suelo habia unos cuantos recipientes de plastico para las pastillas. Ademas, el macizo telefono negro de las enfermeras estaba descolgado. Peter senalo ambas cosas, como habia hecho antes cuando examinaba el trastero. Despues puso el auricular en su sitio. Acto seguido, volvio a levantarlo para obtener linea y pulso el cero para hablar con la seguridad del hospital.

– ?Seguridad? Ha habido un incidente en Amherst -anuncio-. Sera mejor que vengan deprisa.

Colgo de golpe y espero de nuevo el tono de linea. Esta vez marco el numero de la policia.

– Buenas noches -dijo con calma un momento despues-. Llamo para informarles de que se ha cometido un homicidio en el edificio Amherst del Hospital Estatal Western, en la zona adyacente al puesto de enfermeria de la planta baja. -Hizo una pausa y anadio-: No, no voy a darle mi nombre. Le he dicho todo lo que necesita saber en este momento: el tipo de incidente y la ubicacion. El resto les resultara evidente cuando lleguen aqui. Necesitaran miembros de la policia cientifica, detectives y el juez de instruccion del condado. Y creo que deberian darse prisa.

Colgo, se volvio hacia mi y, con cierta ironia y quizas algo mas que interes, afirmo:

– Las cosas se van a poner muy emocionantes.

Eso es lo que recuerdo. En la pared, escribi:

Francis no tenia idea del alcance del caos que iba a desencadenarse como un trueno al final de una calurosa tarde de verano…

Francis no tenia idea del alcance del caos que iba a desencadenarse como un trueno al final de una calurosa tarde de verano. Lo mas cerca que habia estado de un crimen hasta entonces habia sido cuando todas sus voces le habian gritado al unisono y su mundo se habia vuelto patas arriba, y habia estallado y amenazado a sus padres y hermanas, y finalmente a si mismo, con el cuchillo de cocina, lo que lo habia llevado al hospital. Trato de pensar en lo que habia visto y en su significado. Fue consciente de que sus voces hablaban de un modo apagado pero nervioso. Palabras, todas ellas, de miedo. Echo un vistazo a su alrededor con los ojos desorbitados y se pregunto si no deberia regresar a la cama y esperar, pero no podia moverse. Los musculos parecian agarrotados y se sintio como alguien atrapado en una fuerte corriente, arrastrado de modo inexorable. Peter y el esperaron en el puesto de enfermeria y, a los pocos segundos, oyeron pasos apresurados y llaves en la puerta principal. Pasado un instante, la puerta se abrio y dos guardias de seguridad irrumpieron en la planta. Ambos llevaban una linterna y una larga porra negra. Vestian uniformes de un gris niebla. Recortados un instante contra el umbral, los dos hombres parecieron fundirse con la tenue luz del pasillo. Se acercaron deprisa hacia ellos.

– ?Por que estais fuera del dormitorio? -pregunto el primer guardia al tiempo que blandia la porra-. No deberiais estar aqui -anadio de forma innecesaria, antes de preguntar-: ?Donde esta la enfermera?

El otro guardia se habia situado en una posicion de apoyo, preparado para intervenir si Francis y Peter el Bombero creaban problemas.

– ?Habeis llamado vosotros a seguridad? -pregunto con brusquedad. Y a continuacion repitio la misma pregunta que su companero-: ?Donde esta la enfermera?

– Ahi-contesto Peter, y senalo el trastero con el pulgar.

El primer guardia, un hombre corpulento con la cabeza rapada como los marines y una papada que le colgaba en pliegues adiposos sobre un cuello de camisa demasiado ajustado, apunto a Francis y Peter con la porra.

– No os movais, ?entendido? -Se volvio hacia su companero y le instruyo-: Si intentan alguna jugarreta, dales cana.

Su companero, un hombre enjuto y menudo con una sonrisa torcida, saco del cinturon una lata de spray defensivo Mace. El fornido se marcho con rapidez pasillo adelante, resollando un poco. Llevaba una linterna en la mano izquierda y la porra en la derecha. El haz de luz dibujaba rodajas que se movian por el pasillo gris a medida que el avanzaba. Francis vio que abria la puerta del trastero con brusquedad.

Se quedo un instante inmovil con la mandibula desencajada. Luego, solto un grunido y retrocedio tambaleante unos segundos despues de que la linterna iluminara el cadaver de la enfermera.

– ?Dios mio! -exclamo y, casi con la misma rapidez, entro en el trastero. Desde donde estaban, vieron como ponia la mano en el hombro de Rubita y la giraba para intentar buscarle el pulso.

