despistados, alterados o descentrados.

– Tu ni siquiera eras demasiado peculiar, Peter.

– ?Un bombero que provoca un incendio en la iglesia donde lo bautizaron? - pregunto tras soltar una breve carcajada-. ?Como llamarias tu a eso? Al menos, un poco extrano, ?no? Algo mas que curioso, ?no te parece?

No conteste y me limite a observar como se movia por el piso. Aunque no estuviera realmente ahi, estaba bien tener compania.

– ?Sabes que me preocupaba a veces, Pajarillo?

– ?Que?

– Hubo muchos momentos en mi vida que deberian haberme vuelto loco. Me refiero a momentos verdaderamente terribles que deberian haber contribuido a la locura. Momentos de crecimiento. Momentos de guerra. Momentos de muerte. Momentos de rabia. Y, aun asi, el que parecio tener mas sentido, el que resulto mas claro, fue el que me llevo al hospital.

Hizo una pausa mientras seguia examinando la pared. Luego anadio en voz baja:

– Mi hermano murio cuando yo apenas tenia nueve anos. Era el mas proximo a mi en cuanto a edad, solo un ano mayor; gemelos irlandeses, como decia en broma la familia. Pero tenia el cabello mas rubio que yo y su piel era casi palida, como mas fina que la mia. Y yo podia correr, saltar, practicar deportes, estar fuera todo el dia, mientras que el apenas podia respirar. Asma, problemas cardiacos y unos rinones que casi no le funcionaban. Dios queria que fuera especial de ese modo, o eso me decian. Yo no alcanzaba a entender por que Dios habia decidido eso. Y ahi estabamos, con nueve y diez anos, y ambos sabiamos que el se moria y nos daba lo mismo, seguiamos riendo y bromeando, y teniendo todos los pequenos secretos que tienen los hermanos. El dia que lo llevaron por ultima vez al hospital, me dijo que yo tendria que existir por ambos. Deseaba con todas mis fuerzas ayudarlo. Dije a mi madre que los medicos podian ponerle a Billy mi pulmon derecho y mi corazon, y darme a mi los suyos para tenerlos intercambiados un tiempo. Pero no lo hicieron, claro.

Escuche a Peter sin interrumpirlo. Mientras hablaba, se acercaba a la pared donde yo habia empezado a escribir nuestra historia, pero no leia las palabras garabateadas sino que contaba la suya. Dio una calada al cigarrillo y siguio hablando despacio.

– ? Te habia contado lo del explorador al que mataron en Vietnam?

– Si, Peter.

– Deberias incluirlo en lo que escribes. Lo del explorador y lo de mi hermano que murio de nino. Creo que forman parte de la misma historia.

– Tendre que contarles tambien lo de tu sobrino y lo del incendio.

– Sabia que lo harias -asintio-. Pero aun no. Hablales sobre el explorador. ?Sabes que recuerdo mas de ese dia? Que hacia muchisimo calor. No un calor como el que tu, yo o cualquiera que haya crecido en Nueva Inglaterra conocemos. Nosotros conocemos el calor de agosto, cuando es abrasador y bajamos a banarnos al puerto. Aquel era un calor terrible, enfermizo, que parecia venenoso. Serpenteabamos entre los arbustos enfila india y el sol brillaba con fuerza. Era como si la mochila que llevaba a la espalda contuviera todo lo que necesitaba y ademas todas mis preocupaciones. Los francotiradores de los malos seguian una norma sencilla, ?sabes? Disparar al explorador, que iba delante, y derribarlo. Herirlo, si se podia. Apuntar a las piernas, no a la cabeza. Al oir el disparo, todos los demas se pondrian a cubierto, excepto el sanitario, y ese era yo. El sanitario iria hacia el hombre herido. Siempre. Al entrenarnos, nos decian que no arriesgaramos la vida a lo loco, ?sabes? Pero siempre ibamos. Y entonces el francotirador intentaba derribar al sanitario, porque de el dependian todos los hombres de la seccion, y eso los haria salir a todos al descubierto para intentar acercarse a el. Un proceso de lo mas elemental. Como un solo disparo te da la oportunidad de matar a muchos. Y eso es lo que paso aquel dia: dispararon al explorador, y oi que me llamaba. Pero el oficial al mando y dos hombres mas me retuvieron. Me quedaban menos de dos semanas de servicio. Asi que escuchamos como el explorador moria desangrado. Y asi fue como se informo despues al cuartel general, para que pareciera inevitable. Pero no era cierto. Me retuvieron y yo forcejee, me queje y suplique, pero todo el rato sabia que si queria podria soltarme y acercarme a el. Solo tenia que forcejear un poco mas. Y eso era lo que no iba a hacer. Dar ese tiron de mas. De modo que interpretamos esa pequena farsa en la selva mientras un hombre moria. Era el tipo de situacion en que lo correcto es mortal. No fui, y nadie me culpo, y vivi y volvi a mi casa en Dorchester, y el explorador murio. Ni siquiera lo conocia demasiado. Llevaba menos de un mes en nuestra seccion. Quiero decir que no fue como escuchar morir a un amigo. Solo era alguien que estaba ahi y grito pidiendo ayuda, y lo siguio haciendo hasta que ya no pudo hacerlo porque estaba muerto.

