como podria usted acusarme del asesinato de Gradwyn con alguna esperanza de condena mientras Sharon, con su historial, se contaba entre los sospechosos?
»Oh, si, ya lo sabia. Me encontraba presente cuando fue entrevistada para el empleo en la Mansion. Flavia Holland estaba conmigo, pero ella enseguida vio que Sharon no seria adecuada para ningun trabajo con los pacientes, y me dejo decidir si para ella habia sitio entre el personal domestico. Entonces andabamos escasisimos de gente. La necesitabamos. Yo tenia curiosidad, desde luego. ?Una mujer de veinticinco anos sin esposo, sin novio, sin familia, al parecer sin historia? ?Sin ambicion para otra cosa que estar en lo mas bajo de la jerarquia domestica? Debia haber una explicacion. Este irritante deseo de agradar mezclado con un retraimiento silencioso, una sensacion de que se encontraba a gusto en una institucion, de que habia estado encerrada, acostumbrada a que la observaran, de que en cierto modo se hallaba bajo vigilancia. Solo habia un crimen que encajara con todo eso. Al final lo supe porque ella me lo dijo.
»Habia otro motivo por el que ella tenia que morir. Sharon me vio cuando yo salia de la Mansion despues de haber matado a Rhoda Gradwyn. Y ahora ella, que siempre tenia un secreto que guardar, sabia el secreto de otro. Yo veia su triunfo, su satisfaccion. Y me conto lo que pensaba hacer en las piedras, su homenaje final a Mary Keyte, conmemoracion y despedida. ?Por que no me lo iba a contar? Las dos habiamos matado, estabamos unidas por ese atroz crimen iconoclasta. Y al final, tras haberle pasado la cuerda por el cuello y vertido parafina encima, no pude encender la cerilla. En ese momento comprendi lo que yo habia llegado a ser.
»Tengo poco que contarle sobre la muerte de Rhoda Gradwyn. La explicacion simple es que la mate para vengar la muerte de una amiga intima, Annabel Skelton, pero las explicaciones simples nunca revelan toda la verdad. ?Fui esa noche a su habitacion con la intencion de asesinarla? Al fin y al cabo, yo habia hecho todo lo posible para disuadir a Chandler-Powell de admitirla en la Mansion. Despues pense que no, que solo pretendia aterrorizarla, decirle la verdad sobre si misma, hacerle saber que habia destruido una vida joven y un gran talento, y que si Annabel habia plagiado unas cuatro paginas de dialogos y descripciones, el resto de la novela era exclusiva y maravillosamente suyo.
Y cuando alce la mano de su cuello y supe que entre nosotras ya no habria comunicacion nunca mas, senti un alivio, una liberacion tanto fisica como mental. Mediante ese acto unico parecia que me habia quitado de encima toda la culpa, la frustracion y la pena de los ultimos anos. En un momento excitante todo habia desaparecido. Aun noto algunos restos de esa liberacion.
»Ahora creo que fui a su habitacion sabiendo que queria matarla. ?Por que, si no, habria llevado puestos aquellos guantes quirurgicos que corte en pedazos en el cuarto de bano de una de las suites vacias? Fue en esa suite donde me oculte; luego abandone la Mansion por la puerta principal como de costumbre, volvi a entrar mas tarde por la puerta trasera con mi llave antes de que Chandler-Powell la cerrara para la noche, y tome el ascensor hasta la planta de los pacientes. No habia ningun peligro real de que me descubrieran. ?A quien se le ocurriria registrar una habitacion desocupada en busca de un intruso? Despues baje en el ascensor pensando que deberia descorrer el cerrojo, pero este no estaba echado. Sharon habia salido antes que yo.
»Lo que dije tras la muerte de Robin Boyton era basicamente cierto. El habia concebido la insolita idea de que habiamos falseado el momento de la muerte de mi padre congelando su cadaver. Dudo de que fuera idea suya. Eso tambien era cosa de Rhoda Gradwyn. Planeaban llevarlo todo a cabo juntos. Es por eso por lo que, al cabo de mas de treinta anos, ella decidio quitarse la cicatriz y que la operacion se hiciera aqui. Por eso Robin estuvo aqui en la primera visita de Rhoda y cuando esta ingreso para ser intervenida. El plan era ridiculo, naturalmente, pero habia hechos que acaso lo hicieran verosimil. Por esa razon fui a Toronto a ver a Grace Holmes, que estaba con mi padre cuando este murio. Pero la visita tenia una segunda explicacion: pagarle una cantidad unica en vez de la pension que a mi juicio merecia. A mi hermano no le explique lo que Gradwyn y Robin estaban maquinando. Yo tenia suficientes pruebas para acusarles a los dos de intentar chantajearme, si este era su proposito. No obstante, decidi seguirle el juego a Robin hasta que estuviera totalmente involucrado y luego disfrutar del placer de desenganarlo y desquitarme.
