– Los designios del Senor son inescrutables, ?no, Peter?

– No estoy seguro de que Dios tenga que ver en esto, padre. Me sentiria mejor si no lo sacara a colacion. A ver, ?que me esta diciendo?

– Estoy diciendo que estan a punto de hacerse muchas cosas buenas, Peter. A partir de las cenizas, por asi decirlo. Las cenizas que usted creo.

Por supuesto. Por eso estaba el cardenal alli observando todos los movimientos de Peter. La verdad sobre el padre Connolly y su predileccion por los monaguillos era menos importante que la reaccion que se habia producido a favor de la Iglesia. Peter se volvio y miro al cardenal.

Este asintio y hablo por primera vez:

– Muchas cosas buenas, Peter. Pero que podrian estar en peligro.

Peter lo entendio al instante. Ningun centro para jovenes podia recibir el nombre de un abusador de menores. Y el era la persona que amenazaba con desbaratarlo todo. Se volvio de nuevo hacia Grozdik.

– Van a pedirme algo, ?verdad, padre?

– No exactamente, Peter.

– Entonces ?que quieren?

Grozdik apreto los labios, y Peter comprendio que habia hecho la pregunta equivocada de modo incorrecto, porque habia dado a entender que haria lo que el sacerdote queria.

– Vera, Peter -dijo Grozdik despacio, pero con una frialdad que sorprendio incluso al Bombero-. Lo que queremos… lo que todos queremos, el hospital, su familia, la Iglesia, es que se mejore.

– ?Que me mejore?

– Y nos gustaria ayudarle a conseguirlo.

– ?Ayudarme?

– Si. Hay una clinica, un centro puntero en la investigacion y tratamiento de la neurosis traumatica. Creemos, la Iglesia cree, incluso su familia cree, que seria mas adecuado para usted estar ahi que aqui, en el Western.

– ?Mi familia?

– Si. Parece ansiosa de que reciba esta ayuda.

Peter se pregunto que les habrian prometido. O como los habrian amenazado. Molesto, se revolvio en la silla y se entristecio de golpe al darse cuenta de que probablemente no habia solucionado nada, en especial a su sobrino. Quiso decirlo, pero se contuvo.

– ?Y donde esta ese centro? -pregunto.

– En Oregon.

– ?Oregon?

– Si. En una parte bastante bonita del Estado, o eso tengo entendido.

– ?Y las acusaciones en mi contra?

– Una finalizacion satisfactoria del tratamiento conllevaria que se retiraran los cargos.

– ?Y que hago yo a cambio? -quiso saber tras reflexionar.

Grozdik se inclino hacia delante otra vez. Peter tuvo la impresion de que el sacerdote sabia de antemano la respuesta a esa pregunta.

– Esperariamos que no hiciera ni dijera nada que pudiese impedir la consecucion de un proyecto maravilloso y tan entusiasta -explico Grozdik, despacio y con voz baja y clara.

Su primera reaccion fue de rabia. Sentia una mezcla de hielo y fuego en su interior. La furia fundida con la frialdad. Hizo un esfuerzo por controlarse.

– ?Me esta diciendo que ha hablado de esto con mi familia? -pregunto.

– ?Cree que su presencia aqui no les causa una gran angustia, al recordarles momentos tan dificiles? ?No cree que seria mejor que Peter el Bombero empezara de nuevo lejos de aqui? ?No cree que les debe la oportunidad de seguir adelante con sus vidas y de dejar que los acosen los terribles recuerdos de hechos tan espantosos?

Peter no respondio.

– Puede tener una vida mejor, Peter -dijo el padre Grozdik, y cogio los papeles que tenia sobre la mesa-. Pero necesitamos que acepte. Y pronto, porque esta oferta no sera valida demasiado tiempo. En muchos sitios, muchas personas han hecho sacrificios importantes y han llegado a acuerdos dificiles para conseguir esta oferta, Peter.

Peter tenia la garganta seca. Cuando hablo, las palabras parecieron rasparle los labios.

– Pronto, dice. ?Se refiere a minutos? ?A dias? ?A una semana, un mes, un ano?

