ya deben de tener exceso de trabajo.
Se sento tras el escritorio y se inclino con los codos apoyados en la mesa y los antebrazos formando una
– A ver, Francis, ?sabes que dia es hoy? -pregunto.
– Viernes.
– ?Y como estas tan seguro?
– Hay macarrones y atun en el menu del almuerzo. Es el de los viernes.
– Si, ?y eso por que?
– Supongo que como deferencia a los pacientes catolicos -contesto Francis-. Algunos todavia creen que los viernes hay que comer pescado. Mi familia, por ejemplo. Misa los domingos. Pescado los viernes. Es el orden natural de las cosas.
– ?Y tu?
– Me parece que no soy tan religioso -dijo Francis.
Gulptilil penso que eso era interesante.
– ?Sabes la fecha? -pregunto.
– Creo que cinco o seis de mayo -respondio Francis meneando la cabeza-. Lo siento. Los dias se confunden en el hospital. Por lo general, cuento con Noticiero para que me informe sobre la actualidad del dia, pero hoy aun no lo he visto.
– Estamos a cinco. ?Podrias recordarlo, por favor?
– Si.
– ?Y sabrias decirme quien es el presidente de Estados Unidos?
– Carter.
Gulptilil sonrio sin apartar el menton de sus manos entrelazadas.
– Bueno -prosiguio como si lo que iba a decir fuera una prolongacion de lo anterior-, he estado con el senor Evans y, aunque has hecho progresos en cuanto a socializacion y comprension de tu enfermedad, asi como del impacto que causa sobre ti mismo y quienes te rodean, cree que, a pesar de tu medicacion actual, sigues oyendo voces de personas que no estan presentes, voces que te instan a actuar de determinada forma, y que todavia tienes delirios sobre los hechos.
Francis no respondio, porque no oyo ninguna pregunta. En su interior, oia susurros por todas partes, muy quedos, como si tuvieran miedo de que el director medico pudiera oirlos si levantaban la voz.
– Dime, Francis -continuo Gulptilil-, ?crees que la valoracion del senor Evans es correcta?
– Es dificil saberlo. -Se movio un poco en el asiento, consciente de que cualquier cosa que hiciera, cualquier palabra incomodo que dijera, cualquier inflexion, cualquier gesto, podria servir para formar la opinion del medico-. Creo que el senor Evans considera delirio cualquier cosa que diga uno de sus pacientes y con la que el no este de acuerdo, de modo que es dificil saber que responder.
El director medico sonrio y se reclino en su silla.
– Ha sido una afirmacion convincente y coherente, Francis. Muy bien.
Francis empezo a relajarse, pero entonces recordo que no debia fiarse del medico y, sobre todo, de un cumplido dirigido a el. En su interior se produjo un murmullo de conformidad. Cuando sus voces estaban de acuerdo con el, Francis se sentia seguro de si mismo.
– Pero el senor Evans tambien es un profesional, Francis, asi que no deberiamos descartar su opinion. Dime, ?como te va la vida en Amherst? ?Te llevas bien con los demas pacientes? ?Con el personal? ?Te gustan las sesiones de terapia del senor Evans? Y, dime, ?crees que estas mas cerca de poder volver a casa? ?Ha sido el tiempo pasado aqui hasta ahora, digamos, provechoso?
El medico se inclino hacia delante con un movimiento algo depredador que Francis reconocio. Sus preguntas constituian un campo de minas y tenia que ser precavido con las respuestas.
– El edificio esta bien, doctor, aunque abarrotado, y creo que me llevo bien con todo el mundo, mas o menos. A veces cuesta reconocer el valor de las sesiones de terapia del senor Evans, aunque siempre resulta util cuando el debate se desvia hacia cuestiones de actualidad, porque a veces temo que estamos demasiado aislados en el hospital y que el mundo sigue su curso sin nosotros. Y me gustaria mucho volver a casa, doctor, pero no se que tengo que demostrarles a usted y a mi familia para que me permitan hacerlo.
– Creo que nadie de ella ha considerado necesario o que mereciera la pena visitarte -solto el medico con frialdad.
– Todavia no, doctor. -Francis trato de controlar las emociones que amenazaban con estallar.
– ?Una llamada telefonica, quizas? ?Alguna carta?
– No.
– Eso debe de afligirte un poco, ?no, Francis?
– Si -afirmo tras inspirar hondo.
– ?Te sientes abandonado?
– Estoy bien -dijo Francis, dudando de cual era la respuesta correcta.
Gulptilil esbozo una sonrisa, no la aturdida, sino la viperina.
– Y estas bien porque todavia oyes las voces que te han acompanado durante tantos anos.
– No -mintio Francis-. La medicacion las ha eliminado.
– Pero admites que estaban ahi en el pasado.
Oyo ecos en su interior que le gritaban:
– No entiendo a que se refiere, doctor -contesto. Eso no disuadiria al medico.
Gulptilil espero unos segundos, en que dejo que el silencio se apoderara de la habitacion, como si esperara que Francis anadiera algo, lo que no ocurrio.
– Dime, Francis, ?crees que hay un asesino suelto en el hospital?
Francis inspiro con fuerza. No habia esperado esa pregunta, aunque tampoco las anteriores. Recorrio la habitacion con la mirada, como buscando una salida. El corazon le latia con fuerza y todas sus voces estaban calladas, porque sabian que, ocultas en la pregunta del medico, habia cosas importantes, y no tenia idea de cual seria la respuesta adecuada. Vio que el medico arqueaba una ceja, socarronamente, y se percato de que la dilacion era peligrosa.
– Si-dijo despacio.
– ?No crees que eso sea un delirio, paranoico, por lo demas?
– No -respondio, procurando sin exito no sonar inseguro.
– ?Por que? -pregunto el medico tras asentir con la cabeza.
– La senorita Jones parece convencida. Y tambien Peter. Y no creo que Larguirucho…
– Ya hemos comentado antes esos detalles. -Gulptilil levanto una mano-. Dime, ?que ha cambiado en la investigacion que sugiera que vais por buen camino?
Francis quiso retorcerse en la silla.
– La senorita Jones todavia esta interrogando a posibles sospechosos -contesto-. Creo que no ha extraido aun ninguna conclusion sobre nadie, salvo haber descartado a algunos. El senor Evans la ha ayudado a hacerlo.
Gulptilil dedico un instante a valorar la respuesta.
– Me lo dirias, ?verdad, Francis?
– ?Que, doctor?
– Si hubiera tomado alguna decision.
– No entiendo…
– Seria un indicio, por lo menos para mi, de que estas mucho mas en contacto con la realidad. Creo que demostraria ciertos progresos por tu parte que pudieras expresarte al respecto. Y quien sabe adonde podria conducirnos eso, Francis. Hacerse cargo de la realidad es un paso importante para la recuperacion. Un paso muy importante. Un paso que conllevaria cambios significativos. Quizas una visita de tu familia. Quizas un permiso para un fin de semana en casa. Y, despues, quiza mas libertades aun. Un paso que te abriria posibilidades importantes, Francis.
Francis guardo silencio.
– ?Me explico? -pregunto el medico.
Francis asintio.