– Podria no haber sobrevivido aunque hubieras llegado a su lado.

– Si, claro -asintio Peter, sonriente-. Yo tambien me he dicho eso. -Suspiro-. Toda la vida he tenido pesadillas sobre personas que gritaban pidiendo ayuda. Y yo no acudia.

– Pero te hiciste bombero…

– La mejor forma de hacer penitencia, Pajarillo. Todo el mundo quiere a los bomberos.

Y a continuacion desaparecio despacio de mi lado. Me acorde de que no tuvimos ocasion de hablar hasta media manana. El edificio Amherst estaba lleno de una luz solar que rasgaba el denso olor que habia dejado la muerte violenta. Las paredes blancas parecian brillar con intensidad. Los pacientes deambulaban de un lado a otro, arrastrando los pies y tambaleandose como de costumbre, solo que con mas cautela. Nos moviamos con precaucion porque todos nosotros, incluso en nuestra locura, sabiamos que habia ocurrido algo y presentiamos que aun iba a ocurrir algo mas. Eche un vistazo alrededor y encontre el lapiz.

Francis no tuvo ocasion de hablar con Peter hasta media manana. Un enganoso y deslumbrante sol de primavera entraba por las ventanas y enviaba explosiones de luz por los pasillos, reflejadas en un suelo del que se habian limpiado todos los signos externos del crimen. Pero un residuo de la muerte permanecia en el aire viciado del hospital; los pacientes se movian a solas o en grupos reducidos, y evitaban en silencio los sitios donde la muerte habia dejado sus huellas. Nadie pisaba los sitios donde se habia encharcado la sangre de la enfermera. Todo el mundo evitaba el trastero, como si acercarse al escenario del crimen pudiera contagiarles de algun modo parte de su maldad. Las voces sonaban apagadas, la conversacion amortiguada. Los pacientes se movian mas despacio, como si el hospital se hubiera convertido en una iglesia. Hasta los delirios que aquejaban a tantos de ellos parecian aplacados, como si, por una vez, cedieran el protagonismo a una locura mas real y aterradora.

Peter, sin embargo, habia tomado posiciones en el pasillo, donde estaba apoyado contra la pared con la mirada fija en el trastero. De vez en cuando, media con los ojos la distancia entre el punto donde se habia encontrado el cadaver y el sitio donde Rubita habia sido atacada primero, junto a la tela metalica que cercaba el puesto de enfermeria en medio del pasillo.

Francis se acerco despacio a el.

– ?Que pasa? -le pregunto en voz baja.

El Bombero apreto la boca con gesto de concentracion.

– Dime, Pajarillo, ?te parece logico todo esto?

Francis fue a contestar, pero dudo. Se apoyo contra la pared al lado del Bombero y empezo a mirar en la misma direccion.

– Es como leer primero el ultimo capitulo de un libro -aseguro pasado un momento.

– ?Y eso? -repuso Peter con una sonrisa.

– Esta todo invertido -explico Francis-. No como en un espejo, sino como si nos contaran la conclusion pero no como llegamos a ella.

– Sigue.

Francis noto una especie de energia mientras le daba vueltas a lo que habia visto la noche anterior. Podia oir un coro de asentimiento y de animo en su interior.

– Algunas cosas me preocupan de verdad -afirmo-. Cosas que no entiendo.

– Cuentame algunas de esas cosas -pidio Peter.

– Bueno, Larguirucho, para empezar. ?Por que querria matar a Rubita?

– Creia que era la encarnacion del mal. Intento atacarla en el comedor.

– Si, y le pusieron una inyeccion, lo que deberia haberlo calmado.

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