos lo admitio. ?Por que, si no, escogio Gradwyn la Mansion, y por que era tan importante para Robin estar aqui con ella? El plan acaso fuera una diablura para ella, dificilmente pudo haberlo tomado en serio, pero para el no era ninguna broma.
– ?Como le planteo el la cuestion?
– Dandome un viejo libro.
– Esta claro que era una idea absurda -dijo Dalgliesh-, apropiada para una novela ingeniosa pero no para la situacion de aqui. El no creeria que en ella hubiera nada de verdad.
– Oh, desde luego que lo creia. De hecho, habia diversas circunstancias que, podria decirse, anadian credibilidad a la fantasia. La idea no era tan ridicula como parece. No creo que hubieramos podido mantener el engano durante mucho tiempo, pero durante unos dias o una semana, quiza dos, habria sido perfectamente posible. Mi padre era un paciente dificilisimo que aborrecia la enfermedad, no soportaba la compasion y se negaba en redondo a recibir visitas. Lo cuide con ayuda de una enfermera retirada, que ahora vive en Canada, y una vieja asistenta que murio hace mas de un ano. Al dia siguiente de que Robin se fuera recibi una llamada del doctor Stenhouse, el medico de cabecera que habia atendido a mi padre. Robin lo habia ido a ver con alguna excusa para intentar averiguar cuanto tiempo llevaba muerto mi padre antes de que lo llamaran. El medico nunca habia sido un hombre complaciente, y una vez jubilado era incluso menos tolerante con los idiotas que cuando ejercia, y me imagino muy bien la respuesta que obtuvo Robin por su impertinencia. El doctor Stenhouse dijo que no respondia a preguntas sobre pacientes cuando estaban vivos ni tampoco cuando estaban muertos. Imagino que Robin acabo convencido de que el viejo doctor, si no chocheaba cuando firmo el certificado de defuncion, o bien habia sido enganado o bien era complice. Probablemente supuso que habiamos sobornado a Grace Holmes, la enfermera que emigro a Canada, y a la asistenta, Elizabeth Barnes, ya fallecida.
»Sin embargo, habia algo que el no sabia. La noche antes de morir, mi padre pidio ver al parroco de la parroquia, el reverendo Clement Matheson, que aun lo es. Naturalmente acudio enseguida; lo acompano en coche su hermana mayor Marjorie, que le lleva la casa y podria decirse que personifica la iglesia militante. Nadie habra olvidado aquella noche. El padre Clement llego preparado para dar la extremauncion y sin duda consolar a un alma penitente. Sin embargo, mi padre reunio fuerzas para arremeter por ultima vez contra todas las creencias religiosas, en especial el cristianismo, con mordaz referencia a la propia Iglesia del padre Clement. Esto no era una informacion que Robin pudiera obtener en la barra del Cresset Arms. Dudo que el padre Clement o Marjorie hayan hablado nunca de ello excepto a Marcus y a mi. Fue una experiencia desagradable y humillante. Por suerte, los dos viven aun. Pero tengo otro testigo. Hace diez dias visite brevemente Toronto para ver a Grace Holmes. Ella era una de las pocas personas a quien mi padre aguantaba, si bien en el testamento no le dejo nada, y cuando este fue autentificado, quise darle una cantidad para compensarle por ese ano terrible. Me dio una carta, que he entregado a mi abogado, en la que declara que estaba con mi padre el dia que murio.
– Provista de esta informacion -dijo Kate con calma-, ?no se enfrento usted inmediatamente a Robin Boyton para desilusionarle?
– Quiza deberia haberlo hecho, pero me hizo gracia quedarme callada y dejar que el se embrollara mas. Si analizo mi conducta con toda la honestidad posible cuando trato de justificarme, creo que me alegro que el revelara algo de su verdadera naturaleza. Yo siempre habia sentido cierta culpabilidad por el hecho de que su madre hubiera padecido tanto rechazo. Pero ya no sentia la necesidad de pagarle a el nada. Con este intento de chantaje, me habia liberado de cualquier obligacion futura. Mas bien deseaba que llegara mi momento de triunfo, por insignificante que fuera, y su desengano.
– ?Llego a exigirle dinero? -pregunto Dalgliesh.
– No, no llego a este extremo. Si lo hubiera hecho, yo podria haberle denunciado a la policia por intento de chantaje, pero dudo que hubiera tomado esa via. De todos modos, el insinuo con mucha claridad lo que tenia en mente. Parecio satisfecho cuando le dije que consultaria a mi hermano y estariamos en contacto. No admiti nada, por supuesto.
– ?Su hermano sabe algo de esto? -pregunto Kate.