– Nos gustaria que empezara a recibir el tratamiento adecuado en los proximos dias -sonrio Grozdik-. ?Para que prolongar lo que obstaculiza su bienestar emocional? Tendra que comunicar su decision al doctor Gulptilil, Peter. -Se levanto-. No le pediremos que la tome ahora mismo. Estoy seguro de que tendra que pensarselo. Pero es una buena oferta, muy ventajosa en sus actuales circunstancias.

Peter tambien se puso de pie. Dirigio una mirada al doctor Gulptilil. El rollizo medico indio habia guardado silencio a lo largo de toda la conversacion.

– Peter -dijo por fin, senalando la puerta-, pide al senor Moses que te acompane de vuelta a Amherst. Quiza pueda hacerlo sin las sujeciones esta vez. -Cuando Peter dio el primer paso, anadio-: Cuando tomes la que, por supuesto, es la unica decision posible, di al senor Evans que quieres hablar conmigo. Prepararemos el papeleo necesario para tu traslado.

El padre Grozdik parecio ponerse algo tenso y se acerco al medico.

– Tal vez seria mejor que Peter tratara esta cuestion solo con usted -comento-. En particular, creo que el senor Evans, su colega, no deberia estar involucrado en ningun sentido.

Tomapastillas miro con curiosidad al sacerdote, que se explico.

– Su hermano resulto herido al entrar en la iglesia para intentar, en vano, rescatar al padre Connolly. Actualmente sigue recibiendo un tratamiento de larga duracion y bastante doloroso para las quemaduras sufridas esa tragica noche. Me temo que su colega podria guardar cierta animadversion hacia Peter.

Peter vacilo, penso una, dos, tal vez doce respuestas, pero no pronuncio ninguna. Asintio hacia el cardenal, que le devolvio el gesto, aunque sin sonreir y con una expresion que sugeria que estaba caminando por el borde de un profundo precipicio.

El pasillo de la planta baja del edificio Amherst estaba abarrotado de pacientes. De el se elevaba el rumor de la gente que hablaba entre si o consigo misma. Solo cuando ocurria algo inusual, la gente se callaba o pronunciaba palabras inteligibles. Francis penso que cualquier cambio era siempre peligroso. Ese pensamiento implicaba que se estaba acostumbrando a la vida en el Western. Y no queria que fuese asi. Se dijo que una persona cuerda debia adaptarse al cambio y agradecer la originalidad. Se prometio que aceptaria todas las cosas diferentes que pudiera, que combatiria la dependencia de la rutina. Sus voces asintieron a coro en su interior, como si ellas tambien vieran los peligros de convertirse en una cara mas del pasillo.

Pero mientras reflexionaba de este modo, se produjo un silencio repentino. El ruido se desvanecio de golpe, como una ola que se alejara de la playa. Francis levanto los ojos y comprendio el motivo: Negro Chico acompanaba a tres hombres por el centro del pasillo hacia el dormitorio de la planta baja. Francis reconocio al hombreton retrasado, que cargaba sin problemas con un arcon y llevaba un muneco bajo la axila. Tenia una contusion en la frente y un labio algo hinchado, pero esbozaba una sonrisa torcida que dirigia a todos los que lo miraban. Mientras seguia al auxiliar, grunia a modo de saludo.

El segundo hombre era menudo y bastante mayor, con gafas y un cabello blanco, fino y ralo. Parecia andar ligero, como un bailarin, y Francis observo que iba haciendo piruetas, como si todo fuese parte de un ballet. El tercer hombre era fornido, entre la juventud y la mediana edad, ancho de espaldas, pelo oscuro y parpados caidos. Avanzaba con dificultad, como si le costara seguir el ritmo del hombre retrasado y el bailarin. Francis penso que era un cato, o algo parecido. Pero cuando lo miro mejor, noto que los ojos negros del hombre se movian con disimulo de un lado a otro para examinar a los pacientes que se apartaban para dejarles paso. Francis lo vio entrecerrar los ojos, como si lo que veia lo disgustara, y torcer la boca. Francis se percato de que era alguien a quien convenia evitar. Llevaba una caja de carton marron con sus escasas pertenencias.

Lucy salio del despacho y observo como el grupo se dirigia hacia el dormitorio. Capto el leve gesto de Negro Chico, dandole a entender que la alteracion que ella habia incitado habia dado resultado. Una alteracion que habia requerido el traslado de varios hombres de un dormitorio a otro.

Вы читаете La Historia del Loco
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату