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Fue Peter quien sugirio que Lucy procediera en dos direcciones distintas. La primera era no dejar de interrogar a los pacientes. Dijo que era fundamental que nadie, ni los pacientes ni el personal, supieran que habian encontrado una prueba, porque todavia no tenian claro que significaba ni hacia donde senalaba. Pero si se sabia la noticia, perderian el control de la situacion. Comento a Lucy que era una consecuencia del mundo inestable del hospital psiquiatrico. Era imposible prever que intranquilidad, incluso panico, provocaria en las fragiles personalidades de los pacientes. Eso significaba, entre otras cosas, que habia que dejar la camiseta ensangrentada donde estaba, que no debia involucrarse a ningun organismo externo, en especial la policia local que habia detenido a Larguirucho, aunque se arriesgaran a perder la prueba. Y anadio que la gente del edificio Amherst estaba empezando a acostumbrarse al flujo regular de pacientes que llegaban de los demas edificios acompanados de Negro Grande para que Lucy los interrogara, y podria aprovechar esa rutina a su favor. La segunda sugerencia de Peter era mas dificil de llevar a la practica.
– Tenemos que lograr que ese hombre y sus cosas sean trasladados a Amherst -indico a Lucy-. Y hacerlo de un modo que el cambio no llame mucho la atencion.
Lucy estuvo de acuerdo. Estaban en el pasillo, en medio del ir y venir de pacientes durante la tarde, cuando habia los grupos de terapia y las clases de arte. La neblina habitual de humo de cigarrillo flotaba en el aire y el repiqueteo de los pies se mezclaba con el murmullo de las voces. Peter, Lucy y Francis parecian las unicas personas que no se movian, como piedras en los rapidos de un rio, mientras la actividad rebosaba a su alrededor.
– Muy bien -dijo Lucy-, tiene sentido. Pero ?y que mas?
– No se -respondio Peter-. Es el unico sospechoso que tenemos y Pajarillo no cree que sea el verdadero, una observacion que yo suscribo. Pero tendremos que averiguar que relacion tiene con todo lo demas. Y la unica forma de conseguirlo…
– … es tenerlo lo bastante cerca para observarlo. Si. Eso tambien tiene sentido -concluyo Lucy, y arqueo una ceja como si se le hubiera ocurrido algo-. Hare algunos preparativos.
– Pero con discrecion -aconsejo Peter-. Que nadie lo sepa.
– Descuida -sonrio Lucy-. Ser fiscal consiste en hacer que las cosas ocurran de la forma que tu quieres. -Y, anadio-: Bueno, mas o menos.
Vio que los hermanos Moses se acercaban por el pasillo. Los llamo con un gesto.
– Senores, creo que tenemos que volver a encarrilar la investigacion. ?Podria hablar con ustedes antes de que el senor Evans vuelva?
– Esta hablando con el gran jefe -dijo Negro Chico. Se volvio hacia Peter y le hizo un gesto inquisitivo.
Peter asintio.
– Se lo he contado -le informo-. ?Sabe alguien mas…?
– Se lo dije a mi hermano -respondio Negro Chico-. Pero nada mas.
– No me parece que sea el hombre que estamos buscando -intervino Negro Grande, impasible-. Ese apenas puede comer solo. Le gusta sentarse y jugar con munecas, ver la television. No me parece un asesino, a no ser que lo irrites tanto que se descontrole del todo. El chico es fuerte. Y no sabe cuanto.
– Francis opina mas o menos lo mismo -comento Peter.
– Pajarillo tiene intuicion-sonrio Negro Grande.
– Bien, no se dice nada a nadie, ?vale? -tercio Lucy-. Intentemos mantenerlo asi.
Negro Chico se encogio de hombros.
– Lo intentaremos -aseguro-. Otra cosa. Pajarillo, Tomapastillas quiere verte ahora. -El auxiliar se volvio hacia Peter-. A ti vendre a buscarte de aqui a un rato.
– ?Tu crees que…? -empezo Peter un poco intrigado, pero los auxiliares sacudieron la cabeza.
