Luego, se encogio de hombros y miro a Peter.
– No hay pastillas para el Bombero esta noche -anuncio con frialdad-. No hay pastillas para el verdadero asesino, no ese asesino imaginario que estais buscando. El verdadero asesino eres tu. -Entrecerro los ojos-. No tenemos una pastilla para arreglar lo que a ti te pasa, Peter. Nada que pueda dejarte como nuevo. Nada que pueda reparar el dano que has hecho. Te iras a pesar de mis objeciones. Gulptilil y las personas importantes que vinieron a verte me desautorizaron. Un acuerdo fantastico. Te iras a un hospital estrambotico para seguir un tratamiento estrambotico para curar una enfermedad inexistente. Pero no hay ninguna pastilla, ningun tratamiento, ni ninguna clase de neurocirugia avanzada que pueda solucionar el problema real del Bombero: la arrogancia, la culpa. Y la memoria. Da lo mismo en quien te conviertas, porque siempre seras el mismo. Un asesino.
Peter permanecia inmovil.
– Antes pensaba que era mi hermano quien conservaria toda la vida las cicatrices de tu incendio -prosiguio Evans con una amargura glacial en cada palabra-. Pero me equivocaba. El se recuperara. Seguira haciendo cosas buenas c importantes. Pero tu jamas olvidaras, ?verdad? Eres el unico que estara marcado. Pesadillas, Peter. Pesadillas para siempre.
Dicho esto, el senor del Mal se volvio de golpe y regreso al puesto de enfermeria. Nadie le dirigio la palabra cuando recorrio la cola de pacientes, que tal vez no fueran conscientes de muchas cosas, pero reconocian el enfado cuando lo veian, y se apartaron con cuidado.
– Supongo que tiene razones para odiarme -dijo Peter, en contradiccion con la mirada fulminante que dirigio a Evans-. Lo que hice estuvo bien para unos y mal para otros. -Podria haber seguido con ese tema, pero no lo hizo. Se volvio hacia Francis-. ?Que querias decirme? -le pregunto.
Francis echo un vistazo alrededor para asegurarse de que no lo observaba nadie del personal, se escupio la capsula en la mano y se la metio en un bolsillo. Se sentia sacudido por emociones encontradas, sin saber muy bien que decir.
– Asi que te vas… -dijo por fin-. Pero ?y el angel?
– Esta noche lo atraparemos. Y si no, sera pronto. Hablame sobre las vistas de altas
– Estaba ahi. Lo se. Lo note…
– ?Que dijo?
– Nada.
– ?Que hizo, pues?
– Nada, pero…
– Entonces ?como puedes estar tan seguro, Pajarillo?
– Lo note, Peter. Estoy seguro. -Sus palabras expresaban una certeza que no se correspondia con la vacilacion en la voz.
– Eso no me sirve de mucho, Pajarillo -comento Peter y meneo la cabeza-. Pero deberiamos contarselo a Lucy.
Francis sintio una frustracion repentina, incluso cierto enfado. Peter no lo estaba escuchando. Todavia no lo habian escuchado, y se dio cuenta de que no lo escucharian nunca. Ellos querian perseguir algo solido y concreto. Pero, en un hospital psiquiatrico, tales cosas apenas existian.
– Ella se va. Tu te vas…
– Ya -asintio Peter-. Detesto dejarte aqui, pero si me quedo…
– Lucy y tu os ireis. Ambos saldreis. Yo nunca saldre.
– No sera tan malo. Estaras bien -lo animo Peter, pero incluso el sabia que eso era mentira.
– Yo tampoco quiero quedarme mas tiempo aqui -solto Francis con voz temblorosa.-Saldras -aseguro Peter-. Mira, Pajarillo, te prometo una cosa. Cuando haya terminado el programa al que me mandan y este limpio, te sacare de aqui. No se como, pero lo hare. No te dejare aqui.
Francis queria creerlo, pero no se atrevia a hacerlo. Penso que, en su breve vida, mucha gente le habia prometido y predicho cosas, y que muy pocas se habian cumplido. Atrapado entre las dos visiones del futuro, la que habia descrito Evans y la que Peter le prometia, no supo que pensar, pero si sabia que estaba mas cerca de una que de la otra.
