El hermano Guy dejo el candil en el suelo, cruzo los brazos y se metio las manos en las mangas para protegerselas del frio.
– El panteon de los Fitzhugh -murmuro-, la familia que fundo el monasterio. Enterraban aqui a todos sus muertos. El ultimo murio en las guerras civiles del siglo pasado.
De pronto, un fuerte ruido metalico rompio el silencio de la camara. Sobresaltado, di un respingo, y otro tanto hizo el monje, con los ojos muy abiertos en su negro rostro. Al volverme, vi a Mark, que estaba agachado recogiendo el manojo de llaves del enlosado.
– Lo siento, senor -murmuro-. Creia que las llevaba bien sujetas.
– ?Por el amor de Dios!… -exclame temblando de pies a cabeza-. ?No seas manazas!
En el centro de la camara habia un gran candelabro de hierro provisto de gruesos cirios. El hermano Guy los encendio con la llama del candil, y una claridad amarilla inundo la camara.
– Esta tumba es la unica que esta vacia, y seguira estandolo -dijo el enfermero, acercandose a un sepulcro cubierto con una losa sin adornos ni inscripciones-. El ultimo heredero varon murio en Bosworth con el rey Ricardo III.
– ?Ahi es donde esta Singleton?
El monje asintio.
– Lleva en ella tres dias, pero seguramente el frio lo habra conservado en buen estado. Volvi a respirar hondo.
– Entonces, quitemos la losa. Ayudale, Mark.
Mark y el hermano Guy empujaron la pesada losa hacia el sepulcro contiguo. Al principio, se resistio a sus esfuerzos, pero luego se deslizo de golpe y la camara se lleno subitamente de un penetrante hedor a putrefaccion. Mark retrocedio con una mueca de asco.
– No en tan buen estado… -murmuro.
El hermano Guy se asomo al interior del sepulcro y se santiguo. Yo me acerque y me agarre al borde de piedra.
El cuerpo estaba envuelto en una sabana blanca que solo dejaba a la vista los tobillos y los pies, que eran de un blanco alabastrino en el que destacaban las unas, largas y amarillentas. En el otro extremo de la sabana, el cuello habia dejado escapar un poco de sangre clara, mientras que debajo de la cabeza, colocada junto al cuerpo en posicion vertical, se habia formado un charco mas oscuro. Mire el rostro de Robin Singleton, a quien en otros tiempos habia desafiado en la sala del tribunal.
Era un hombre delgado, de unos treinta anos, de pelo negro y larga nariz. Adverti que la barba empezaba a oscurecer sus palidas mejillas y, al ver aquella cabeza separada del cuello y colocada sobre la piedra ensangrentada, senti que el estomago me daba un vuelco. La boca estaba casi cerrada, pero el blanco de los dientes asomaba entre los labios. Los ojos, de color azul oscuro, estaban vidriosos y muy abiertos. Mientras los miraba, un insecto diminuto salio de debajo de un parpado, cruzo el globo ocular y desaparecio bajo el otro parpado. Trague saliva, di media vuelta y me acerque a la claraboya para aspirar una gran bocanada de frio aire nocturno. Reprimiendo una arcada, obligue a mi mente a ordenar lo que acababa de ver.
– ?Os encontrais bien, senor? -me pregunto Mark acercandose.
– Por supuesto. -Al volverme, vi que el hermano Guy, cruzado de brazos y perfectamente compuesto, me miraba con preocupacion. En cuanto a Mark, estaba algo palido, pero volvio a acercarse al sepulcro para echar otro vistazo a la espantosa cabeza-. Bueno, Mark, ?que dirias sobre el modo en que murio este hombre?
– Lo que ya sabiamos. Que le separaron la cabeza del cuerpo.
– Ya se que no murio de tercianas. Pero ?podemos deducir algo mas a la vista del cadaver? Para empezar, yo diria que el asesino era alto o de mediana altura.
– ?Como podeis saberlo? -pregunto el hermano Guy mirandome intrigado.
– Pues, en primer lugar, porque Singleton era un hombre alto.