– No especulemos -pidio Negro Chico-. Todavia no. Mientras su hermano acompanaba a Francis al despacho del doctor Gulptilil, Negro Chico siguio a Peter y Lucy al despacho de esta. La fiscal se dirigio a la caja con los expedientes y tomo de lo alto del monton el del hombreton retrasado. Luego repaso con rapidez su lista de posibles sospechosos hasta encontrar el que creia que serviria para sus propositos.
– Este es el hombre con el que quiero hablar a continuacion -dijo a Negro Chico ensenandole otro expediente.
– Lo conozco -asintio el auxiliar al ver quien era-. Un cabron con el genio muy vivo. Perdone, senorita Jones, pero he tenido algun que otro roce con el. Es un alborotador.
– Tanto mejor para lo que tengo en mente.
Negro Chico la miro socarronamente y Peter se dejo caer en la silla, sonriente.
– Parece que la senorita Jones tiene una idea -dijo.
Lucy tomo un lapiz y lo hizo rodar entre las palmas mientras examinaba el expediente del paciente. El hombre en cuestion era un habitual y habia pasado gran parte de su vida en la carcel por agresiones, robos y violaciones de domicilio, y en varios centros psiquiatricos, dado que se quejaba de alucinaciones auditivas y rabias maniacas. Lucy sospecho que algunas de ellas eran inventadas. Lo mas real quizas era que poseia cualidades manipuladoras psicopaticas y una rabia explosiva, y eso era perfecto para lo que ella tenia en mente.
– ?Que clase de problemas ha creado? -le pregunto a Negro Chico.
– Siempre quiere extralimitarse, ?sabe a que me refiero? Le pides que vaya hacia un lado y va hacia el otro. Le dices que se quede aqui y aparece alli. Intentas empujarlo un poco, grita que lo estas golpeando y presenta una queja formal al gran jefe. Tambien le gusta molestar a los demas pacientes. Siempre esta fastidiando a alguien. Creo que roba cosas a los demas. No merece llamarse hombre, si quiere saber mi opinion.
– Bueno, veamos si podemos lograr que haga lo que quiero -comento Lucy.
No estaba dispuesta a explicar nada mas, aunque observo que Peter se relajaba en la silla, como si percibiera algo de lo que ella habia planeado. Lucy penso que era una cualidad suya que seguramente acabaria admirando. Entonces se dio cuenta de que habia observado en Peter varias cualidades que estaba empezando a admirar, lo que aumentaba aun mas su curiosidad por saber por que estaba alli y por que habia hecho lo que habia hecho.
La senorita Deliciosa se encargo de Francis en cuanto Negro Grande lo condujo al despacho del director medico. Como siempre, la secretaria fruncia el entrecejo con antipatia, como para senalar que cualquier alteracion de la rutina diaria establecida gracias a su ferrea organizacion era algo que la molestaba personalmente. Dijo a Negro Grande que se reuniera con su hermano en el edificio Williams.
– Llegas tarde. Date prisa -ordeno a Francis mientras medio lo empujaba hacia la puerta del despacho.
Tomapastillas estaba de pie junto a la ventana, contemplando uno de los patios interiores. Francis se acerco a una silla delante de la mesa del medico y miro por la misma ventana para intentar averiguar que le resultaba tan interesante. Se percato de que las unicas veces que miraba por una ventana sin barrotes o sin rejilla eran en el despacho del director medico. Alli el mundo parecia mucho mas benevolo de lo que era.
– Un bonito dia, Francis, ?no crees? -El medico se volvio de golpe-. La primavera parece haber llegado con fuerza.
– A nosotros a veces nos cuesta notar el cambio de estacion -comento Francis-. Las ventanas estan muy sucias. Si las limpiaran, seguro que mejoraria el humor de la gente.
– Buena sugerencia, Francis -asintio Gulptilil-. Y demuestra cierta perspicacia. Lo mencionare a los encargados del edificio y los terrenos para ver si pueden anadir la limpieza de las ventanas a sus tareas, aunque