»Le cite en la vieja despensa. La tapa del congelador estaba cerrada. Le pregunte que clase de arreglo proponia, y el contesto que tenia derecho moral a una tercera parte de la herencia. Si se le pagaba eso, no habria exigencias futuras. Senale que dificilmente podria divulgar que yo habia falsificado la fecha de la muerte sin que el mismo fuera acusado de chantaje. Admitio que estabamos reciprocamente uno en manos del otro. Le ofreci una cuarta parte de la herencia con cinco mil para empezar. Le dije que lo tenia en efectivo en el congelador. Yo necesitaba sus huellas en la tapa y sabia que el era demasiado avaricioso para resistirse. Robin podia haber dudado, pero tenia que mirar. Nos acercamos al congelador, y cuando alzo la tapa yo le agarre de pronto por las piernas y lo tire adentro. Soy nadadora y tengo brazos y hombros fuertes, y el no pesaba mucho. Cerre la tapa y eche el cierre. Me sentia sorprendentemente agotada y respiraba con dificultad, pero no podia estar cansada. Fue tan facil como tirar a un nino. Oia los ruidos dentro del congelador, gritos, golpes, suplicas apagadas. Permaneci alli unos minutos apoyada en la tapa, escuchando sus chillidos. A continuacion fui a la casa de al lado a preparar una tetera. Los sonidos se fueron debilitando, y cuando cesaron fui a la despensa para dejarle salir. Estaba muerto. Yo solo queria asustarlo, pero ahora, si intento ser totalmente sincera – ?y quien de nosotros puede llegar a serlo?-, creo que me alegro ver que habia muerto.
»No siento pena por ninguna de mis victimas. Rhoda Gradwyn destruyo un talento genuino y causo dano y afliccion a personas vulnerables, y Robin Boyton era un tabano, un insignificante don nadie, ligeramente gracioso. No creo que nadie les eche de menos ni haya llorado su muerte.
»Esto es todo lo que tengo que decir, aparte de dejar claro que siempre actue completamente sola. No se lo dije a nadie, no consulte con nadie, no pedi a nadie ayuda, no involucre a nadie mas ni en las acciones ni en las posteriores mentiras. Morire sin arrepentimiento ni miedo. Dejare esta cinta donde este segura de que sera descubierta. Sharon contara su historia, y usted ya sospechaba la verdad. Espero que con ella todo vaya bien. En cuanto a mi, no tengo nada que temer ni esperar.»Dalgliesh apago la grabadora. Los tres se echaron hacia atras, y Kate reparo en que ella misma estaba respirando profundamente, como si estuviera recuperandose de una dura prueba. Entonces, sin decir nada, Dalgliesh llevo la cafetera a la mesa, y Benton la cogio, lleno las tres tazas y paso a los demas la leche y el azucar.
– Teniendo en cuenta lo que me conto Jeremy Coxon anoche -dijo Dalgliesh-, ?en que grado damos credibilidad a esta confesion?
Tras pensarlo unos instantes, fue Kate quien respondio:
– Sabemos que ella mato a la senorita Gradwyn, hay un hecho que lo demuestra por si solo. No dijimos a nadie de la Mansion que teniamos pruebas de que los guantes de latex habian sido cortados en trozos y arrojados al inodoro. Y esta muerte no fue un homicidio involuntario. Si solo quiere asustar a la victima, uno no va con guantes. Luego esta la agresion a Sharon. Eso no fue una simulacion. Tenia la intencion de matarla.
– ?Seguro? -dijo Dalgliesh-. Tengo mis dudas. Mato a Rhoda Gradwyn y a Robin Boyton y nos ha explicado los motivos. La cuestion es si el juez y el jurado, caso de haberlo, lo creeran.
– ?Importan los motivos ahora, senor? -dijo Benton-. Quiero decir que importarian si el caso llegara ante un tribunal. Los jurados quieren un motivo, nosotros tambien. Pero usted siempre ha dicho que las pruebas son las evidencias fisicas, los datos concretos, no los motivos. Los motivos pueden conservar siempre un halo de misterio. No podemos leer la mente de los demas. Candace Westhall nos ha abierto la suya. Puede parecer insuficiente, pero un motivo para asesinar siempre lo es. No entiendo por que hemos de impugnar lo que dice.
– No estoy proponiendo esto, Benton, al menos no de manera oficial. Ella ha hecho lo que en esencia es una confesion de articulo mortis, creible, respaldada por pruebas. Pero me cuesta creerla. El caso no ha sido precisamente un triunfo para nosotros. Ahora ha terminado, o habra terminado despues de las pesquisas judiciales. Se me ocurren varias cosas raras sobre su descripcion de la muerte de Boyton. Fijemonos, para empezar, en esa parte de la cinta.
Benton no pudo resistir la tentacion de interrumpir.
– ?Por que necesitaba volver a contarlo? Ya conociamos su declaracion acerca de las sospechas de Boyton y su decision de seguirle el juego.
– Es como si necesitara grabarlo en la cinta -dijo Kate-. Ademas dedica mas tiempo a describir como murio Boyton que al asesinato de Rhoda Gradwyn. ?Esta intentando desviar la atencion de algo mucho mas perjudicial que la ridicula sospecha de Boyton sobre el congelador?
– Creo que si -dijo Dalgliesh-. Ella habia decidido que nadie debia sospechar una falsificacion. Por eso para ella era vital que se encontrara la cinta. Si la dejaba en el coche o en un monton de ropa en la playa, habia riesgo de que se perdiera. De modo que se muere con la cinta apretada en el puno.