asomo a la voz-, necesitare que alguien intente descubrirlo desde dentro. -Dirigio la mirada a Francis-. Porque creo que ha previsto mi llegada. Y tambien creo que su conducta, cuando sepa que estoy tras su rastro, cambiara. Necesitare a alguien que pueda detectar eso.
– ?A que se refiere con que la ha previsto? -quiso saber Tomapastillas.
– Creo que la persona que mato a la joven enfermera lo hizo de ese modo porque sabia dos cosas: que podrian culpar con facilidad a otra persona, en este caso ese tal Larguirucho, y que, aun asi, alguien como yo vendria a buscarlo.
– ?Perdon?
– Tenia que saber que quienes investigamos sus crimenes vendriamos aqui.
Esta revelacion provoco otro breve silencio en la habitacion.
Lucy fijo los ojos en Francis y Peter para examinarlos con una mirada distante. Penso que podria haber encontrado ayudantes mucho peores, aunque le preocupaba la volatilidad de uno y la fragilidad del otro. Tambien miro a los hermanos Moses, apostados al otro lado de la habitacion. Supuso que tambien podria incorporarlos a su plan, aunque no estaba segura de poder controlarlos tan bien como a los pacientes.
Gulptilil meneo la cabeza y hablo.
– Creo que atribuye a este individuo, del que todavia no estoy seguro de su existencia, una sofisticacion criminal que supera lo que razonablemente cabria esperar. Si quieres cometer un crimen que quede impune, ?por que invitas a alguien a buscarte? Con eso solo aumentas las posibilidades de ser capturado.
– Porque para el matar es solo una pequena parte de la aventura. Por lo menos, eso creo yo. -No anadio nada mas porque no queria que le preguntaran sobre los demas elementos de lo que habia llamado la aventura.
Francis fue consciente de que se habia producido un momento de cierta profundidad. Notaba unas fuertes vibraciones en la habitacion y, por un instante, tuvo la sensacion de que le tiraban al agua donde no hacia pie. Movio los pies sin darse cuenta, como un nadador entre las olas buscando el fondo.
Sabia que Tomapastillas deseaba la presencia de la fiscal tanto como la del asesino. Por muy locos que estuvieran todos, el hospital seguia siendo una burocracia, y dependia de chupatintas de la administracion estatal. Nadie que deba su medio de vida a la chirriante maquinaria oficial desea algo que, de un modo u otro, acabara agitando el avispero. Francis vio como el medico se removia en su silla mientras intentaba imaginarse lo que podia convertirse en un espinoso matorral politico. Si Lucy Jones tenia razon y Gulptilil le negaba el acceso a las historias clinicas, se expondria a todo tipo de desastres en caso de que el asesino volviese a matar y llegase a oidos de la prensa.
Francis sonrio. Le alegraba no estar en la piel del director. Mientras Gulptilil consideraba la dificil encrucijada en que se encontraba, Francis miro a Peter el Bombero. Parecia nervioso, electrizado, como si lo hubieran enchufado a algo. Hablo con absoluta conviccion:
– Doctor Gulptilil, si hace lo que sugiere la senorita Jones y ella consigue atrapar al asesino, sera usted quien se lleve practicamente todo el merito. Si ella y quienes la ayudemos fracasamos, la responsabilidad sera de la fiscal. Recaera en sus hombros y en los de los chiflados que intentaron ayudarla.
Tras valorar esas palabras, el medico asintio.
– Puede que asi sea, Peter. -Tosio un par de veces mientras hablaba-. Quiza no sea del todo justo, pero creo que tienes razon. -Echo un vistazo a los reunidos-. Esto es lo que voy a permitir -dijo por fin-. Senorita Jones, tendra acceso a las historias que necesite, siempre que se respete la confidencialidad de los pacientes. Tambien podra interrogar a las personas que considere sospechas. Yo mismo, o el senor Evans, estaremos presentes en los interrogatorios. Es cuestion de justicia. Los pacientes, incluso aquellos sospechosos de cometer delitos, tienen sus derechos. Y si alguno de ellos pone objeciones a que usted le interrogue, no le obligare. O, a la inversa, le aconsejare la presencia de un abogado. Cualquier decision medica que pueda plantearse a raiz de esas conversaciones debera proceder del personal competente. ?Le parece bien?
– Por supuesto, doctor -respondio Lucy, un poco deprisa.
– Y le suplico que proceda con rapidez -anadio el medico-. Aunque muchos pacientes, de hecho la mayoria, son cronicos, con pocas probabilidades de abandonar el hospital sin anos de atencion, una parte considerable de los demas llega a estabilizarse, se medica y se le autoriza a volver a su casa con su familia. No se en cual de estas categorias se encuentra su sospechoso, aunque tengo mis sospechas.