– Sin la cabeza, es dificil apreciarlo -repuso Mark.
– Yo lo conoci en los tribunales. Recuerdo que una de mis desventajas sobre el era tener que echar atras la cabeza para mirarlo. -Haciendo un esfuerzo, volvi a acercarme al sepulcro para examinar el cuerpo-. Advertid que el corte del cuello es recto. La cabeza esta perfectamente asentada en la piedra. Si Singleton y su asesino estaban de pie cuando este lo ataco, lo que parece lo mas probable, un hombre de baja estatura habria tenido que asestar el golpe de abajo arriba, en angulo, y el corte del cuello seria oblicuo. El hermano Guy asintio.
– Es cierto. No puede negarse que sois observador. -Gracias, aunque no me gustaria pasarme la vida observando cosas asi…, pero debo confesar que no es la primera vez que veo una cabeza cortada. Recuerdo la… - murmure buscando una palabra- mecanica… -dije al fin, sosteniendo la mirada de curiosidad del monje y clavandome las unas en la palma de la mano al recordar un dia que me habria gustado olvidar para siempre-. Y siguiendo con nuestro analisis, observad que el corte es limpio; la cabeza fue separada del tronco de una sola vez. Es algo muy dificil de conseguir, incluso cuando la victima esta arrodillada y tiene la cabeza apoyada sobre el tajo.
Mark volvio a mirar la cabeza y asintio.
– Si. El hacha es un instrumento dificil de manejar. Creo que con Tomas Moro hicieron una autentica carniceria. Pero… ?y si el comisionado Singleton estaba agachado, bien recogiendo algo del suelo, o bien porque lo habian obligado?
– Buena objecion -dije tras reflexionar unos instantes-.. Pero, si hubiera estado agachado, el cadaver habria estado doblado cuando lo encontraron. El hermano Guy debe de recordar si fue asi -dije mirando al enfermero con expectacion.
– El cuerpo estaba estirado -respondio el enfermero sin dudarlo-. La dificultad de cortarle la cabeza a alguien de ese modo nos tiene intrigados a todos. Es imposible hacerlo con un instrumento de cocina, por grande que sea. Ese es uno de los motivos por los que algunos monjes han pensado que es cosa de brujeria.
– ?Y que instrumento podria decapitar a un hombre erguido? -pregunte-. Yo no diria un hacha; la hoja es demasiado gruesa. Haria falta un arma de filo muy cortante, como una espada. De hecho, no se me ocurre ningun otro instrumento que permita efectuar un corte asi. ?Que opinas tu, Mark? De los tres, tu eres el unico espadachin.
– Creo que teneis razon. -Mark solto una risa nerviosa-. Solo los miembros de la realeza y la nobleza tienen derecho a que los ejecuten con espada.
– Precisamente porque la afilada hoja de una espada garantiza una ejecucion rapida.
– Como la de Ana Bolena -observo Mark.
– La reina bruja -murmuro el hermano Guy persignandose.
– Eso es lo que me lo ha sugerido -dije bajando la voz-. La unica decapitacion que he visto. La de Ana Bolena.
8
Marky yo esperamos en el camposanto mientras el hermano Guy cerraba el panteon. La nieve habia arreciado y caia en gruesos copos a nuestro alrededor. La tierra estaba ya completamente blanca. -Suerte que no nos ha caido una asi en el camino -comento Mark.
– Si el tiempo no mejora, tendremos problemas para volver. Tal vez nos veamos obligados a regresar por mar.
El hermano Guy llego a donde estabamos y me miro muy serio.
– Senor, nos gustaria enterrar al pobre comisionado Singleton manana mismo. La comunidad se quedaria mas tranquila y el alma del difunto podria descansar en paz.
– ?Donde pensais enterrarlo? ?Aqui? Singleton no tenia familia.
– En el cementerio laico. Si dais vuestro permiso.
Asenti.
– Muy bien. He visto bastante; tengo la imagen bien impresa en mi mente.
– Habeis deducido muchas cosas, senor.
– Es cuestion de educar la mente, nada mas.