– No haga eso -advirtio Peter en voz baja-. Esta destruyendo pruebas.

El guardia menudo habia palidecido, aunque todavia no habia visto del todo el alcance de la tragedia.

– ?Callaos, pirados de mierda! -ordeno con voz chillona y llena de ansiedad-. ?Callaos!

El corpulento retrocedio de nuevo y se volvio con los ojos desorbitados hacia Francis y Peter. Mascullaba juramentos.

– ?No os movais! ?Quietos los dos, joder! -ordeno con furia.

Al acercarse hacia ellos, resbalo en uno de los charcos de sangre que Peter habia esquivado con tanto cuidado. Luego, agarro a Francis por el brazo y le dio la vuelta para estamparle la cara contra la rejilla metalica del puesto de enfermeria. Casi en el mismo movimiento, le golpeo las corvas con la porra, lo que le hizo tambalearse y caer de rodillas. Un dolor parecido a una explosion de fosforo blanco le nublo la vista, y solto un grito ahogado antes de inspirar un aire que parecia cargado de agujas. Vio borroso un momento y creyo que iba a perder el conocimiento. Pero cuando recupero el aliento, el impacto del golpe se desvanecio y dejo un mero dolor sordo y punzante. El guardia menudo siguio el ejemplo de su companero: giro a Peter y le atizo con la porra en los rinones, lo que tuvo el mismo efecto, de modo que cayo de rodillas y resollando. Los esposaron a ambos de inmediato y los tumbaron en el suelo. Francis noto el olor desagradable del desinfectante que se usaba para fregar el pasillo.

– Pirados de mierda -repitio el guardia menudo, y entro en el puesto de enfermeria. Marco un numero, espero un momento y dijo-: Doctor, soy Maxwell, de seguridad. Tenemos un problema grave en Amherst. Deberia venir enseguida. -Dudo un instante y anuncio, sin duda como respuesta a una pregunta-: Un par de pacientes han matado a una enfermera.

– ?Oiga! -se quejo Francis-. Nosotros no hemos… -Pero su desmentido se vio interrumpido por una patada que el guardia corpulento le arreo en el muslo. Guardo silencio y se mordio el labio. Tal como estaba, no podia ver a Peter. Queria girarse en esa direccion, pero no deseaba recibir otra patada, asi que no se movio.

Y entonces se oyo una sirena que rasgaba la noche y aumentaba de volumen a cada segundo. Era atronadora cuando se detuvo frente a Amherst y se desvanecio como un mal pensamiento.

– ?Quien ha llamado a la policia? -pregunto el guardia menudo.

– Nosotros -respondio Peter.

– Mierda -dijo el guardia, y dio un segundo puntapie a Francis. Se dispuso a atizarlo de nuevo, y Francis se preparo para el dolor, pero no termino el movimiento.

– ?Oye! -exclamo en cambio-. ?Se puede saber que cono estais haciendo!

Francis logro girar un poco la cabeza y vio que Napoleon y un par de hombres mas del dormitorio habian abierto la puerta y permanecian vacilantes en el umbral, sin saber si podian salir al pasillo. La sirena debia de haber despertado a todo el mundo. En ese mismo momento, alguien acciono el interruptor principal y el pasillo se ilumino por completo. En el ala sur del edificio se oian gemidos agudos y golpes en la puerta del dormitorio de las mujeres, que resistia el embate, pero el ruido era como el toque de un bombo que retumbaba en el pasillo.

– ?Maldita sea! -grito el guardia con el corte de pelo a lo marine-. ?Tu! -Senalo con la porra a Napoleon y los demas hombres indecisos-. ?Volved dentro! ?Vamos!

Corrio hacia ellos con el brazo extendido como un guardia urbano que diera instrucciones a la vez que blandia la porra. Los hombres retrocedieron asustados y el guardia cerro la puerta con llave. A continuacion, se volvio y volvio a resbalar en una de las manchas de sangre que habia en el pasillo. Los golpes en la puerta del ala de las mujeres aumentaban de intensidad, y Francis oyo dos voces nuevas a sus espaldas.

– ?Que demonios esta pasando aqui?

– ?Que ocurre?

Se giro, y vio, mas alla de donde Peter estaba tumbado en el suelo, a dos policias de uniforme. Uno de ellos alargo la mano hacia su arma, aunque solo para abrir el cierre de la pistolera.

– ?Nos han avisado de un homicidio? -pregunto uno de los policias. Pero no espero respuesta, ya que debio de ver parte de la sangre del pasillo, y avanzo hacia el trastero.

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