De nuevo, Lucy asintio.
– Dicho de otro modo -dijo el medico-, no hay forma de saber si seguira aqui ahora que ha llegado usted. Pero no voy a impedir que se de de alta a pacientes cualificados para ello solo porque usted este buscando a su hombre. ?Lo comprende? Las decisiones diarias del centro no se veran afectadas.
Lucy asintio otra vez.
– Y en cuanto a contar con la ayuda de otros pacientes en sus… indagaciones -dijo tras dirigir una cenuda mirada a Peter y Francis-. Bueno, no puedo aprobarlo de modo oficial, incluso aunque le viese alguna utilidad. Pero puede hacer lo que quiera, informalmente, por supuesto. No se lo impedire. Sin embargo, no puedo conceder a estos pacientes ningun estatus especial ni ninguna autoridad, ?comprende?. Tampoco pueden alterar su tratamiento de ningun modo. -Miro al Bombero, hizo una pausa, y observo a Francis-. Estos dos senores tienen diferentes estatus como pacientes -explico-. Y las circunstancias que los trajeron aqui y los parametros de su estancia tambien son distintos. Eso podria provocarle algunos problemas, si espera contar con su ayuda.
Lucy hizo un gesto con la mano, como para preceder a un comentario, pero se detuvo. Cuando por fin hablo, lo hizo con una solemnidad que parecio cerrar el acuerdo.
– Por supuesto. Lo comprendo totalmente.
Se produjo entonces otro breve silencio, antes de que Lucy Jones prosiguiera.
– Huelga decir que el motivo de mi presencia aqui, y lo que espero conseguir y como, han de ser confidenciales.
– Desde luego. ?Cree que me gustaria anunciar que un asesino anda suelto por el hospital? -replico Gulptilil-. Eso provocaria el panico y, en algunos casos, podria frustrar anos de tratamiento. Debe llevar su investigacion con la mayor discrecion, aunque me temo que habra rumores y especulaciones. Su sola presencia los suscitara. Hacer preguntas generara incertidumbre. Es inevitable. Ademas, parte del personal tendra que estar informado, en mayor o menor medida. Me temo que tambien eso es inevitable, y no se como pueda afectar a sus indagaciones. Aun asi, le deseo suerte. Y pondre tambien a su disposicion una de las salas de terapia, cercana al escenario del crimen, para que efectue los interrogatorios que considere necesarios. Solo tiene que avisarnos al senor Evans o a mi desde el puesto de enfermeria antes de interrogar a nadie. ?Le parece bien?
– Si -asintio Lucy-. Gracias, doctor. Comprendo su preocupacion y me esforzare por ser discreta. -Hizo una pausa porque sabia que no pasaria demasiado tiempo antes de que todo el hospital, o por lo menos aquellos que mantuvieran cierto contacto con la realidad, supiera por que estaba ahi. Y eso imprimia mas urgencia a su trabajo-. Aunque solo sea por comodidad -anadio-, considero necesario instalarme en el hospital durante mis investigaciones.
El medico lo considero un momento y esbozo una fugaz sonrisita desagradable. Francis tuvo la impresion de que solo el la habia visto.
– Claro -respondio-. Hay una habitacion libre en la residencia de enfermeras en practicas.
Francis se dio cuenta de que no era necesario que el medico mencionara quien habia sido su anterior ocupante.
Noticiero estaba en el pasillo del edificio Amherst cuando regresaron. Sonrio al verlos.
– Nuevo acuerdo sindical del profesorado de Holyoke -anuncio-. Springfield Union-News, pagina B-l. Hola, Pajarillo, ?que estas haciendo? Los Sox jugaran contra los Yankees con dudas sobre el lanzador, Boston Globe, pagina D-l. ?Vas a ver al senor del Mal? Te estaba buscando y no parecia muy contento. ?Quien es tu amiga? Es muy bonita y me gustaria conocerla.
Noticiero saludo con la mano y dirigio una sonrisa timida a Lucy. A continuacion, abrio el periodico que llevaba bajo el brazo y se marcho por el pasillo haciendo eses, con los ojos puestos en las palabras impresas, concentrado en memorizarlas. Paso junto a un par de hombres, uno anciano y otro de mediana edad, vestidos con pijamas holgados del hospital, que no parecian haberse peinado en la ultima decada. Ambos ocupaban la parte central del pasillo, a poca distancia entre si, y hablaban en voz baja. Daba la impresion de que conversaban, hasta que se les miraba a los ojos y se veia que cada uno de ellos hablaba solo, ajeno a la presencia del otro. Francis