– El angel, Peter -balbuceo-. ?Que pasa con el angel?
– Espero que esta noche sea la gran noche, Pajarillo. Es nuestra unica oportunidad. La ultima. Pero es un enfoque razonable y creo que funcionara.
Todas las voces interiores de Francis farfullaron a la vez. No sabia si prestarles atencion o prestar atencion a Peter, que le resumia el plan para esa noche, pero su amigo parecia no querer que Francis conociera demasiados detalles, como si intentara mantenerlo alejado del centro de la accion.
– ?Lucy sera el blanco? -pregunto Francis.
– Si y no. Estara ahi y sera el anzuelo. Pero nada mas. No le pasara nada. Esta todo previsto. Los hermanos Moses la cubriran por un lado y yo estare en el otro.
Francis penso que no resultaria. Dudo un instante. El tenia muchas cosas que decir.
Entonces, Peter se inclino para que solo Francis pudiera oir sus palabras:
– ?Que te preocupa, Pajarillo?
El joven se froto las manos, como un hombre que trata de quitarse algo pegajoso de los dedos.
– No estoy seguro -mintio, porque si lo estaba. Queria dotar su voz de fuerza y de conviccion, pero al hablar cada palabra le sono cargada de debilidad-. Lo note. Fue la misma sensacion que tuve cuando me amenazo, la noche que mato a Bailarin con la almohada. Y lo mismo que note cuando vi a Cleo colgada…
– Cleo se ahorco.
– El estuvo ahi.
– Ella se suicido.
– ?El estuvo ahi! -repitio Francis con toda la firmeza de que fue capaz.
– ?Por que lo crees?
– Le mutilo la mano. No fue Cleo. El pulgar habia sido movido de sitio, no pudo caer donde fue encontrado. No habia tijeras ni ningun cuchillo. Solo habia sangre en el hueco de la escalera, y en ninguna otra parte, de modo que fue ahi donde tuvo que ser seccionado el pulgar. Ella no lo hizo. Fue el.
– Pero ?por que?
Francis se toco la frente. Creia tener fiebre. Sentia una sensacion de calor, como si el sol hubiera quemado de algun modo el mundo que lo rodeaba.
– Para relacionar las dos cosas. Para mostrarnos que esta en todas partes. No lo se muy bien, Peter, pero era un mensaje y no lo hemos entendido.
Peter lo observo con atencion, dubitativo. Era como si creyera pero no creyera en lo que Francis decia.
– ?Y la vista de altas? ?Dijiste que notaste su presencia? -Las palabras de Peter rezumaban escepticismo.
– El angel necesita poder ir y venir a su antojo. Necesita acceso tanto al mundo del hospital como al exterior.
– ?Por que?
– Le proporciona poder y seguridad -respondio Francis.
Peter asintio y se encogio de hombros.
– Tal vez. Pero, al fin y al cabo, es solo un asesino con una predileccion especial por cierto tipo de cuerpo y peinado, con una propension a la mutilacion. Supongo que Gulptilil o algun psiquiatra forense podria dedicarse a especular sobre sus motivos, tal vez elaborar alguna teoria sobre como el angel fue maltratado de nino, pero eso no es lo importante. Si lo piensas bien, solo es un hombre malvado que actua malvadamente, y yo creo que esta noche lo atraparemos porque es compulsivo y no podra resistirse a la trampa que le hemos tendido. Quiza deberiamos haberlo hecho desde el principio, en lugar de perder el tiempo con interrogatorios y expedientes. De un modo u otro, mordera el anzuelo.
Francis quiso compartir la confianza de Peter, pero no pudo.
– Supongo que todo lo que dices es verdad -repuso-. Pero supon que no. Supon que no es lo que Lucy y tu pensais. Supon que todo lo que ha pasado hasta ahora es otra cosa.
– Me he perdido, Pajarillo.
Francis trago saliva. Tenia la garganta reseca y apenas logro articular un susurro.
– No se, no se… Pero todo lo que Lucy y tu habeis hecho es lo que el esperaria…